— ¿Qué quieres? —pregunté, irritada porque su mirada me había estado acechando durante apróximadamente una hora, sus ojos bailaron cómicos en sus orbes y me dedicó una sonrisa lobuna.
—Nada, preciosa —soltó, así tan pancho, bufé llena de hastío.
— Apártate, me bloqueas el sol —espeté, se suponía que estaba en esa piscina para relajarme y broncearme, no para que un bastardo extraño con más huecos en la cara que rostro y un cabello estúpidamente llamativo me estuviera fastidiando la vida como si no hubiera un mañana.
— Como yo lo veo, el único sol aquí eres tu, mi linda zanahoria...
— ¿Disculpa? —interrogué levantándome de golpe— ¿Quién te ha dado confianza, extraño?
— Yo mismo... —tomó mi teléfono con rapidez y anotó unas cuantas cosas, traté de cogerlo pero me amenazó con lanzarlo al agua.
— Mierda, ¿Qué te sucede? —ni siquiera viajando de vacaciones al otro extremo del mundo estaba tranquila, ¿será que tenía una maldición encima? ¿o las siete plagas de Egipto decidieron darme una visita?— ni te conozco, alimaña salvaje.
— Ese punto no te lo refuto —sonrío mientras me guiñaba un ojo, fruncí el ceño fúrica, me devolvió mi celular y tenía una foto de él y un chat abierto, leí rápidamente lo que decía.
Para: El amor de tu vida;
Hola, mucho gusto soy la linda pelirroja de la piscina y te doy permiso de llamarme linda zanahoria.
— ¿Qué coño...?
— Me acabo de dar permiso de decirte así —se encogió de hombros haciendo que su cabello azul platinado se moviese, entrecerré los ojos sin entender nada—, Xavier Fleur, el amor de tu vida, preciosa.
La semana que viene subo el primer capítulo.
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Editado: 07.09.2020