CAPITULO 2

Ese día jamás lo voy a olvidar

Todo empezó en un día normal estaba con mi abuelo cazando unas liebres con Boyo y algo repentino y curioso me dijo. 

-Prem si algo me pasa o me llegara a pasar la herencia será para ti y para tu madre- me dijo con una voz tranquila y relajada. 

Al principio no le preste atención pero nunca imagine lo que sucedió más adelante. 

Ese día Anna fue a reemplazar una amiga que era profesora en un pueblo un poco lejos de casa. 

Yo nunca tuve amigos porque mi madre me enseñaba desde casa, solo salía para cazar o jugar con los perros por eso era cerrado y frio con los extraños. Alejandro también me enseño defensa personal algunas de sus frases eran:

-El joven conoce las reglas pero el viejo las excepciones-

-La primera obligación de todo ser humano es ser feliz y la segunda hacer feliz a los demás-Este era mi favorita de todas.

Cuando escuche un golpe sordo en la cocina, baje y mi mente comenzó hacer supersticiones no tan malas pero en mi corazón me decía lo peor. 

Mi mayor miedo es perder esas dos personas importantes y vi ante mis ojos acostado en el suelo jadeando su mano golpeando en su pecho. Rápidamente me acerque pero no sabía que hacer mi cuerpo temblaba de desesperación, mis ojos nublados, comencé a gritar por ayuda un vecino vino por mi rescate le explique lo que pasó y que me llevarán con él, fuimos al hospital cercano. 

En el transcurso para llevar al hospital me dijo unas palabras que me rompieron el corazón. 

-Estoy bien Prem no llores mi niño, tos tos recuerda proteger a tu madre, lucha por tus sueño que nadie te pise, muy pronto veré a mi amada- dijo con sus pocas fuerzas que le quedaban.