#28

JK

Recuerdo haber llegado a conducir toda una noche incluso en más ocasiones de las que pudiera recordar con tal de que mis amigos descansarán. Pero nunca había pasado una noche en vela a causa de una mujer.... NUNCA! 

Esta era la primera vez. 

Ya había transcurrido una semana desde que vi de lejos, como TN, con Dae en uno de los asientos de la parte de atrás del auto partían hacia su destino, su hogar....Diciendome que era lo mejor,que todo acabara así, rápida y limpiamente, me dirijí al hospital con los chicos a ver a Tae, antes de partir a nuestro siguiente destino. 

Teníamos que cumplir con unas últimas fechas y nuestro amigo no estaría presente, al llegar nos informan que a causa de imprevistos de último momento tenemos que reagendar las fechas, así que nuestros representantes se quedaron a hacer los arreglos y nos dan un par de días libres con la condición de estar siempre atentos a el móvil. 

Los chicos se organizaron para ir a un bar, sin embargo yo solo me retire y subí a mi auto..... Aun no comprendía lo que me orilló a dirigirme a Incheon. 

La curiosidad... Me dije mientras estacionaba el auto y me situaba frente a la casa principal, realmente sentía curiosidad por saber como le estaría llenado a TN tras nuestra brusca separación. 

Y la fascinación por ella añadí a mis pensamientos, y conforme me adentraba al gran jardín y la veía allí con Dae-yun... Simplemente., aún no había tenido bastante de ella, un largo y silencioso vistazo me ayudó a descubrir porque. 

-Hola Jun - dije sorprendido por mi propia reacción, luche por superarla pero no puedo si no sentirme aun más prisionero de ella al ver la gama de emociones que se reflejaron en su rostro cuando levanto la mirada y me vio parado frente a ella. 

Dae-yun también giro la cabeza rápidamente y a diferencia de su madre cuya expresión oscilaba entre la sorpresa y la cautela, el pequeño simplemente me sonrió mientras sostenía un gatito entre sus manos regordetas.

-Hola Jungkook, ¿Has visto mis gatitos? - 

-Hola pequeño, parece que tienes las manos llenas - 

-¿Quieres uno? - y dicho esto el pequeño corrió hacia mi pero tropezó, reaccione de manera rápida y lo sostuve antes de caer, sonriendo mire a TN a los ojos por encima del hombro del niño y me di cuenta que ella no tenía ninguna sonrisa para mi. 

Tenía los brazos cruzados, como si intentará protegerse del frío aire matutino... O escudarse de mi. 

-¿Qué haces aquí Jungkook? - me pregunto en un tono que no era hostil pero si inseguro. 

-Busacaba una taza de café - respondí con desenfado al tiempo que soltaba a Dae-yun y le daba una palmada afectuosa en el trasero, - ¿No tendrás alguna? -. 

-¿No se supone que tienes compromisos ? - 

Me encogi de hombros, - Nos dieron un respiro - 

"Y quisiera pasarlo aquí contigo, si me dejas". 

Pensé para mi mismo. 

Luego espere con una ansiedad que no habia sentido desde que era un adolescente. Ella guardo silencio durante unos segundos, sus ojos no reflejaban más que un sentimiento de incertidumbre. 

Luego por fin sus labios comenzaron a curvarse formando su sonrisa tan característica. 

-Preparare la cafetera - dijo TN, mientras pasaba de largo, en dirección a la casa, - Y cómo Dae me pidio esta mañana que horneara galletas, parece que es tu día de suerte -. 

Y aunque la verdad era algo que jamás admitiria, he de decir que sentí un dulce alivio al verla dirigirse a la casa, hacia lo que sospecho era la cocina. 

TN

Había sido una verdadera sorpresa ver a Jungkook repentinamente parado en el jardín de la casa, fue todo un asalto a mis defensas, las cuales había tratado de ergir en mi entorno durante todos estos días. 

-Así que también sabes cocinar  ¿eh? - me dijo Jungkook después de dar buena cuenta al plato del desayuno que le había ofrecido, levantando una ceja a modo de picardía. 

-Creí, que eso ya lo había dejado bastante claro - le respondí mientras el sonreía al oír mi tono de voz, - Es una lástima que solo hayas venido a tomar café, o te recordaría lo bien que me defiendo en.... - gire buscando a Dae y serciorandome que no me escuchara,  - En la cocina - 

Jungkook se echo a reír y vi como miraba en dirección a Dae, para luego acercarse a mi oído y susurrar, - ¿Acaso esa es la manera de hablar de una madre? -, dijo alzando las cejas, - En respeto a Dae, me reprimo el impulso de aceptar tu oferta pequeña - y sin más se alejo y volvió a tomar compostura en la silla. 

Me limite a sonreír mientras recogía el plato y acercaba las galletas de chispas de chocolate junto a una taza de café, seguido me aleje al fregadero donde traté de recobrar la compostura. 

Había necesitado de este tiempo lejos de Jungkook para recuperarme, para reflexionar, para dejar atrás lo que habíamos compartido e intentar seguir adelante.

Crei haber comenzado con buen pie, pero de pronto Jungkook había aparecido. Note la ansiedad que se reflejaba en sus ojos, una ansiedad que no era física.. A través de sus ojos, él había expresado una vulnerabilidad, cuya existencia tal vez él mismo desconocía. 

No sabía de qué o porque estaba huyendo, como tampoco sabía a qué había venido aquí, sospecho incluso que el propio Jungkook lo ignora, pero si soy consiente de que nada de lo que yo haga puede cambiar su forma de ser... Jamás podría curar sus heridas cualesquiera que fuesen, las que él se esfuerza tanto en mantener ocultas. 

De modo que intérprete el papel que cabía esperar, seguí el juego sabiendo que no podría soportar que Jungkook comprendiera hasta que punto me afectaba su presencia, lo profundamente que podría herirme otra despedida. 

-¿Te apetece dar un paseo? - pregunté mientras colocaba los platos y cubiertos en el lavavajillas. 

-Estupendo - me respondió observandome con la misma determinación casi desesperada a la que yo me aferraba.