Frozen lll: Los Espíritus Oscuros.

16 - La llegada a un gran imperio.

Lunes 3 de Enero.

Gran imperio de Fiore.

Ciudad de Magnolia.

10:00 de la mañana.

En el tiempo actual, las descontrolables lluvias habían comenzado a caer nuevamente de una forma sumamente brutal sobre las hermosas tierras del gran imperio de Fiore, tratándose de un grave acontecimiento que a su vez empezaba a preocupar no sólamente a sus buenos habitantes, si no también a los seis malignos espíritus oscuros, ya que este simple cambió en el ambiente podía ocasionar fatales estragos en casi toda la inundada y desolada ciudad de la región.

Además de que esta terrible lluvia podía interferir también de una muy mala manera cuando estos mismo tuvieran que enfrentarse en contra de los siete jóvenes elementales de Althohalla, esto más que debido a que ellos todavía no conocían a la perfección las inmensas habilidades tanto mágicas como físicas de los actuales espíritus guardianes, tratándose de un tema de suma preocupación para todos los portadores de la terrible oscuridad.

Mientras tanto, después de todo lo acontecido un día anterior con los dos pequeños niños reales de Arendelle, estos mismos comenzaban a despertar en una de las tantas habitación del gran palacio de Fiore con mucha pesadez reflejada en sus respectivas miradas, además de que una niña de hermoso cabello castaño los empezaba a observar con un claro semblante de molestia mientras que a su vez cargaba entre sus brazos a una linda bebe de intenso cabello rosa y ojos azules.

Owen: ¿En...en dónde estoy?.

Preguntó el pelinegro al momento de estarse tallando suavemente sus intensos ojos azules, al mismo tiempo que su mejor amigo también hacía prácticamente lo mismo.

Greige: Me duele mi mejilla.

Se quejó el peliazul con dolor en su voz una vez que este mismo dejo de tallarse sus entristecidos ojos azules para después posar una de sus manos sobre su adolorida mejilla.

Owen: Porque...porque nos miras así?.

Comentó el actual príncipe de Arendelle al sentir la mirada completamente penetrante y repleta de enojo por parte de la pequeña niña de ojos azules, la cual únicamente decidió acercarse con suma lentitud hacia la cama donde ambos infantes permanecían actualmente sentados, para después sólamente dejar de una manera sumamente cuidadosa a la tranquila bebe de cabello rosa sobre esa misma cómoda cama.

Iduna: ¿Porque hicieron esa tontería?.

Habló la pelicastaña con una suma seriedad en sus palabras, incluso a su vez asustando un poco a los dos pequeños niños de Arendelle, mismos que a su vez simplemente decidieron desviar de forma inmediata sus respectivas miradas.

Iduna: No me ignoren, ustedes saben muy bien a lo que me refiero.

Dijo nuevamente la jovencita de bellos ojos azules con enojo antes de decidir golpear ligeramente las cabezas de ambos niños reales, los cuales no pudieron evitar gritar rápidamente de un completo dolor.

Owen: Lo sentimos mucho.

Greige: Nosotros simplemente teníamos hambre.

Dijeron ambos infantes con un claro arrepentimiento en sus miradas mientras una gran cantidad de lágrimas comenzaban a fluir inmediatamente de sus respectivos ojos azules, ocasionando que Iduna simplemente los apreciará llorar con su expresión todavía repleta de total seriedad.

Iduna: Dejen de llorar, eso no les ayudará en nada.

Reprendió la enojada pelicastaña al momento de posar sus dos manos en su delgada cintura, aunque a su vez sin lograr en lo más mínimo que tanto Owen como Greige dejaran de llorar escandalosamente.

Iduna: Ya...ya basta niños.

Susurró la ojiazul con suavidad en sus palabras antes de solo abrazar cariñosamente a ambos infantes reales de Arendelle, los cuales no pudieron evitar sorprenderse enormemente debido a este mismo y sorpresivo abrazo.

Owen: Siento...siento como si mi mama me estuviera abrazando, ¿a qué puede deberse?.

Pronunció el pelinegro mientras dejaba de llorar para después sólamente mirar aquellos bellos ojos azules que a su vez le parecían tan familiares, ya que para este mismo era como si estuviera viendo los encantadores ojos de su madre y actual flamante reina de Arendelle.

Greige: De hecho si, se parece demasiado a la reina Elsa.

Mencionó el peliazul al estar sintiendo todavía el cálido abrazo por parte de la niña llamada Iduna, aunque esta misma sólamente pudo sentirse un tanto nerviosa debido a estas acusadoras palabras, ya que pareciera que ambos niños comenzaban a darse cuenta de quién se trataba ella verdaderamente.

Iduna: Creo que es sólamente es una simple coincidencia, yo...yo no soy nada de ella.

Habló la niña de cabello castaño con un ligero toque de tristeza en sus palabras, siendo algo que a su vez no fue notado en lo más mínimo por ambos infantes reales.

Al terminar esta ligera conversaciones, Iduna simplemente continuó abrazando a ambos pequeños niños con mucho cariño reflejado en esta simple acción, al mismo tiempo que la bebe de cabello rosa que aún permanecía acostada sobre la cama apreciaba esta bonita escena con una encantadora y juguetona sonrisa adornando su infantil mirada, de esta gran manera generando un ambiente sumamente agradable en toda la amplia habitación del gran palacio de Fiore.

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Gran zona marítima.

12:00 del medio día.

Después de haber estado casi dos largos días recorriendo sólamente el inmenso y hermoso mar azul, nuestros ocho jóvenes procedentes del reino de Arendelle se encontraban al parecer lo suficientemente cerca de las misteriosas tierras del gran imperio de Fiore, ya que este simple hecho se podía demostrar en las enormes nubes oscuras de tormenta que poco a poco comenzaban a invadir totalmente el despejado cielo marítimo.

Tratándose a su vez de un pésimo acontecimiento que no era para nada del gusto de nuestros queridos protagonistas elementales, ya que este terrible clima podría complicarles demasiado su sorpresivo y sigiloso arribo a la región de Fiore, de esta simple forma afectando de una manera sumamente fatal los planes realizados con anterioridad por todos los los espíritus guardianes de Althohalla.



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En el texto hay: para el amor no hay limites

Editado: 04.12.2023

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