Estaba muriendo y ahogándome con mi propia risa al igual que Nicolás, estábamos sentados en el suelo de un lugar aislado de la escuela por donde casi nadie pasa, viendo memes en la pantalla de su celular y videos de personas cayéndose.
¿Cómo pasó esto? Bueno, cuando él se acercó, sí me puse muy MUY nerviosa, pero luego me sentí bastante cómoda con él , cuando conocí lo divertido que era, después de intercambiar palabras y recomendarnos libros salió el tema de los memes, resulta que él tiene un sentido del humor muy similar al mío. Nos pusimos a ver algunos en su celular y videos graciosos y reímos tan fuerte por los videos (sobre todo yo) que nos botaron de la biblioteca, entonces él nos trajo aquí donde estamos ahora.
Pero no me mal interpreten, no es que fue amor a primera vista, pero admito que no me siento completamente cómoda primero, lo acabo de conocer y segundo, este chico es muy guapo y me pone nerviosa. Soy una romántica empedernida, no me enorgullece pero así es como soy, debería dejar de leer tantos libros de romance y novelas juveniles.
– Oh, mira estos. – Eran videos de tortazos en cumpleaños.
Él puso uno y eran tan graciosos que reímos mucho hasta doler el estómago.
– ¿Así que te gustan los libros de terror? – Pregunté casualmente luego de ver los videos.
– Sí, me encantan.– Volteó a mirarme. Oh Dios, amo sus ojos– Al parecer tú lees de esos libros cursis de romance.
Solté una risita–, Sí es mi género favorito.
– Romántica, ¿eh?
– Algo. – Le dí una sonrisa cerrada y él respondió igual.
Hubo un silencio, pero no incómodo sólo nos miramos un poco.
– Sabes, me alegra encontrar a alguien que le guste leer como yo, todos mis amigos apenas leen lo que piden en clase.
– Me pasaba algo parecido, no tenía a nadie a quien recomendar libros hasta que te conocí.
– Sí quieres podemos venir aquí alguna otra vez a compartir libros y reírnos un rato.
Me miró dulcemente con una pequeña y ligera amable sonrisa cerrada.
– Claro, me encantaría.
Luego sonó el timbre que indicaba que el recreo había acabado, él dijo que iría al baño antes de entrar al salón y con eso se fue. Así que regresé sola a clases.
Ya era bastante tarde y todas mis clases habían acabado, al fin. Fui a buscar a mi hermano, él y yo estábamos en secciones distintas, pero en el mismo curso, obviamente.
Lo busqué por todo el patio de la escuela, pero no había rastro de él. Antes de continuar buscándolo compré una barra de chocolate en la pequeña tienda de la escuela.
¿Dónde se habrá metido Lucas?
Salí para ver si estaba en la entrada del colegio, pero no. Así que fui al parque, tal vez estaba con alguna chica. Efectivamente, mientras me adentraba en el parque, lo ví besándose con una morena apoyada en un árbol, él empezó a acariciar su cintura y fue en ese momento cuando giré la cabeza de un tiro, ver a mi hermano en esas condiciones me provocaba... ¿asco? No lo sé, pero era incómodo.
Seguía con la mirada apartada cuando grité. – ¡Lucas!
Voltee a verlos y ya no se estaban besando o tocando, le hice una seña para que viniera. Ví como la morena frunció el ceño, mi hermano le explicó algo y le dió un corto beso para luego venir y que por fin nos fuéramos.
– Me debes una por interrumpir mi beso.
– ¿Beso? Parecía que iban a hacer bebés allí mismo. Fue asqueroso Lucas, pobre árbol. – Le dí una palmada en el hombro.
El rió–, Como siempre exagerando, hermanita.
– Psst, ¿yo exagerada? – Señalé a mi inocentemente.
– Sip – Dijo y me robó un trozo de mi chocolate.
– ¡Ey!
– Oh, vamos. Tú siempre te robas mi comida. – Dijo con la boca llena de chocolate. Eww.
– Pues es para una buena causa, si como, mi cerebro se fortalece.
– ¿Y eso qué?
– ¿Quién te explicaría matemáticas si no fuera tu espectacular hermana?
Se rió–, Claro mi hermana la nerd.
– ¡Al menos no soy una floja! Como algunas copias baratas por aquí...
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Editado: 14.01.2020