Tuvimos otra idea. Un yate, que robamos en el muelle y nos fuimos lo más alejado posible, en el medio del mar, si alguien se acercaba lo sabríamos. Estaba muy agotada y adolorida. Thomas se me acerco, cuando empecé a abrir la maleta.
Cuando abrí la maleta, había un cuaderno, un mísero cuaderno. Lo abrí y era una especie de diario o algo así, escrito con lo que parece una pluma de tinta como esas que salen en las películas.
El contenido del cuaderno era básicamente un diario. En la narrativa de su encuentro con múltiples mujeres y de cómo conoció a los reyes, algo llamo nuestra atención. Había escrito esto “la mujer que conocí ayer era una de las hechiceras malas, intentando robar mi poder o mejor dicho el tótem”
Continúo la lectura, parecemos tres niños escuchando un cuento.
“Han pasado dos años desde la última vez que escribí. Los hechiceros buenos, hemos ganado la guerra y por mi seguridad, me he desecho de gran parte de mi magia en el tótem, he quedado como un hechicero 4. Con respecto al fénix, no sé si es una maldición o bendición de esta familia, espero que en mis descendientes no vuelva a surgir, nadie está capacitado para todo el poder que trae consigo el fénix cuando surge. ”
Luego de eso todos nos quedamos en silencio, por eso lo querían matar a mi padre, por eso nos cambió el nombre y apellido.
Thomas me quito el cuaderno de mis manos y pego una rápida lectura a lo que continuaban que eran como dos páginas.
Me levanto del lugar y me dirijo a la borda a vomitar.
Me siento en el piso del barco y siento que estoy muy mareada.