Quería salir corriendo, joder, Shixed quería abrir un portal en ese momento y desaparecer a cualquier lugar del mundo, no im0ortaba donde, incluso en el polo norte. Ver su belleza era como sentir el fuego y la oscuridad apoderándose de tu alma, carcomiéndote poco a poco. Él solo la observó de pies a cabeza, la escudriñaba. Shixed no lograba percibir si él la repudiaba o la extraña.
—Casi —respondió su padre—, falta poco para eso.
Incluso Shixed había olvidado lo que había dicho por la impresión de verlo. No cambió nada.
—¿Reencuentro familiar? —intervino Blue Velvet—, ¿quieren que les tome una foto?
—No —el padre de Shixed, Rianuhn, dirigió su mirada en Blue Velvet y se acercó cada vez más a las tres chicas—, pero pronto tendremos la fiesta de bienvenida, ¿lista para ser protocolo?
—Puedo ir por los globos y portavasos —Blue Velvet sonrió.
Shixed jamás había visto esa sonrisa en el rostro de Lissa. Era fría y tenue. Definitivamente la habían perdido.
—¿Cómo será esto, Shixed? —preguntó Rianuhn, su voz era ronca y grave, era imposible no enfocarse en él cuando tomaba la palabra—, ¿Será fácil, será difícil? Dímelo para evitar tiempo.
—Tiempo es lo que te sobra —escupió Shixed.
No podía dejar que la viera como una niña, no le permitiría saber que en el fondo ella estaba aterrada. Debía hacer lo que ella hacía mejor, evitar mostrar sus sentimientos.
—Y lo que a ti te falta —respondió.
—No será necesario —intervino Loshal—, ella se entregó por su cuenta.
—¿Ella sabe que me sacará de aquí? —preguntó Rianuhn con recelo.
—Lo sé.
—¿Y también sabes que tendrás que ceder gran parte de tu alma para poder hacerlo?
—Lo sé —Shixed empuño sus manos con fuerza—. También sé que tu no puedes quitármelos, tu no me obligas y quiero que sepas que tu no me estas obligando, yo lo estoy haciendo por mi cuenta.
Rianuhn la escudriñó un poco más, se puso frente a frente con ella. Liberó una pequeña risa llena de malicia y superioridad.
—¿Es una amenaza? —preguntó Rianuhn.
—Es un trato —respondió desafiante—. Si te doy mis poderes quiero algo a cambio.
—¿Qué sería eso?
—Que hables —Rianuhn alzó las cejas sorprendido a pesar de que sus ojos no mostraban ningún sentimiento—, quiero saber a quien le entregaré mis poderes.
—De acuerdo —Rianuhn le da la espalda y extiende una de sus manos haciendo que la palma estuviera en dirección al césped—, tenemos un trato.
Del suelo emergió el mismo tipo de portal que Loshal creaba con sus manos, pero este era más grande y el color del aura era vinotinto. Shixed notó como en el fondo había una mesa, unas sillas. Era un hogar, una casa enorme, podía ser una mansión. La decoración era antigua y por el tipo de mobiliario parecía ser abandonada. Rianuhn la miró sobre su hombro, la estaba invitando a entrar.
Shixed se acercó y saltó al hoyo al igual que Rianuhn. El portal se cerró detrás de ellos dejando a Blue Velvet y a Loshal solas.
—¿Lista par la etapa 3? —preguntó Blue Velvet con ambas manos detrás de su espalda mientras se mecía de un lado a otro. Parecía una niña de 5 años.
—No lo arruines —avisó Loshal manteniendo su mirada en el lugar donde había desaparecido el portal.
—¿Como tu? —preguntó Blue Velvet.
Loshal creó un portal frente a ambas. Las dos saltaron dentro del portal desapareciendo en el acto.
Los tres amigos se detuvieron en seco al ver el corredor echo un desastre. Había huellas y sangre por los a los rededores. Esperaban que no fuera de Shixed. Las puertas estaban abiertas, incluso quebradas, parecía que Shixed había dado lo mejor de sí contra lo que sea que hubiera entrado al apartamento.
Chao fue el primero en correr a la habitación de Shixed, su puerta era la única intacta, no había rastros de arañazos como el resto. Chao intentó girar el pobo, pero estaba cerrado con seguro.
—No abre —comentó Chao mientras forcejeaba contra la puerta.
Phemphit se acercó a la puerta y con una de sus bolas de fuego logró atinar al pobo de la puerta derrumbando el seguro. Chao abrió la puerta de una patada y los tres quedaron perplejos.
No había nada.
El lugar estaba impecable.
—Debemos revisar las demás habitaciones —ordenó Cooper—, Phemphit irá abajo y yo...
—No está aquí —dijo Chao sin dirigirles la mirada, se adentró a la oscura habitación y se acercó a su librero.
—Puede que esté escondida —comentó Phemphit.
—No lo está —Chao tomó el mismo libro que Loshal había tomado—, ella siempre responde ele comunicadora, sin importar nada porque teme volver a casa. Hay un gran desastre ahí afuera, ella lo hubiera limpiado con su magia, ella es muy pulcra, odia el desastre.