Feelings For Him

3. Mi amiga, la dramática

(******)

Despierto "gracias" al despertador sonando, la verdad es que fue muy mala idea poner de sonido de alarma mi canción favorita, la voy a terminar odiando.
Voy al baño, hago mis necesidades, aseo personal, salgo de él, me visto y bajo las escaleras para desayunar, hoy sí lo haré, lo malo es que solo estaba mi hermana, Melissa.

—¿Y nuestros papás? —pregunto extrañada, nunca se van tan temprano al trabajo.
—Tuvieron una urgencia, o eso dijeron... los llamaron del trabajo o algo así —dice Meli, dándole un mordisco a su pan.

Mis padres trabajan en una empresa de calzado, es la empresa familiar, allí trabajan también mis primos y tíos... todos los familiares tratan de "sacar a flote" esta empresa, la cual ya se está siendo conocida a nivel nacional.

—¿Y tú ya desayunaste? —le pregunto.
—Eso estoy haciendo, te estaba esperando —dice con voz tierna.
—Ella, siempre tan preocupada con su hermanita mayor.

Con Melissa nos llevamos por tres años, yo tengo 17 y ella 14. La verdad es que la relación entre nosotras es muy buena porque al ser una diferencia de edad muy mínima tenemos muchas cosas en común, y nos compartimos todo.
Vamos en la misma escuela, pero una diferencia que tenemos es que ella es un poco desordenada, siempre no encuentro mis cosas donde las dejé, ella me las saca y no las devuelve, y por eso mismo algunas veces discutimos, pero en general somos muy buenas hermanas y nos queremos mucho.

—¿Te vas ahora al colegio? ¡Milagro que te levantaste antes que yo! —dice divertida.
—Sí, es que tengo prueba ahora a las ocho, y no quiero llegar tarde.
—Muy bien, ¿nos vamos juntas?
—Está bien.

Terminamos de desayunar y salimos de la casa, no sin antes tomar mis cosas para ir a la escuela, al igual que Meli. Esta vez nos vamos caminando ya que teníamos tiempo. Llegamos y yo me voy directo a los casilleros... tenía tiempo, así que busqué a Bea.

— ¡Amiga! —me saluda con un abrazo.
— ¡Bea!, ¿hace cuánto llegaste? 
—Unos minutos nada más... oye, te tengo que contar algo...
—¿Qué pasó? —pregunto asustada.
—Tranquila, no es nada malo, al contrario...
—¿Qué es? dime... —digo cambiando la cara.
—Escuché a Max, el chico de un curso más que nosotras, hablando con Martha, y él le decía que te encontraba muy linda... —dice entusiasmada.
—¿Yo?, seguro escuchaste mal.
—No, si era a ti, tú te llamas Isabella, ¿o no?
—Sí...
—Entonces eras tú, aparte tú no eres fea amiga, los hombres pueden decir que eres linda sin problemas... tal vez ahora te va a conquistar, te va a pedir ser su novia, después se van a sacar, tienen hijos y son muy felices para siempre —me río frente a su "situación hipotética".
—Siempre tan dramática tú, ¿ah? —me vuelvo a reír.
—Tal vez pueda pasar...
—Sí, claro. Sólo dijo que me encontraba linda, nada más...
—Bueno, por algo se empieza, ¿no? —nos reímos.

Siempre tan dramática mi amiga, ya la conozco hace años, somos amigas desde el jardín. Me acuerdo que ella un día me dijo: ¿seamos amigas? y como éramos pequeñas yo acepté y desde ahí no nos hemos separado. Además nuestros padres también son muy amigos.

—Ya, vamos a clase —le digo.
—Está bien —me responde resignada.

Vamos a clases y todo normal. El día en el colegio se pasó muy rápido y yo seguía pensando en lo que me había dicho Bea.
Llego a mi casa después de clases, no había nadie, mis padres trabajando y Melissa se quedaba a dormir en casa de una amiga, era viernes y mañana no había clases. No sabía que hacer sola en mi casa así que encendí el computador y me metí a facebook y lo primero que vi fueron mis nuevas solicitudes de amistad, nadie conocido a excepción de "Max Smith", miré su perfil y era él, el chico que me había dado las llaves y del que me había hablado Bea... lo acepté, a fin de cuentas no era alguien desconocido para mí.

 




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