— ¿Porque lo haces? – Pregunto furioso casi botando sus cosas, suspiro rodado los ojos, viendo a su pareja hecho una furia.
— Este mundo es una mierda Yahiko…necesito probar que nosotros también podemos…
— ¿Que pueden qué?—pregunto casi gruñendo— ¿Que los omegas no solo sirven solo para poner el culo y parir crías?
El omega lo miro con furia en sus ojos azules, afiliados y listos para hacerle arrepentir de esas palabras, Yahiko retrocedido siendo consciente de lo que había dicho y negó ofuscado.
—Eres una mierda—bramo.
—Naruto lo siento… yo…
—No me importa Yahiko— volvió a acomodar las cosas que su alfa había desarreglado— No me importa si no me entiendes, fui el mejor de mi clase, soy el mejor militar omega que veras. ¿Sabes porque?—le miro a los ojos— porque somos pocos…. Porque los omegas están hasta abajo y yo decidí no ser una puta que solo sirve para parir crías.
Naruto se dio la vuelta dejando atrás esa conversación.
Sabía que a Yahiko no podía gustarle lo que iba a hacer, pero no necesitaba su permiso, era su pareja, su alfa, pero no había ninguna mordida, ni ningún anillo. No era de Yahiko y nunca lo seria. No iba a rebajarse por ello, era tan fuerte e independiente como para necesitar a un macho que le ayudara.
Él estaba bien solo, llego a la cocina y tomo una cerveza helada, trago con fuerza, tratando de relajarse, si Yahiko volvía con una ofensiva estaba seguro que lo dos iban a terminar con muchos cardenales y mucha sangre.
—Lo siento—llego el alfa casi como un perro con la cola entre las patas, no es como si estuviera tan lejos de serlo… Yahiko era un lobo pardo en su forma de bestia— realmente mi alfa se volvió loco con la idea de perderte.
—No moriré por dios—rezongo— solo es un campamento…
— ¿Sabes en lo que te estas metiendo? ¿Sabes lo que estás haciendo maldición? ¡Lo sabes!
— ¿Y tú?—enfrento y Yahiko bufo.
—Es Kaigun Tokubetsu Rikusentai de lo que estás hablando… ¿porque piensas que será fácil?
—sé que no lo será, por ello voy.
—van a destruirte Naruto, van a quebrarte.
—solo si los dejo, por favor ten fe en mí.
— ¿lo haces porque ella te lo dijo? ¿Solo por eso?
—no… no, lo hago por mí, por muchos como yo… solo apóyame, no pido tu comprensión si no tu apoyo—jadeo el rubio acercándose.
—Naruto… no quiero que te lastimen, no estaré ahí para cuidarte… yo, yo me siento impotente desde ya.
—si no me darás tu apoyo como tu pareja, dámelo como tu camarada, somos un equipo.
—lo somos…
—bien, en dos días me voy.
Yahiko apretó con fuerza la mesa, pero no agrego más, Naruto le ofreció la cerveza y el acepto, estaba tenso, y él también lo estaba, Naruto sabía que caminaría sobre llamas, lo sabía… ya está hecho, la decisión estaba tomada y no volvería hacia atrás, no más. Había tomado decisiones erróneas en su vida y esta no sería una de ellas.
No fallaría hasta que todos sus huesos fueran rotos.
Fue a la guerra, fue un refuerzo y sobrevivió, sabía lo que tenía que hacer y lo que tenía que ofrecer, ‘respira’ se atraganto un poco, su omega chillaba lleno de miedo, su bestia gruñía y Naruto trato de tapar eso, no quería hacerle caso a su instinto, no ahora.
Se estiro y comenzó a caminar directo a su cuarto pero la voz rasposa de su alfa lo detuvo por un momento.
—sé que serás fuerte… pero conoce tus límites. No quiero que regreses en pedazos
Naruto suspiro, y siguió su camino, empacaría ligero, solo lo necesario, unas cuantas mudas, su uniforme militar con su placa de nombre, sus botas pesadas, sus identificación y unos cuantos papeles más.
Realmente no podía llevar nada más que eso.
Vio su celular y noto los mensajes en ellos, no quiso verlos, lanzo su teléfono lejos, sabiendo que hasta ahí llegaba su tiempo de ser un civil normal, el deber llamaba.
Cuando termino se hecho en su cama tratado de no pensar mucho, tratando de no hacer nudos en su mente
………………….
Trato reprimir un jadeo por el frio, quizá si estuviera en su piel de bestia sintiera un poco de calor, quiso maldecir, pero no lo hizo, notaba las miradas de los cabos en él, trato de no gruñirles, aunque fuera un omega tenía un humor de mierda.
Y no iba aguantar que le jodieran, no a él.
Les miro directo a los ojos, dejando en claro que sabía que le miraba, los cabos bajaron la mirada, aportándola de él, Naruto bufo agarrándose con fuerza de su uniforme, vio el cielo, estaba claramente oscuro.
No se sorprendería que al tocar suelo una tormenta le diera la bienvenida, el helicóptero seguía su rumbo sin detenerse, cuando escucho que estaban por llegar y aterrizar atreves de sus audífonos trato de prepararse.