1 de Agosto

Pero espera un momento, por fin surgió un motivo para buscarle, todas mis amigas estaban celebrando sus 18 años y prometí presentar a mi "novio" en la primera fiesta del grupo, no sabía que hacer, ahora no entiendo para que les conté lo que había vivido con él, los jóvenes somos tan presuntuosos, nos gusta mostrarle a otros que tenemos lo que todos ellos desean pero no pueden tener. 

Mi "novio" se trataba de David. ¿De quien si no? Estaba decidida a que él fuera mi acompañante. Y siguiera mi historia hasta el final, jamás hubiera reconocido que me había inventado lo de mi novio, todos mis amigos tenían mucha experiencia, yo era la única virgen del grupo, la santurrona, la mojigata y ya me había cansado de serlo. Sabía que no me juzgarian si les hubiera contado la verdad pero no estaba dispuesta a que me tuvieran ni un poco de compasión. 

Le escribí pidiendole que me hiciera ese favor, bueno en realidad le rogué, y le prometí darle lo que el quisiera a cambio de ayudarme, así lo convencí para que aceptará ir conmigo, la ilusión volvió, aún más fuerte que antes. Aunque había algo aún que no me dejaba en paz, la pregunta de que se suponía que eramos, pero en ese momento no se la hice, no pude hacerla. 

Recuerdo sus mensajes, hablamos toda la noche, durante horas y horas, me dijo que me amaba y que no dejaba de pensar en mi cada segundo. Y yo le creí, le creí ciegamente, en el fondo de mí algo aún no se había entregado a él por completo pero ese día ya no me pude resistir y me descubrí enamorada. Era real, lo nuestro estaba pasando de verdad, pensaba en él todo el tiempo y deseaba tenerlo en mis manos, sí, deseaba tenerlo para mi encerrado en una cajita de cristal como mi muñeco y no compartirlo con nadie, suena egoísta lo se, pero vamos todos alguna vez sintieron algo así, no pude evitar creer que él era mío y yo era suya, totalmente suya.

Ese día me llamó, en la noche para que ni mis padres ni mucho menos su madre interrumpiera nuestra conversación. Duramos tres horas hablando y a mi me parecieron cinco minutos, él tiempo siempre pasaba demasiado rápido cuando estaba con él, era tan increíble escuchar tu voz, más aún después de tantos meses sufriendo con su absoluto silencio, recuerdo una petición especial que me hizo me pidió que me escapara un sábado después del trabajo y fuera a verlo, aunque sabía que no lo haría, que no estaba dispuesta, aún así lo pidió. Creía que haría todo por él, y claro que lo hubiese hecho pero no me gustaba faltar a mi palabra y ya tenía planes con otra persona, al recordar esto me siento fatal, porque todos fallaron a la palabra que me dieron, incluso David. 

Los días siguientes hablamos mucho, me escribía todo el tiempo, incluso cuando sabía que estaba en la universidad y no revisaría el celular hasta unas horas después, él en definitiva era increíble, él hombre de mis sueños, yo era su centro de atención, era su mundo entero, y eso me hacía tan feliz, siempre había anhelado la atención de los que me rodeaban y casi siempre la había obtenido, pero su atención era distinta, nunca la conseguí antes de que la tragedia nos golpeara, no me gusta hablar de esto pero creo que si no lo cuento no podran entender por completo, David tenía un hermano menor, Harry, murió unos meses antes de que empezara lo nuestro, sobredosis, tenía apenas 14 años y tuvo una sobredosis de heroína, todos quedamos destrozados pero no como él, fue como si le hubieran arrebatado una parte de si mismo, es increíble como el dolor une a la gente, su madre lo superó con ayuda de Alejandro su mayor orgullo, pero no su padre, él se perdió por completo en el licor, su hijo menor, su hijo consentido, el más amado. David, Lina y yo hicimos un pacto cuando lo enterramos, jamás volveríamos a hablar de eso. Así me convertí en la protectora personal de David y creo que eso hizo que se enamorara de mí, yo quería ayudarlo a salir a delante pero no tenia el tiempo suficiente y él lo sabía, lo sabía a la perfección porque iba más allá de observarme, de hablarme, literalmente me idolatraba.