Nikolai se acercaba a Marcus para su ataque sorpresa, no podía creer lo fácil que había sido encontrarlo.
Todos sus hermanos estaban luchando con los cazadores de los alrededores, todo iba de acuerdo al plan. Nadie volvería a lastimar a sus seres queridos, nunca en la vida.
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Nicolle estaba totalmente preocupada habían pasado más de doce horas y no había tenido noticias de nadie, Lizzie y Jade estaban a su lado.
Jade ya asumió lo que pasaría con su papá en ese momento, ella misma les había confesado, su padre murió el día que lo hizo su madre. Se sentía mal por su amiga, nunca podría comprender como llegó a aceptar tan fácil todo.
El estar nerviosa y embarazada no es muy buena idea, pero no podía evitarlo quería a Nikolai con ella no estaría tranquila hasta que él estuviera a salvo.
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Un fuerte sonido proveniente desde la puerta despierta a Nicolle de su sueño, se levanta rápidamente del sofá. Voltea a mirar a la puerta y sus ojos se llenan de lágrimas al observar a Nikolai.
Rápidamente corre hacia el tirándose en sus brazos.
─Te extrañe, mucho─ sollozó en su pecho
─Yo también te extrañe solecito
─Nunca vuelvas a dejarme sola Nikolai o te aseguro que me encargare de ti─ dijo con el ceño fruncido.
─Sabes que cada vez que me amenazas te ves totalmente adorable ─ sonrió.
─No soy adorable, tendría que darte terror─ hizo un pequeño puchero.
Nikolai se rio por lo aterradora que ella intentaba ser, pero solo podía verse totalmente hermosa y adorable.
─Nunca nos volveremos a separar mi hermoso solecito.
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