Espérame Donde Termina La Acera

Capítulo 1

Capítulo 1

Evolet

Soy Evolet Clark una chica con miedo a crear lazos con otras personas, con suficiente frialdad y desconfianza como para poder aceptar una invitación para caminar o ir por un helado  después de clase junto a otras chicas de su edad, esto ha sucedido desde que era una niña, el compañerismo no es lo mío, aunque estar a sola tampoco sea algo grandioso, en ocasiones realmente se necesita a alguien para apoyar tu cabeza en su hombro o solicitar un abrazo o una conversación de esas que te hacen sonreír sin llegar a notarlo de esas que te llenan el alma en segundos sin que te des cuenta, a menos de que hayas experimentado la parte más fría de la soledad, no se el momento exacto en el cual cambie de ser una chica cálida a alguien sin sentimientos o más bien con los sentimientos hibernando, talvez fue lo contrario pase de ser una chica poco sociable a alguien cálido pero con el tiempo volvió a su hábitat natural, su ser original…

 

¡Ahhh! ¡es serio! ¿otra vez?

- ¿Cuántas veces ha ocurrido? Son tantas que perdí la cuenta,

- un día inundare mi cuarto con lágrimas y moriré ahogada – dije sarcásticamente

Últimamente he estado soñando algo que cuando apenas abro mis ojos olvido todo el escenario de mi sueño, pero es la misma sensación todas las mañanas ese sueño se siente tan real siempre despierto con mi almohada empapada de lágrimas y es algo inevitable.

Despierto llorando, con un nudo en la garganta y un vacío horrible en mi pecho como si me hubieran arrebatado algo que amaba de la manera más injusta y despiadada del mundo, algo ya vivido volviendo a ocurrir esa sensación de no poder respirar y ganas de llorar incontrolables, esos sentimientos y emociones se quedan tan concentrados dentro de mí, es inevitable querer dejar de sentir esas emociones. Por más que intento recordar cual es el sueño que me tiene con estas horribles sensaciones que ya he experimentado antes. no logro recordar nada, no logro encontrar una respuesta para estas mañanas tan desgarradoras.

 

Gire mi vista hacia mi despertador eran las 3:20 A.M siempre despierto a esta hora cuando tengo este tipo de sueños que no logro comprender y tampoco recordar.

Retomar mi sueño ya es imposible.

 – lo he intentado en otras ocasiones…

Tomé mi diario como todas las mañanas para escribir mi propósito o intención del día, había comenzado a hacer este tipo de cosas hace una semana para tener un propósito en mi día a día y con ello había  comprado un libro que te ayudaba con ello.

- Tomé mi bolígrafo y escribí la fecha, hora y propósito del día:

 

7 de agosto 2015, 3:20 AM

Hoy hare de este día, un día que demuestre la diferencia que estoy creando en mi vida, seguiré aprendiendo a conectarme con un sentimiento profundo de gratitud en mi vida. “Lo necesito para poder seguir”

Evolet Clark

 

Se supone que este tipo de cosas me ayudarían a tener una vida casi normal justo ahora solo quiero desaparecer como todos los días, tengo el deseo que cada día sea el ultimo de mi vida.

Esto suena tonto para otras personas, también pensaría eso si escuchara eso de alguien.

Siempre pienso que es un milagro que el “mañana” llegue todos los días y nadie se da cuenta que es un milagro porque despertar todos los días se ha vuelto una costumbre para todos es algo cotidiano tanto que nadie se toma un momento para pensar en ello…

Yo sería la excepción en este tema solo porque cada día anhelo que sea el ultimo. Mientras vagaba en este tipo de pensamientos y me hundía en la tonta desesperación que había creado me dije:

- ¿por qué no hacer algo nuevo?

- Tal vez puedo evitar caer en mi oscuridad y evitar dejarme llevar por los pensamientos en mi cabeza

Tome mi camiseta favorita de mi armario, busque mis zapatos para salir a correr y salí de mi habitación por mi ventana, para evitar despertar a los vecinos y con ello evitarme los regaños de la señora Spencer. Mi cuarto estaba frente a un árbol lo suficientemente frondoso como para poder bajarme desde sus hermosas ramas. Cuando me asegure de estar en tierra me puse mis audífonos busque mi lista de canciones favoritas y salí corriendo como si fuese perseguida por algo o alguien, corrí lo más rápido que mis cortas piernas podían alcanzar, de pronto comenzó a sonar la canción de The Luminers “Ho Hey” este momento no podía ser mejor.

 

-Me encanta esta canción. -Dije con una sonrisa en mi rostro

Las aceras, la luz de los faros y el azul neón del cielo aun estrellado hacían que mi huida fuese más placentera y perfecta, pero a la vez tan solitario y desolador

- Desde niña salía a correr cuando las cosas no iban bien, corría o leía un libro tras otro para perder la noción del tiempo y evitar pensar en eso que sabes que no traerá nada bueno.

Mientras estaba pensando en mi pasado no había notado que los primeros rayos del sol habían comenzado a salir.  Cuando salí de casa no tenía un lugar en mente como destino, había estado caminando por un largo tiempo sin tener una dirección al cual llegar, no conocía muy bien el lugar, había transcurrido un mes desde que me mudé a esta ciudad, mientras corría vi que a lo lejos había un puente, al llegar cerca del final de la acera dejé de correr y comencé a caminar despacio hacia ella.

-Tome una bocana de aire y la deje salir lentamente-

 

Cuando llegue al final de la acera. –  Estaba a punto de cruzar, pero en ese momento me di cuenta de que mi cuerpo no me respondía, no podía moverme, sentí un sentimiento familiar recorriendo por todo mi cuerpo, de repente sentí escalofríos y miedo. Me han gustado las aceras y las rayas blancas del paso peatonal desde siempre, Claire hacía que fuesen mágicas al saltar atravez de ellas.

Quien sabía que esos momentos acabarían en algún momento que ese lugar mágico se convertiría en una pesadilla que me perseguiría a todos lados, quien pensaría que esas líneas blancas podían tornarse a un rojo intenso en cuestión de segundos.




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