15 - Mucho más allá de Althohalla.

Domingo 2 de Enero.

Gran imperio de Fiore.

Ciudad de Magnolia.

9:00 de la mañana.

En el tiempo actual, un muy ligero sol trataba de traspasar sus cálidos y brillantes rayos de luz a través de las densas nubes negras de tormenta, siendo una acción que a su vez le estaba resultando casi imposible de realizar, pues estas mismas nubes impedían totalmente que este simple hecho se logrará concretar, de esta manera provocando que la temperatura descendiera ligeramente en toda la enorme región de Fiore.

Tratándose de un clima al cual sus buenos habitantes no estaban sumamente acostumbrados, ya que normalmente el brillante sol solía invadir completamente casi todas las hermosas estaciones del año, siendo un claro elemento natural que no podía faltar en el gran y misterioso imperio de Fiore.

Por su parte, en las enorme instalaciones del gran palacio construido casi en su totalidad de piedra, dos pequeños infantes se visualizaban ahora mismo escabulléndose de una manera cautelosa por uno de los tantos y solitarios pasillos, ya que estos mismos niños habían aprovechado que Iduna se había quedado profundamente dormida junto con la bebe de cabello rosa llamada Hanami.

Greige: Oye, ¿estás seguro de que no nos meteremos en problemas?.

Preguntó el pequeño peliazul con una enorme duda en sus palabras al estar siguiendo a su mejor amigo por el largo y solitario pasillo.

Owen: Tranquilo, sólamente buscaremos algo de comer y luego regresaremos rápidamente a la habitación.

Respondió el actual príncipe de Arendelle al estar corriendo tan solo unos cuantos centímetros más adelante de su mejor amigo de intenso cabello azul.

Greige: Tengo mucha hambre.

Comentó el peliazul mientras continuaba corriendo a una mediana velocidad, a su vez que también se sostenía el estómago como si este mismo en verdad se estuviera muriendo completamente de hambre, con este simple hecho causando sólamente un poco de diversión por parte del pequeño pelinegro de ojos azules.

Owen: No exageres.

Dijo el pelinegro con una clara sonrisa burlona en su infantil mirada, aunque a su vez también haciendo sonreír alegremente al pequeño peliazul.

Al terminar de hablar, ambos infantes reales de Arendelle continuaron corriendo por los largos pasillos durante algunos cuantos minutos más, o al menos así fue hasta que los dos pequeños pudieron llegar finalmente al gran comedor del inmenso palacio de Fiore.

Greige: No puedo creerlo, es enorme.

Owen: Es verdad, es sumamente fabuloso.

Dijeron los dos infantes con alergia en sus respectivas miradas antes de simplemente comenzar a adentrarse en el gran comedor real, mismo lugar donde únicamente pudieron apreciar una enorme variedad de diferentes y riquísimos platillos, tratándose de una escena que a su vez logró emocionar aún mucho más a los dos pequeños niños elementales.

Owen: Andando, comamos antes de que alguien más llegue.

Sugirió el pelinegro para después sólamente comenzar a comer unos deliciosos panecillos de chocolate que se ubicaban justamente sobre la gran mesa, aunque a su vez siendo seguido de una manera inmediata por el peliazul, el cual solo procedió a hacer prácticamente lo mismo que su mejor amigo.

Greige: Están muy deliciosos.

Decía el ojiazul con mucha felicidad mientras consumía uno de los deliciosos panecillos.

Owen: Tengo que admitir que están mucho más ricos que los que preparan en Arendelle.

Mencionó el ojiazul al estar consumiendo también uno de los tantos panecillos de chocolate, aunque sin saber en lo más mínimo que una hermosa mujer de cabello largo y negro los observaba desde la gran puerta del comedor, la cual únicamente se dedicaba en mostrar una ligera sonrisa en su bella mirada.

?: Los están disfrutando?.

Al momento de escuchar esta suave voz de mujer, ambos niños de Arendelle dejaron de comer e inmediatamente miraron en direccion a la portadora de esta misma voz, encontrándose con una joven mujer de intenso cabello negro y que a su vez era portadora de una piel tan blanca como la nieve, tratándose de una verdadera belleza para la gran vista humana.

Owen: ¿Quién...quién eres tú?.

Habló el príncipe de Arendelle con un ligero miedo en sus palabras antes de bajar de la mesa junto con el pequeño Greige, para después ambos infantes reales comenzar a retroceder unos cuantos metros hacía atrás, ocasionando con esto que la pelinegra sólamente decidiera acercarse de una manera lenta hacía ellos.

?: Me presentó, mi nombre es Ultear, Ultear Milkovich.

Reveló la mujer de intenso cabello negro al estar justo enfrente de los dos pequeños niños asustados, los cuales simplemente la miraban con un profundo miedo reflejado en sus respectivos ojos azules.

Ultear: Tranquilos, no les haré daño.

Comentó la espíritu oscuro con gran tranquilidad mientras mostraba una muy simpática sonrisa.

Greige: Lo sentimos, no nos volveremos a escapar de la habitación.

Owen: Sí lo prometemos.

Pronunciaron los dos niños originarios de Arendelle con demasiado arrepentimiento en sus palabras, provocando que Ultear simplemente borrará de una forma inmediata su simpática sonrisa.

Ultear: No les creo.

Dijo la pelinegra con gran molestia en su voz para después solo impactar brutalmente uno de sus puños sobre el pequeño estómago de Owen, el cual no pudo evitar salir disparado unos cuantos metros de distancia debido al fatal golpe recibido, aunque a su vez con este hecho dejando totalmente impactado al asustado infante de cabello azul.

Greige: OWEN.

Gritó el ojiazul con una enorme preocupación antes de salir corriendo en dirección a su mejor amigo, mismo amigo que actualmente permanecía completamente inconsciente.

Greige: Miserable, te arrepentirás.

Advirtió el pequeño peliazul al momento de estar revisando el estado de su mejor amigo, para después sólamente mirar con un inmenso enojo en su mirada a la hermosa mujer de cabello negro, misma que simplemente permanecía de pié y sin importarle en los más mínimo el grabe daño que le pudo haber causado al príncipe de Arendelle.