Antonio.
Ella tiene toda la razón. No sé cómo he podido ser tan idiota en esto. No debería pasar tanto tiempo con Marceline, es su mejor amiga, no debería y aún así lo sigo haciendo. Samantha, Sammy, el amor de mi vida, mí medía naranja se ha enfadado con migo porque paso mucho tiempo Marceline y yo como soy gilipollas le he gritado << ¡Puedo hacer lo que quiera, soy libre! >>.
Yo no quería romper con ella, fue un impulso, no fue nada más.
La estoy llamando y no me lo coge, si no fuera por el hecho de que tengo partido estaría de camino al aeropuerto para ir a Stanford, plantearía delante de la puerta de su residencia y hablaría con ella aunque ella lo hiciera a regañadientes, me gritara o me diera una bofetada, aún así estaría allí.
-Antonio ¿qué te pasa? Tienes una cara, que pareciera que hayas visto un fantasma -me dice Marceline, mientras se sienta a mi lado y me coge la mano.
-Es...Sammy -suspiro.
-¿Qué le pasa? ¿Está bien?
- Sí, bueno en lo que a salud se refiere sí, pero en lo que a emociones se refiere no.
-¿Habéis discutido?
- Sí.
-¿Qué ha pasado ahora?
Le cuento toda la conversación a Marceline, de pe a pa. Ella asombrada por la reacción de su amiga se levanta de mi lado y empieza a andar hacia su bolso, saca el móvil y la llama varias veces, pero Sammy no se lo coge.
-¡¿Cómo puede pensar eso de mí?! ¡Yo siempre he hecho todo los posible para ayudaros a salir a verte cuando su madre no la dejaba ir contigo! ¡¿Por quién me ha tomado?!
-Calmate Marceline.
-¡Arg!¡Será tonta la muy z...!
-¡Cuidado con tus palabras!¡Ni se te ocurra decir nada malo de ella!
-¡A mí no me grites!
-¡SI QUIERO TE...!
Marceline me calla la boca poniendo la suya en la mía. Su beso demuestra pasión, necesidad...Cada vez profundizando más. Me gustan sus besos al igual que los de Sammy... ¡Sammy!
Me separó bruscamente de ella y me limpio los labios.
¡Soy idiota!
-Marceline esto no está bien. Yo amo a Sammy y nunca le haría daño, no intencionadamente.
-Si eso fuera verdad no me habrías devuelto en beso. Admitirlo de una vez Antonio tu ya no amas a Samantha y si estás con es por pena y por miedo al cambio.
-No es así.
- Sí lo es, tienes miedos de que las cosas cambien, lástima por Sammy porque cuando le cuente esto se va a derrumbar.
-No serías capaz - la reto.
-Yo no, pero tu sí se lo dirás y ese día se va a hundir completamente. No pienses que le deseo lo peor -talvez tenga razón, y yo no ame a Sammy y sólo estoy con ella por temor al cambio-. , pero siempre consigo lo que quiero y a quien quiero es a ti.
Marceline camina hacia mí y yo retrocedo, pero ella es más rápida y me besa, se parta de mí y se va meneando las caderas. Que quedo observándola como tonto, Ella se para en seco, como a cuatro metros de mí aproximadamente. Vuelve la cabeza y me dice:
-Piénsalo.
Y se va.