Prometiste cuidarme de todo y de todos, pero no me advertiste que tenía que cuidarme de ti.
La persona que te rompió no puede ser la misma que te arregle
A la carajo, mirame. Soy un desastre pero también soy un jodido encanto.
Es que me miraste de la forma en que yo siempre quise que me miraran.
No es la distancia, es la indiferencia.
Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestros cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y si no osamos emprenderla, no habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos.
A veces la soledad no se sentía como si todo a mi alrededor hubiera desaparecido, más bien se sentía como si algo dentro de mi ya no quisiera estar dentro de mi y también se hubiera ido.
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Editado: 01.04.2020