Por qué siempre tenemos que ser tan dispersos?
Por qué tiene que dolerme tanto no tenerte ahora abrazándome muy fuerte?
Es momento de abandonar tu planeta. En donde ya no hay más oxígeno para mí. En donde los árboles se convirtieron en tierra y hojas secas. En donde las flores de abril se fueron marchitando una por una.
Voy a buscar mi propia constelación y a desconectar mis arterias de las tuyas para unirlas una a una a mi propio corazón.
Porque ya no hay nada que salvar ni nada que escarbar en este dolor que está en el fondo de mi pecho.
Se cerraron las ventanas por las que entrabas a abrazarme algunas noches en las que el miedo no existía.
Esta vez al fin me doy por vencido. Quédate con lo que pude construír en ti y reconstruye a tu manera lo que se destruyó. Sé feliz, sé libre. Avanza sin mis manos que te estorben.
Es momento de abandonar tu planeta, astronauta. Aunque este amor aún se me salga del pecho, ya no puedo seguir parando las manecillas del reloj. Ni seguir andando por sus arenas movedizas que un día cobijan y al día siguiente ahogan.