Hoy que eres, que te llaman Jueves, no te llamas Martes.
Al verse en ti, Jueves, se van el sol y las estrellas
de mí pecho. Cerrándome los ojos del portazo.
Solo despedidas, despedidas y despedidas...
Hoy que te llaman, que eres, Viernes: no eres Martes.
Mira, de corazón, no creo que aguante. No sé yo...
Me rompo y habla la herida: ¿Cuándo vendrá mi Martes?
Habla con las palabras que me faltan. No sé yo...
Con el tiempo, tu Sábado destierra mi memoria.
No duele perderla, me duelen más las despedidas.
Todo se mueve y yo quieto. Domingo, luego Lunes...
Yo estoy estático. Calor, luz, frío y obscuridad,
y todo eso duele menos que las despedidas...
Martes... Parece que alguien empieza a recordarme.