Estoy a su Servicio

1.UN ENCUENTRO DESAFORTUNADO

Todo está en llamas, no puedo ver nada más que gente muerta. Estoy descalza y solo llevo un camisón. El olor a sangre es muy penetrante, camino sin saber exactamente porque es que esto paso. No veo a mi tía o hermana por ningún lado. Bajo por las escaleras y justo en el recibidor encuentro el cuerpo de mi nana la única persona que me trato como un ser humano dentro de esta mansión.  Me tapo la boca con las manos, no puede ser ella…no puede ser…Me dejo caer de rodillas intentando asimilar lo.

—Nana…nana… ¡no! ¡no! —paso mis manos por su rostro ensangrentado.

¿Por qué te hicieron esto? ¿Por qué tu…? Lagrimas brotan de mis ojos sin cesar

—¡Hay un sobreviviente!

Escucho que alguien se acerca. Alzo la vista y se trata de varios guardias que me rodean. llevan el escudo de un lobo gris y sé que se trata del sello del imperio. Uno de ellos me toma por el brazo y me lleva afuera. Me quedo quieta.

De un momento a otro los guardias se abren paso y con paso firme se acerca una sombra que se fue haciendo visible. Era un hombre sin expresión de tez aperlada y una cicatriz en el ojo izquierdo. Sus ojos como la miel que me miraba con desprecio

—Revisamos todo señor. Al parecer solo es ella.

—Entonces ella debe saber algo sobre la bruja  

No entendía bien a lo que se refería. Los guardias nos obligaron a verlo a la cara.

—sabemos que la familia Naes tiene un amplio linaje de brujas. Por tu apariencia y el hecho de que estabas sola en esta mansión debe ser una señal clara que te dejaron atrás por alguna razón.

Antes que la desgracia cayera sobre mí familia siempre pensé que mi apariencia era como un regalo ya que no es común. Mi madre me lo repetía, que era especial y que no debía sentirme mal por ser diferente a mi hermana. Ella siempre destaco por su sedoso cabello rubio y sus ojos verdes. El estándar de una mujer de la nobleza. Mientras que yo solo contaba con el color zafiro de mis ojos y una melena despeinada marrón que me costó muchas burlas de parte de todos. Cuando mis padres murieron entendí que solo para mí madre era especial.

—¿Cómo te llamas?

—……

—Será mejor que el amo te evalué

Le da una señal a alguno de los guardias y me esposan de manos y pies. Me llevan a un carruaje y solo me queda mirar a la nada. Mi hermana y mi tía me abandonaron…ellas se fueron y me dejaron atrás. Respiro hondo y me guardo las ganas que siento de llorar.

Desde la muerte de mis padres supe que mi hermana y yo no éramos iguales o nos queríamos tanto como pensé. Siempre me dejo de lado y culpo por todas las cosas que hacía. Cuando mi tía se hizo cargo de nosotros siempre sentí que era un estorbo, aunque nunca se lo hice saber. Recibí golpes y humillaciones de su parte mientras mi hermana solo observaba y puedo estar segura de que se divertía por la situación. Y a pesar de todo las guardaba como lo más preciado en mi corazón. Eran mi única familia…mi única familia me dejo atrás y se fue sin decirme nada… mi nana se ha ido también así que me he quedado sola. Por la rendija puedo ver el cielo nocturno, era hermoso. Ojalá pueda morir.

[…]

Horas antes

El sol estaba escondiéndose. Me encontraba en mi pequeño escondite detrás del jardín principal de la mansión. Desde este punto se tiene una hermosa vista del pueblo de Laxia a lo lejos. Aunque es un pueblo algo pequeño da las materias primas que van directo al palacio en la ciudad central de Termar. Mis padres lo hicieron prospero.

—Lena…hija ¿Qué haces aquí? Ya es tarde.

Mi nana se acerca, ella es la única persona que conoce este lugar. Es una mujer de unos cincuenta años más o menos, desde lo de mis padres ella se ha vuelto como una madre para mí.  Cuando me siento sola o triste siempre vengo aquí para sentirme mejor, nana lo sabe mejor que nadie por eso siempre viene a buscarme.

—prepare tu platillo favorito para cenar—sonríe

—De acuerdo, en un momento voy

—Tu tía ¿volvió a decirte algo?

Negue con la cabeza.

—hija…ya te lo he dicho, no le prestes atención. Es solo una vieja bruja, no importa lo que haga yo siempre estaré aquí para ti ¿de acuerdo?

Asiento. Nana siempre sabe que decir para que no me sienta triste. Doy el ultimo vistazo al paisaje antes de volver a la asfixiante mansión.

Antes de entrar al comedor, escucho las risas de mi hermana y mi tía, todo cambia de repente cuando me ven llegar, guardan silencio. Se miran. Es una espera muy larga.

—¿Por qué se estaban riendo? —digo al fin para romper la tensión.

Ellas se miran y al parecer mi tía le da su aprobación.

—De seguro conoces al duque Amundsen ¿verdad?

Asiento. Su familia es muy conocida por llevar armamento al emperador, por lo que se son bastante influyentes dentro del círculo social.

—bueno, me acaba de llegar una invitación de parte de su hijo para tomar el té y sabes lo que significa eso… lo más probable es que me case con él—dice segura.




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