Antonio
Estoy entre la puta espada y la pared, por un lado está Sammy, esa chica tan inocente y agradable que conocí hace ya nueve años, de la que me enamoré cuando tenía doce y con la que empecé a salir cuando tenía quince. Ya han pasado casi tres años, pero aún así la sigo queriendo. Después está Marceline, la conozco de toda la vida, ella fue la primera chica a la que besé y con la que salí un tiempo. Ambas han estado en mi vida desde que soy pequeño y han formado... mejor dicho forman parte de mi vida, pero ¡¿qué estupidez estoy pensando?! Yo amo a Sammy y no hay nada más que decir.
♡♡♡♡♡♡
No he parado de llamar a Sammy, pero aún así no lo coge. Ya van más de cuarenta llamadas, tal vez parezca un loco obsesionado, pero necesito hablar con ella, mis puñeteras palabras la alejaron de mí, así que ahora mis palabras más cariñosas la acercarán a mí.
No más historias, solo la verdad.
Contesta por favor.
-¿Antonio?
-Cariño, por fin respondes...-me corta, pero no se da cuenta.
-No soy TU CARIÑO y ahora dime ¿que quieres?
- Hablar contigo, no me respondas por favor, solo escucha y cuando termine me das tu respuesta ¿vale?
-Vale.
-Sé que soy un imbécil por haberte dicho eso, pero no me refería dejarte . Tu eres muy importante para mí y no sería capaz de hacerte daño. Al menos no intencionadamente. Yo te quiero y Marceline es solo una amiga, tu mejor amiga. A mí simplemente me cae bien. - no sé si decirle lo del beso, si se lo digo no me perdona y encima de todo la lastimo, va a ser mejor que no se lo diga-. Y todavía no conozco a muchas personas de la Universidad por eso paso mucho tiempo con ella, pero no hay nada entre ella y yo. Y contestando a tu pregunta de ayer. No, no ha entrado nunca a mi habitación. Nunca ha habido, habrá algo ente ella y yo. Te amo y nunca te dejaría, ni te pondría los cuernos, preciosa -Espero haberla convencido-. Quiero que sigas siendo mi novia. Ya puedes... decirme algo.
Está callada, eso significa que se lo está planteando.
...
...
Cuando no hable juro que me muero.
...
...
...
Mucho silencio, me va a mandar a paseo, lo veo venir.
Vale, hablaré yo.
-Sabes que no soy muy bueno con las palabras, así que dime algo, que tu silencio me está matando literalmente.
-Vale, vuelvo contigo, pero con unas cuantas condiciones.
Es lo único que he escuchado, dijo algo más, pero bueno eso ya luego. Hablo un rato más con ella, me pone unas cuantas condiciones, mejor dicho leyes que tendré que cumplir a rajatabla, pero no me importa porque ahora estamos juntos otra vez y yo acepto de maravilla.
Una vez termino de hablar con Sammy me subo a la cama y me pongo a saltar como un niño pequeño para despertar a sus padres la mañana de Navidad. Soy la mar de feliz.
Treinta minutos después...
Todavía estoy celebrando como un niño el hecho de que Sammy haya aceptado regresar conmigo.
《Ding...Dong...》
Veo por la mirilla y me tenso al ver que es Marceline. ¿Qué hace en mi departamento?
Tiene una vestimenta lamentable, ropa algo sucia, maquillaje corrido por toda la cara, como si hubiera estado drogándose, si no la conociera diría que está loca y es una alcohólica.
-Antonio, ábreme, se que estas allí, la luz te delata.
《Malditas luces》
-¿Qué quieres? -Digo mientras abro un poco la puerta.
-Que dejes entrar, eso quiero-baja la voz-. Y otra cosilla que te va a gustar tanto a ti como a mí.
《Que baje la voz no significa que no la haya escuchado, está tía definitivamente es tonta》
- No.
-Aparta.
- No.
-¿Por qué?
-Porque se lo prometí a Sammy.
-A mí eso no me importa, quiero que me hagas tuya.
¡¿Acaba de decir lo que creo que ha dicho?!
¡¿Quiere SEXO?!
- No te pienso hacer nada de 《eso》.-Digo seguro de mi autocontrol.
-¿Hace cuánto que no lo haces?- Me pregunta Marceline con un nefasto intento de voz seductora.
No respondo.
Ella no sabe que soy...virgen.
-Wow, de seguro que hace mucho, así que abre la puerta que te voy a dar lo tuyo.
- No.
-Abre Antonio, no te lo digo más. Ves mi cara, pues es de llorar por ti y mi vestimenta también.
- Yo...lo siento, pero yo no te quiero, bueno te quiero, pero sólo como una amiga.
-Antes de ella estaba yo.
-Lo sé, pero yo me enamoré de ella.
Baja la voz-.Y yo lastimosamente de ti.
Se abalanza sobre mí he intenta besarme pero no sé lo permito. Cierro la puerta y la dejo fuera. Es lo mejor que puedo hacer. No niego que ese pibón no sea una oferta tentadora, pero yo quiero a Sammy. Según lo que dice las personas el amor puede con todo, y lo millón Sammy así es.
Hora de dormir. Tengo un sueño terrible.
《BIP...BIP...BIP... SON LAS SEIS Y MEDIA DE LA MAÑANA》
Maldita alarma, la mía encima de todo habla, pero mejor si me salto las primeras tres asignaturas, así repongo energía.