Habían pasado dos semanas y había llegado mi primer día de clases estaba mas nerviosa que de costumbre, una nueva escuela, una nueva ciudad, nuevos compañeros, pero dudo que haya nuevos amigos, en la primera clase y en las siguientes tuve que presentarme por ser la chica nueva, ser la chica nueva no es nada bueno todos se conocen, tiene su sitio para sentarse o sus grupos de estudio mientras ser la nueva se siente como poner una manzana entre naranjas, ambas son frutas pero simplemente no encaja y llama bastante la atención ya sea para bien o para mal, antes de salir a almorzar tenia la clase de gimnasia así que la mayor parte de la clase la pasamos corriendo y levantando algunas pesas, todas tenían un traje bastante ajustado y corto, mientras yo vestía una camiseta y unos pantalones deportivos que casualmente traía puesto este día, la señora Taylor dijo que debía traer ropa adecuada para esta clase así que en los próximos 2 días debía comprarme algo más apropiado, dudo que me agrade usarlo pero tampoco puedo decidir mi vestuario en esta clase, al final de la clase me sentí acalorada, sentía que todos me veía por lo sucia que estaba mi ropa ¡vamos quien no sudaría en ese tipo de ejercicios! – susurre un poco molesta.
El primer día no subí al autobús, aun no tenía uno asignado así que esta semana mi abuelo me recogería en la escuela, mi día tampoco estuvo tan mal, para ser el primer día había podido evitar hablar con mis compañeros, mi plan había sido un éxito…
La noche anterior había decidido hacer lo que siempre hago cuando salgo a la calle, tome mis auriculares y los lleve puestos todo el día, excepto cuando entraba a mis clases, al acabar la clase volvía a ponerlos algunas personas me hablaban al final de la clase, pero fingía no escucharlos, mientras use auriculares evitare que me hablen y con ello no tendré que lidiar con ellos. Al final del día mi abuelo llego por mí y pasamos por una heladería de camino a casa.
El mes transcurrió rápidamente y comenzaba a gustarme esa escuela era bastante tranquila la clase de historia mundial se había vuelto mi clase favorita tenia muchas ventanas en la parte izquierda y lo mejor de todo es que tenia una vista hermosa hacia la calle y el pequeño jardín, me pasaba toda la clase viendo hacia la calle, veía pasar un auto tras otro y me preguntaba a donde iban, a que lugar se dirigen, quisiera saberlo, tal vez algunos van de camino a casa, otros a su lugar de trabajo otras tal vez son viajeros de otros lugares e incluso de otros países, veía pasar algunas casas rodantes y furgonetas, siempre he soñado con viajar de un lugar a otro en una furgoneta pintada con los colores que me gustan viajar y vivir de la música tocar y cantar en la calle y ver como la gente se acerca a mi para escucharme y hacer que sientan lo que siento dentro de mi que sientan la pasión por mi música contagiarlos de ese sentimiento de querer ser libres, quiero sentir el viento en mi rostro esa brisa fresca de la carretera entrando por la ventana, cantar al ritmo de la música de la radio o de mis canciones favoritas, quiero salir corriendo y vivir todo eso justo en este momento.
Mi cabeza se llenaba de todo este tipo de pensamientos cada vez que veía hacia la ventana y mi corazón se llenaba de emoción al imaginarme en uno de esos autos conduciendo a un lugar lejano donde mis pies nunca antes habían pisado, un lugar donde nadie me conozca, sentirme libre y ligera, pero antes de todo eso tengo que librarme de todo mi pasado eso creo, o talvez podría sanar en el transcurso de ese viaje, sanar… suena raro decir sanar, se siente como una herida que abrió hace 4 años y comenzó a sangrar hace dos años y no ha parado desde entonces.
Me gustan las clases de historia pero estar frente a una vista como la que se aprecia desde la ventana evita que pueda concéntrame y poner toda mi atención a la clase, intento escuchar la clase pero cuando me doy cuenta estoy viendo hacia la ventana mientras mi imaginación esta volando hasta su punto mas alto y es un lugar donde tratar de bajarlo es imposible, siempre he sido buena imaginando, la imaginación es mi punto fuerte y me alegro mucho que sea así, muchas veces me ha salvado, creo que a todos nos pasa o eso quiero creer, estas haciendo algo y sin darte cuenta creas grandes historias en tu cabeza y a veces son tan descabelladas, unas son graciosas y otras te ayudan a reunir valor en algún aspecto que realmente necesitas.
- Señorita Evolet Clark
- ¡Evolet Clark!
- ¡Llamando a tierra señorita Clark!
- Hola, solicitamos la presencia de la señorita Clark aquí en la tierra. Replico Ms Bowie en tono sarcástico
- ¡si! Objete casi a gritos por su inesperado llamado
- Podría explicarme ¿Qué eran las cruzadas en la guerra santa? -Pregunto Ms Bowie mirándome de forma burlona
- Las cru-cru-cruzadas. – dije con una voz acompañada de un gallo horrible – tartamudee mientras tragaba saliva y afinaba mi garganta. – di un respiro profundo y dejé salir el aire lentamente para calmarme.
- Las cruzadas fueron expediciones militares que tenían como objetivo tomar Jerusalén y recuperar para la cristiandad los lugares sagrados que habían caído en manos de turcos y musulmanes, se realizaron 8 cruzadas, si no estoy mal- objete casi a gritos segura de mi respuesta, porque había leído sobre eso dos días antes.
- Al final de la clase la señora Bowie me felicito, ella dijo que pensó que no tendría una respuesta porque noto que estaba fisicamente en su clase, pero no mentalmente.
- Quiero que mañana estes aquí en cuerpo y alma – dijo en tono burlón
- Lo estaré. – respondí con una sonrisa, pero en realidad sabía que había un 100% de probabilidad que no lo estaría, al menos un 20% del tiempo pondría atención y el 80% restante lo usaria para quedarme viendo en algun punto ciego mientras pienso sin que pueda evitarlo.