Fin del Mundo

FUEGO

Una explosión adornó el cielo nocturno en la ciudad, al mismo tiempo que miles de pedazos que antes pertenecían a personas volaban por todos lados.

Era una escena sacada de una película de terror.

Pero, al parecer, todo había terminado, ya que, el lugar que había explotado, no era nada más que el lugar que tenía presos a todos los jugadores.

Era la casa de uno de los programadores de UGS, pero, era uno de los que siempre estaban en contra de la producción del juego, por lo que decidió hackearlo y dominar este mundo con su propia mano, para poder desarrollar algo más que un simple juego.

Pero, es ya sabido que todo tiene un final, y, se podría decir que, en este día, todo el plan llegó a su final.

Después de todo, murió asesinado por un tipo cubierto por una capa, el cual llegó y reemplazó su operación con otra aún peor, con el motivo de crear una guerra a partir de que el juego terminara.

Era como confundir la realidad con la ficción.

Se les enviaría armas idénticas a las que portaban en ONLINE, para que no sintieran que hubiesen regresado a la realidad, a un lugar donde la muerte no está permitida.

El mundo real.

Pero, nada salió como debería de salir, ya que, el lugar donde estaban reunidos, explotó de un momento a otro.

Todos los que estaban a dentro, se presumía que habían muerto sin dejar escapar a uno solo, ya que, ese único podría causar un desastre aún mayor si se escapaba.

Por lo que, el gobierno había tomado la decisión de erradicar el problema de lleno, destruyendo por completo el lugar donde estaban reunidos todos.

Después de todo, no debía permitir que nada sucediese.

*****

Dentro estaba completamente oscuro.

Cientos de disparos resonaban en el lugar, en el cual, una batalla estaba ocurriendo para determinar qué plan tenía completo éxito, y cual fallaba por completo.

Pero, después de unos minutos, la situación se decidió.

Primero, los disparos cesaron, al mismo tiempo de que todos los soldados se retiraban de lugar, como si algo grande se aproximase al sitio.

–Algo, como una bomba.

Ante esas palabras, el pánico se desató en el lugar, después de todo, nadie quería morir, y mucho menos de esta manera, por lo que la única opción era salir del lugar mientras aún había tiempo de hacerlo.

Sin importar el pánico reinante, el tipo de la capa se levantó de su lugar, y, con una voz clara, se dirigió al grupo frente a él.

–¡Escuchen!, necesito que todos hagan una última cosa.

–¡¿Está loco?!

–¡Yo me quiero ir!

Gritos de todas partes resonaban en la sala, los cuales estaban llenos de miedo, miedo por la muerte que se acercaba al lugar.

Y, ¿quién no tendría miedo?

Alguien que no tiene la capacidad de morir, ese debería ser la única persona que no le tendría miedo a morir, ya que, eso sería imposible e irónico para él.

Pero, nadie en el lugar era inmortal.

Sin importar eso, el sujeto de la capa sacó un objeto de su cintura y lo elevó con su mano.

Un pequeño destello salió de él, como si fuese un espejo reflejando cualquier tipo de luz que en este se proyecte, solo que, en este caso, la luz provenía del brillo que las pantallas producían al estar encendidas.

Un objeto metálico se pudo ver en sus manos.

Una pistola, con un cargador sumamente grande.

Solo había un arma capaz de tener un cargador tan grande y ser tan compacta, una pistola con la capacidad de fuego de una ametralladora ligera.

Una Glock-18.

Sí, en sus manos, descansaba una Glock completamente cargada, a la espera de ser disparada contra cualquier cosa.

Entonces, de una, los gritos se detuvieron, después de todo, el sujeto no dudaría en apuntarle a alguien y acabar en ese instante con él.

No era alguien que se tocaba el corazón.

Era frío, frío como el hielo que reside en los polos.

Pero, en ese momento, su arma bajó hasta nivel de suelo, apuntando a una de las personas cercanas a él, y, jaló el gatillo sin pensarlo dos veces.

La bala impactó de lleno en la cabeza del sujeto, perforándola por completo, dejando un agujero que parecía más un tercer ojo en el centro de su frente.

La sangre no tardó en brotar de la herida, salpicando los alrededores, las computadoras y a las personas, tiñendo el lugar de un color rojo fuerte.

–¿Alguien más?

En ese instante, todos regresaron a sus lugares, ya que, solo había una cosa más que hacer, y el tiempo se estaba acabando.

De pronto, en las pantallas de todo el sitio, un archivo apareció, el cual debía ser ingresado en la red de ONLINE la cual debería estar a punto de caer definitivamente, pero, si no lograban escribir este código, todos sus esfuerzos no había valido la pena, y su muerte, habría sido en vano.



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En el texto hay: realidad virtual, polémica, conflictos sociales

Editado: 19.04.2020

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