Eternos

Prólogo.

Hace cinco años:

El skate definitivamente no era lo mío, y parecía que no era la única que se había dado cuenta dadas las risas de aquellos adolescentes, de mi edad, que estaban al otro lado de la pista.

Me levanté, sacudiéndome los pantalones, que se me habían manchado al caer, por tercera vez en el poco tiempo que llevaba intentando ir con los dos pies en la tabla mientras bajaba aquella simple rampa del parque. Ni siquiera estaba en el hoyo, solo estaba probando en aquellas pequeñas elevaciones para principiantes, pero ni en lo más sencillo lograba mantenerme de pie. No sabía porque seguía aquí si no me estaba sirviendo para nada, como ya se había encargado de avisarme mi padre. Él siempre se encargaba de avisarme de estas cosas.

"Eres tan torpe e inútil como tu madre, no conseguirás mantenerte en la tabla más de un minuto,"me había dicho cuando llegue con la tabla a casa. Tabla que me había comprado con los pocos ahorros que había logrado reunir, por lo que no entendía tanta molestia por su parte si no había tenido que pagármela. Pero él siempre tenía algo que objetar o de lo que protestar.

Pero yo era cabezota, por ello estaba levantándome y yendo a intentarlo de nuevo, porque lo único que quería era que un día me viera conseguirlo y que se diera cuenta de que se había equivocado, como con mi madre.

Ojalá fuera ella la que pudiera verme.

<< A lo mejor lo está haciendo, pero no desde donde estoy yo.>>

Me recogí de nuevo el pelo, ya que al ser tan largo con el movimiento acababa por impedirme ver, y me convencí a mi misma que esta vez lo iba a conseguir, cogí carrerilla y puse el primer pie en la tabla para en pocos segundos poner el segundo y bajar la rampa.

La bajé, porque por lo menos eso lo conseguí, pero al llegar al final perdí el equilibrio cayendo de nuevo de culo.

<< Eres ridícula.>>

Inmediatamente lloré sin quererlo por culpa de la rabia, como solía ocurrirme siempre, porque parecía que nunca podía hacer algo que demostrara que no era el desastre que mi padre aseguraba que era.

Por lo menos yo estudiaba y me buscaba un futuro mientras que él lo único que hacía era beber y ver la televisión además de culparme de todo lo que iba mal. Si no le aceptaban en ningún sitio era por culpa de en lo que se había convertido. Incluso me culpaba de la muerte de mi madre, pero solo había tenido él la culpa.

Aunque no debiera quererlo lo hacía y en cierta forma me preguntaba que seria de él, el día que yo me fuera, porque no pensaba quedarme en este lugar para siempre. Pero que me preocupara nunca significaría que me quedaría con él, ni yo sería capaz de vivir siempre aquí ni él se merecería que lo hiciera.

Con la manga de la sudadera extra larga que llevaba me sequé la lágrima y fui a levantarme, pero no pude por culpa del dolor que sentí en la pierna al hacerlo. << Lo que me faltaba.>>

—¿Necesitas ayuda?—me sorprendí ante el sonido de una dulce pero varonil voz, que al girarme me di cuenta de que pertenecía a un chico de unos 16 años que me tendía la mano con una sonrisa sincera que iluminaba sus claros ojos azules.

Sentí que me paralizaba, pareciendo una idiota, pero era muy diferente a todos los chicos que había aquí, principalmente por su tez exageradamente blanca que marcaba aún más sus notables ojeras.

—Sí.—dije tímidamente, como cada vez que a no ser que estuviera en casa, cogiendo la mano que me tendía y dejándome levantar por él.

—¿Estás bien? ¿Te duele?—me preguntó, ¿preocupado?, o por lo menos eso parecía, mientras señalaba mi pierna.

—Eso creo, solo es una leve molestia. — intenté hacerme la fuerte.

—Me alegro, hubiera sido una pena y también algo de mala suerte haberte hecho daño por una caída tan tonta.— dijo con una leve sonrisa de labios cerrados, mientras que yo sentía como mis mejillas se volvían rojas a causa de la vergüenza que estaba experimentando.—Soy Asher por cierto, encantado.—le sonreí sin decir nada porque seguía bloqueada observándolo, sin ser capaz de apartar mi mirada de él.

Asher era más alto que yo, algo delgado aunque parecía que estaba en el punto en el que los chicos querían ponerse fuertes y empezaban a hacer ejercicio, llevaba su pelo castaño claro, con algunas mechas rubias sobre todo en la raíz, algo corto por los lados y con más cantidad por arriba, pero eso no evitaba que no se le pegaran, algunos mechones rebeldes, a la frente a causa del sudor frío, porque no dejábamos de estar entrando en el invierno. —¿Y tú eres, chica tímida?— preguntó alargando la pregunta animándome a hablar.

—Hannae, me llamo Hannae.—dije, titubeando, nerviosa.

—Bonito nombre, al igual que la chica al que pertenece.—Asher no era alguien al que le costara hablar con la gente como estaba demostrando y eso solo conseguía que yo me bloqueara más y casi ni fuera capaz de hablar. Porque yo si era de las que no sabían comunicarse con la gente, y encima evitaban cuanto pudieran tener que hacerlo.

Además me había dicho que era bonita y nadie más que mi madre me había dicho algo similar, nunca. Y el imponía bastante desde fuera, a lo mejor solo era fachada, pero parecía seguro de sí mismo y de lo que decía, tenía una postura relajada y las sonrisas le salían sin problema, mientras que a mí me costaba articular palabra y formar frases con sentido.

—Gracias.—murmuré tan bajo que por un momento dude de si me había oído por lo que tuve que volver a levantar la cabeza, la cual había bajado nada más oírle, y me encontré de lleno con su sonrisa dulce pero algo divertida y con sus ojos cristalinos.

—Veo que hablar no es lo tuyo, por suerte a mí se me da muy bien, demasiado según mis padres. Te he visto intentar estar con la tabla, porque a eso no se le puede llamar a hacer skate, ya que no te han enseñado ni lo básico. Bastante poco te has caído.—comentó divertido.— Así que... ¿Quieres que te enseñe o me voy porque estoy siendo demasiado pesado y eso de que no hables es porque quieres que me vaya?



#23535 en Novela romántica
#14948 en Otros
#2398 en Acción

En el texto hay: amorverdadero, hilorojo, mafiadroga

Editado: 04.11.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.