Fortaleza

Fueron pasando los meses y Jone cada día progresaba aún más, sonreía como antes y era aún más dulce y cariñoso. Secretamente practicaba sus poses de modelaje, su voz y sus bailes pues decía que tenía que ser todo un profesional. Por otro lado, Erick se encontraba estudiando y pidiendo justicia por la muerte de los padres de Jone.

—¡Señor oficial como es posible que aún no tenga pista sobres los asesinos ¡—Reclamo Erick

—Ya te he dicho más de una vez que no se encontraron pistas en la escena. —Respondió el oficial

— Mira chico si quieres descubrir la verdad, tendrás que descubrirlo por ti mismo, hay alguien muy poderoso que no quiere que este caso salga a la luz.

Fueron las palabras de aquel oficial, antes de marcharse, Erick se sentía frustrado y desesperado sintiéndose inútil ante la desesperación, no iba a descansar hasta ver a los culpables detrás de las rejas.

Erick se dirigió a las tumbas de los padres de Jone con un ramo de flores, cuando se percató de la presencia de un hombre alto vestido de negro y con un sombrero como si fuera la muerte misma, se acercó lentamente y con curiosidad pregunto.

—¿Quién es usted?

Aquel hombre alto giro, el abrigo cubría la mitad de su cara y el sombrero solo dejaba ver sus ojos azules, unos ojos azules extrañamente familiares para Erick.

—Solo un viejo amigo de los difuntos, ¿y tú?

—Igual, un viejo amigo. —respondió Erick mientras dejaba las flores en la tumba.

—Eres muy joven como para ser un viejo amigo, eres Erick ¿cierto?

Erick se sorprendió al escuchar su nombre mirándolo confuso.

—¿Cómo sabe mi nombre?

—Él me contaba mucho acerca de ti y de su hijo

Hubo una pausa con un tono amargo de aquel señor alto, al terminar la frase.

—Sé que quieres saber la verdad tras sus muertes ¿quieres hacer justicia no es así?

—¿Usted sabe algo?

preguntó Erick con desesperación y ansiedad.

—La verdad puede resultar muy dolorosa para ti, pero si estás dispuesto a saber la verdad, cuando te conviertas en alguien fuerte…

—Lo seré — Interrumpió Erick — Seré fuerte para proteger a Jone así que correré el riesgo. Así que dime, dime quién es el culpable.

Un fuerte viento sopló, haciendo que el sombrero de aquel hombre volara junto con las hojas, revelando su cara. Erick se quedó impactado al verlo.

—No ahora, aun eres muy débil, si quieres hacer justicia te conviertes en un abogado al igual que tu padre, entonces podrás hacer justicia, te daré el placer de condenarlos sin piedad. Aunque eso destruya tu vida.

*pi pi pi pi*

Es el sonido de la alarma de Erick, volviendo al presente nueve años después de aquel encuentro con aquel hombre. Erick se despertaba de aquel sueño que le recordaba porque se convirtió en abogado, frotando sus ojos y estirando sus hombros abrazo a la persona que tenía justo al lado, era Jone quien había aceptado su propuesta de matrimonio teniendo una noche romántica.

Erick tomó la mano de Jone y miró el anillo en su dedo besándolo gentilmente mientras acariciaba su cabello, preguntándose si su felicidad duraría poco, si las palabras de aquel hombre eran ciertas y que la verdad destruiría su vida, pero aun así se hizo una promesa.

—No importa cuál sea la verdad mientras estés a salvo soportare lo que sea.

Erick beso su cabello ondulado, Jone se despertó de su sueño profundo, cuando vio a Erick abrazándolo, sonrió genuinamente.

—Buenos días.

—Buenos días.

—¿Otra vez pensando cosas locas?

Preguntó Jone, Erick solo sonrió  

—Claro que no, solo pensaba en cómo será nuestra boda.

—Será una boda grandiosa, estoy seguro de eso.

Jone abrazo a Erick fuertemente.

—¿Listo para pasar unas vacaciones grandiosas?

—¡Yeeee!

Una televisión hacía eco en una oficina oscura, un hombre con una cicatriz de quemadura en su mandíbula tomaba un trago de whisky mientras escuchaba la entrevista del diputado Adán Cris, un hombre exitoso con una carrera en ascenso y una familia perfecta, orgulloso de su hijo Erick, el mejor abogado penalista.

—Entre más alto escale, más fuerte será la caída… Adán.

Fueron las palabras de aquel hombre.

Fortaleza

Fin