Narra Sebastián
Ya había empezado la fiesta y yo seguía en el Centro Comercial buscando el regalo. Fer no paraba de llamarme eso no me ayudaba, me estaba poniendo nervioso.
Al final no compre nada, hoy día todo se habían propuesto en llamarme mi celular no paraba de sonar, lo apague. Ya estaba llegando y ahí esta Fer apenas me vio se acercó y me grito
- ¡Era a las 8! Sebastián casi lo arruinas
No dije nada, fuimos directo a la fiesta.
-Ponte esto- me dio una venda
Me lo coloque - en que estás pensando
-Voy a ser su Hada Madrina
-Estas locas
-Entra rápido
- Tengo vendado los ojos
- Lo olvide
Me agarro de la mano.
-Cuando escuches la puerta te la sueltas - asentí
Escuche la puerta y me retire la venda. Estaba sorprendido esto no era una fiesta. Cuando escuche
- Ya me cansé de esperar
-Liz
Me miro no dijo nada y fue directo a la cocina, parece que aun seguía molesta por lo de la última vez. En eso sonó su celular.
Me miro, suspiro y realizo una mueca.
-Creo que mejor que me voy a casa - reí
En verdad no se si las mujeres da más miedo cuando habla o cuando no dice nada. No sabia que decir
Me dirigi hacia la puerte.
-Feliz cuarto aniversario
Entro nuevamente a la cocina.
- Liz podemos hablar
No dijo nada, solo me daba la espalda
- En verdad lo siento lo de la última vez
Su silencio era matador, me miro y soltó triste- Te Amo llevamos 4 años juntos y no sé porque tú y yo no lo hemos hecho.
Sé que no tengo experiencia, se perfectamente que me respetas…. pero lo de hace 2 meses me dolió. Y si te quieres ir, bien ahí está tu regalo - señalo una funda.
Volvió a darme la espalda, me acerque a ella y la abrace
-Tengo miedo de lastimarte
-Pero si ya lo hiciste.
-Eres única y especial para mí, también quiero que sea especial tu primera vez - se dio la vuelta y sus ojos me miraron fijamente
-Tu solo acércate y bésame
La bese busque su lengua y un gemido ahogado brota de sus labios cuando abandone su toque, la envolví con mis brazos para alzarla del suelo.
Sus piernas se envolvieron en mi cadera y aprovecho para colocar mis palmas en las partes traseras de sus rodillas. Entonces guío nuestro camino hacia su habitación. La forma en la que me besa es desesperada y ansiosa, como si tuviese miedo que la vuelva a rechazar. Cruzamos todo el pasillo y cuando menos lo esperaba me encontraba avanzando hacia su cama.
Decidí romper el contacto y comencé a marcar un camino de besos hasta el punto donde su mandíbula y su cuello se unía. Comencé a trazar caricias húmedas en su piel de su zona y ahogo un gemido, mientras apretaba mi chaqueta en sus puños
- Sebas ....- soltó en un, susurro ahogado
Solté una de sus piernas para que pueda sostenerse de pie, antes de bajarla por completo. Su respiración es jadeante iguala la mía. La poca iluminación de la habitación la hace lucir seguramente hermosa como siempre
-Lo siento - susurro -. Prometo ser más cuidadoso.
Ella solo... - niega con la cabeza y una risa corta y avergonzada brota de sus labios-.
Hace mucho tiempo que no...
-Está bien... -me interrumpo y me sonrió
Liz cierra los ojos y toma un par de inspiraciones más.
-Ven aquí... -digo, en voz baja y profunda.
Acortar la distancia que nos separa se siente como un completo reto. Me detengo cuando las puntas de sus zapatos tocan la punta de mis zapatos. No dejo de mirarla a los ojos ni un solo momento. Aparto un mechón de cabello lejos de su frente, antes de deslizarme por su mandíbula y trazar un camino por su cuello hasta llegar a su clavícula derecha. En cada toque fui cuidadoso y dulce
Mi vista cae al escote discreto de la blusa que lleva puesta, y el aliento se atasca en mi garganta. Uno de mis dedos empuja el material delgado y expone la piel de uno de sus hombros. Entonces, me inclino hacia adelante y presiono mis labios en esa zona. En ese momento, mis manos libres se posan en la curva de su cintura. Mi rostro se gira y deposito un beso dulce en la base de su cuello. Entonces, mis labios se arrastran hasta su oreja.
- ¿Estás segura? -- susurro
- Sí - tartamudeo, en voz baja.
- Si quieres que me detenga -- susurre --- solo tienes que pedirlo.
Coloque mis manos en sus caderas para deslizarlas dentro del material de su blusa. El contacto de su piel con la mía, me hace contener el aliento.
Mis dedos se aferran la prenda y tira de ella con lentitud.
Sus brazos se alzan cuando es necesario y la blusa cae en algún punto en el suelo, observe su torso. Mis ojos se posaron en los suyos. Decidió acorto la distancia entre nosotros y deslizo sus manos por mi chaqueta para quitármela, cae al suelo tomo el borde de mi camisa negra y me saca por encima de la cabeza.
Me inclinó hacia adelante, rozo nuestros labios. Mis manos sujetan su rostro para besarla
Mis caderas están unidas a las suyas y mi estómago está pegado a su abdomen. La sensación de estar piel con piel con ella es maravillosa, y lo único que deseo es estar más cerca...
Bese la piel de su rostro, cuello y hombros, y mis manos exploran la piel de su domen, torso y espalda...
Mi tacto se desliza hacia su espalda y deshace el broche de su sujetador de un solo movimiento. El material cae por sus brazos y tenemos que apartarnos un poco para poder retirarlo.
Mis dedos se enganchan en las presillas de sus jeans, y me atrae más cerca para trabajar en el botón que los mantiene en su lugar. El cierre se desliza casi por su cuenta, así que solo tiene que tirar hacia abajo de la mezclilla que me viste. Le retiro la ropa interior, se retira los zapatos para remover las prendas fuera de su cuerpo.
Finalmente, después de unos segundos de parálisis, sus manos se enganchan en mi cinturón que mantiene mis jeans en su lugar, y trabajo en la hebilla con sus dedos temblorosos y torpes.