Capítulo Uno

El receso ya había acabado, me agaché para recoger los pequeños trozos que quedaron de la carta y me encaminé a hacer la fila para ingresar al curso. Pero mi grupo de amigos me detuvo, yo seguía con el puño cerrado con ganas de golpear a alguien.

Ha sido mi tercera carta de "amor" entregada y la tercera carta rota. He sido una real pendeja, y mis amigos se habían dado cuenta de eso desde que les había empezado a hablar de él. Yo también sabía que era un verdadero desmadre, pero no, Melanie terca como una mula, dandole y dandole para salir herida siempre.

Aunque no me siento tan mal, tengo amigos que están igual o peor en el amor que yo. Ninguno ha besado, ninguno ha cogido, ninguno ha tenido ninguna relación seria o de broma en los 17 años de vida que tiene cada uno; y sus historias de confesión es una peor que la otra:

Vanessa, la morena sexy del grupo se enamoró de uno de segundo bachillerato, este es el último año que lo verá por que ya falta poco para graduarnos y ella se le declaró de frente y sin pena, para recibir una reacción de "ya me lo esperaba".
Andrea, la pequeña niña de ojos café chocolate, ella tiene el don de enamorar cualquiera, pero ella sólo ha amado a uno, el cual se retiro el año anterior y se le declaró de la misma forma que Vanessa con la diferencia que él no dijo que no.
Samuel, el pálido cara de panda del grupo, él me pidió que le escriba una carta a su amada Laura, ella no dijo que no, pero luego nos enteramos que era una grilla completa, así que decidimos ya no intentar más y alejarlo de Samuel.
Hansel, el chico de pestañas hermosas del grupo, él vive obsesionado con una hermosa chica que conoció en su anterior colegio, por haber perdido la oportunidad de salir con él.
Jhoel, el "cosita hermosa" del grupo, él nunca tuvo una relación porque siempre lo usaban como a un juguete.
Kike, el fiestero del grupo, y aún no entiendo cómo aún no puede ligar con alguien.
Melanie, yo, la inmadura y depresiva del grupo, yo nunca he podido tener ningun relación con nadie, porque aparte de ser la mega duff de todo el mundo, soy media gaga, tengo gustos muy variados que no a todos los chicos les gustaría para novia y soy una morena no sexy, ¿Qué morena no es sexy? Bueno pues, yo. Soy demasiado masculina, pero me encantan los hombres tanto hasta el punto de escribirles cartas y entregarselas para ver como reaccionan a cada palabra leída escrita por mis sentimientos en vez de decirselos yo. Lo sé, soy una cobarde.

Al ver la cara de intriga del grupo no sabía si reirme irónicamente, llorar desconsoladamente o simplemente irme de ahí como toda una fracasada. Así que decidí establecerme entre la primera y segunda opción.

Seguía con el puño cerrado lleno de lo que quedaba de la carta y por alguna extraña razón me sentía aferrada a esa carta, sentía que algún momento me serviría, pero no sé en donde.

Subí con el grupo al curso pero no todos los cursos estaban ocupados, en realidad éramos los únicos que habían subido y como el receptor de mi carta era de otro curso, se me ocurrió algo muy interesante.
Yo sabía explícitamente todos los secretos de él, desde qué canción le cantaban en su cumpleaños hasta qué clase de perfume le gustaba usar, y era obvio que entre esas cosas sabía quién era su amor imposible.
Me dirigí a primero bachillerato, obviamente con los chicos y llamé a una tal Shirley y le entregué una bolsa de papel y como yo era amiga de ella le dije que se lo mandaba Suriel, él chico al que le había escrito la carta.
No es necesario especificar qué había en la bolsa, sólo puedo decir que ahí guardé la carta hecha trozos acompañada de algunos recuerditos que nos llevamos los chicos y yo cada que vamos a buscar "animales exóticos".
Llegó la tarde y en la salida fuimos espectadores de un berrinche que le había hecho Shirley a Suriel. ¡Qué buen día!

No tomé tan mal que rompieran de manera tan cruel tres hojas que hice con tanto esmero, ni cuatro hojas que Andrea pasó a mano con tanto afán.

Estamos en época de microempresa, pronto vendrá la época de Essay y luego la de Ser Bachiller. Ya falta poco para graduarnos y prometo que no estoy preparada para hacerlo.