¿Amor en tiempos de guerra? Si, así es este sentimiento al que denominamos amor de igual forma el cual siempre ha encontrado obstáculos entre aquellos que por alguna posición social o de privilegio no desean que sus involucrados o los enamorados, los cuales se quieren de verdad y sin interés alguno diciéndolo de una manera mas específica; puedan darse ese afecto tan preciado como lo es el amor y haciendo que ellos estén con personas con los que son infelices.
La historia empieza en la ciudad alemana de Berlín, siendo la mañana del 5 de enero del año 1916 era una mañana muy cálida y elegante, en un restaurante de esta ciudad, una buena tasa de café acompañaba a un chico alto de pelo negro, ojos castaños y carismático con las personas que estaban a su alrededor, el era muy charlador y sabia atraer la atención de todo aquel que pasaba. Justamente al lado de la mesa en donde esta sentado se encontraba un periódico el cual este estaba leyendo; siendo lo primero que se leía en el periódico, las firmes intenciones del gobierno alemán de declarar la guerra a las naciones aliadas.
Justamente en el momento que aquel joven apuesto lee el periódico, alguien pasa por su mesa y deja caer una cartera sin querer y este se da cuenta. Entonces cuando se percata de quien era, observó de frente a una muchacha muy hermosa con una preciosa silueta, pelo rubio, ojos cafés, además de una linda sonrisa.
Apenado por lo de la cartera, le invita a sentarse en la mesa para que desayune con el. Despúes de pensar unos segundos, ella acepta encantada la proposición de aquel apuesto hombre, por lo que se ocupan de conocerse mutuamente; dándose de esta forma el primer cruce de palabras de estos dos desconocidos.
El ambiente era algo tenso, por lo cual uno de los dos decide finalmente romper el hielo.
-Hola.- dice el, temblando
-Hola.- le contesta ella, un poco ruborizada
-Sabes, es primera vez que hablo con una dama tan linda.- Responde aquel joven
-Igualmente apuesto joven, muy pocas veces he visto a hombres como usted-. Le devuelve ella
-Mi nombre es Daniel Strausburg, a sus ordenes lady.- Le contesta el, nervioso
-El mio es Rosalia Haldwell, encantada.- Dice nerviosa
-El placer es mio.- Responden ambos el unisono.
Y así, transcurrió más de una hora de conversación y café. Ninguno de los dos parecía aburrirse para nada del otro, siempre había un tema que platicar, el interes de Daniel por Rosalia no hizo esperar; fue tan así que ni el mismo penso que se quedaría estupefacto con las cosas que decia aquella chica de preciosa silueta que estaba comiendo en su mesa.
Al rato, ella se levanta de la mesa y se despide.
-Gracias por todo, fue espectacular.- Habla Rosalia, un poco nerviosa
-El placer fue mio, mi lady Rosalia.- Responde Daniel, muy contento
-Sabes mi lady, ojala nos encontremos de nuevo-. Le dice Daniel a ella
-Así sera joven caballero, esperemos-. Le responde Rosalia
Ambos se voltean en sentidos opuestos, caminando en dirección a sus respectivos hogares; de vez en cuando se daban la vuelta para mirarse mutuamente a través de ojeadas cómplices y rápidas, luego de unos segundos no quedaba rastro de miradas entre ambos.
Aquella mujer tan hermosa y tan tenue, encantadora y muy risueña le dejo muy encantado, no se imagino que iba a encontrar una joya de ese tipo en tierras alemanas. Sus pensamientos se hundieron en un laberinto de emociones que le comían la consciencia por dentro, ya ella se le habia incrustado dentro de su mente y no iba a ser nada fácil olvidarla.
A un 1 KM de distancía, se encontraba la casa de aquella apuesta joven. ella se encontraba en su habitación recordando aquella charla matutina con aquel chico apuesto, sintiendose bastante apenada por lo de la cartera pero a la vez interesada por el o por lo menos eso creia. El fue bastante educado con ella, le había contado a sus amigas sobre lo sucedido con aquel muchacho y estas le dijeron que se diera una oportunidad de conocerlo bien, era militar muy guapo con posibilidades pero sobre todo tenia educación; las amigas dijeron que era el hombre indicado. Ella les dice;
- ese hombre me enamora, no se que haré para olvidarlo.- Comenta Rosalia
Dicho aquello, las amigas reaccionan: ¡AHHHHHHHHHHH NO ES JUSTO, VA A SER PARA TI SOLITA!!!!-. Contestan todas al unisono
Después que sus amigas terminan su charla, se despiden todas y cada una se va para su casa hasta el día siguiente y se prepara en su habitación para dormir, cae profunda en el sueño; ella sin saberlo sueña con el. Lo cual la hace sonreír hasta el punto de divertirse como una niña mientras esta en el sueño y todo lo bonito que puede ser el amor a primera vista...
Mientras Rosalia se sumergía en los mas profundos aposentos del sueño, la inspiración convertida en amor; hizo su magia en letras, demostrando aquel remolino que le ocasiono la presencia de aquel hombre.
Fragmento del versario:
Eres ese huracán dormido...
que ocasiona pasiones
tan lleno de vida, tan fuerte
tan solo un minuto de vida
me hará falta
para sellar nuestros labios
y nuestra alma por siempre
aunque el ocaso del final
intente separarnos
estaremos juntos..
-Rosalia Haldwell-
Editado: 03.09.2018