Fraternidad mixta...¡una Mierda!

6. No beberé nunca más.

Joder, joder, joder.

¿Qué he hecho? La cabeza me va a explotar, no siento la boca y los oídos me pitan. Dylan sigue dormido como si nada y aunque no paro de moverle él ni se inmuta.

– ¡Dylan!- grito mientras lo empujo. Cae al suelo y sus gruñidos no tardan en aparecer. Me levanto de la cama y me acerco a él.

– ¿Qué pasa?- me pregunta tapándose los ojos.

– ¿Qué pasa?, ¿De verdad? Dylan, ¡Mírame!- digo quitándole el brazo de los ojos.

– No grites, por favor- dice sentándose y apoyando la espalda en la cama.- Te miro y te veo. – Suspira y leyéndome la mente, contesta– No nos hemos acostado.- me dice levantándose y volviendo a tumbarse en la cama.

Suelto el aire que había estado conteniendo.

No nos hemos acostado, pero eso no explica que lleve una camiseta que no es mía ni que este en ropa interior. Resoplo inútilmente mientras recojo mi ropa y los zapatos.

Salgo de la habitación en silencio despidiéndome de Dylan que ya está roncando en la cama. Cierro la puerta con cuidado. Cuando me doy la vuelta veo a Ryan salir de su habitación, sin camiseta, en calzoncillos y marcando abdominales.

¡¿Esas son unas piernas normales?!

Ryan me mira de arriba abajo y una sonrisa se instala en su cara.

–Menuda noche, ¿no?- dice riéndose. En vez de pararse a hablar conmigo se dirige hacia las escaleras. – Vamos nena, ¡tenemos que preparar el desayuno!- dice gritando por las escaleras.

¿Por qué grita?

Me dirijo hacia las escaleras con la mano en la cabeza cuando se me cae un zapato al suelo. Mierda. Voy medio desnuda. Me doy la vuelta y retomo el camino hacia mi habitación.

Me termino de desnudar y me miro en el espejo. Ya no tengo pintalabios y aunque tengo un poco de negro debajo de los ojos, el resto del maquillaje ha desaparecido. Mi pelo ya es otra historia.

Cojo el neceser, me enrosco una toalla y voy a las duchas. No hay nadie en ellas, así que me puedo duchar tranquila.

El agua de la ducha sale congelada y no puedo evitar el gritito que sale de mi boca. Consigo regularla y empiezo a notar esa agua bendita que te ayuda con las resacas. Cojo el champú y me masajeo el cabello, lo aclaro y me lavo el cuerpo.

Quizás he sido demasiado amable y Dylan se lo ha tomado de una manera distinta. Tengo tantas lagunas de anoche. Recuerdo llegar al cuarto chupito a duras penas, creo que baile con Jayden pero ya no me acuerdo de nada más.

Soy estúpida.

Voy, y al primer día, me emborracho. ¿Qué habré hecho?

Salgo de la ducha, me enrollo la toalla en el cuerpo, y me voy a mi habitación. Cuando entro, me sobresalto de tal manera que por poco se me escapa la toalla.

– ¿Qué haces aquí?- digo sobresaltada sujetando con fuerza la toalla.

– Desde esta mañana solo te veo medio desnuda, ¿Me intentas decir algo?- dice riendo y poniendo sus brazos tras la cabeza, acomodándose en mi cama bien hecha.

– ¿La droga forma parte de tu desayuno?- le pregunto irónicamente y él se ríe. Voy al baño y dejo el neceser. – ¿Desde cuándo tenemos esta confianza para entrar en habitaciones ajenas?

– Desde ayer, claramente.

– ¿Ayer, cuando nos conocimos? – me acerco a él y le intento levantar.

– Cuida no se te caiga la toalla.- dice intentando agarrarla.

– La tengo bien sujeta.- digo agarrándomela con fuerza y tirando de uno de sus brazos consiguiendo levantarlo. – Venga, levanta. Me tengo que cambiar– se levanta y se me queda mirando. – ¡Vamos!- digo empujándolo hacia la puerta.

– Baja ya, llevo un rato esperándote.- me dice en la puerta.

– Ahora voy, pesado.- Ryan coge el pomo de la puerta y empieza a cerrar la puerta. Me paso las manos por la cara y justo en ese momento veo como su brazo tira de mi toalla. En un abrir y cerrar de ojos mi toalla ha desaparecido por la puerta.- ¿Qu…?

– ¡Idiota!- le grito abriendo la puerta.

Me acerco a mi armario y me pongo la ropa interior, un mono de pantalón corto y tirantes de color rojo con pequeñas flores y me calzo unas chanclas. Busco por la habitación mi móvil para enviarle un mensaje a Claire cuando veo un par de pastillas y un vaso de agua en la mesilla. Me rio en silencio y me las tomo. Un simple detalle y ya tengo una estúpida sonrisa en la cara. Esto no pasaba en mi casa.

Salgo de mi habitación y bajo las escaleras observando el desastre que hay en la casa tras la fiesta. Voy a la cocina donde encuentro a Ryan preparando café.



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En el texto hay: sexo, amor, amistad

Editado: 16.09.2019

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