Al verme Miller parada en frente de el se acercó a mi y me agarro por la muñeca, su agarre era un poco violento y podía sentir caliente sus manos, seguro me quedarán marcas en la muñeca.
—¿Que haces aquí? —Me estremecí por la brisa fría que soplaba en los alrededores de la montaña, era realmente fría nada parecido al clima caluroso de Texas, nunca podría haber imaginado que hubiera algo semejante a este lugar tan placentero.
—Vine a ayudarte, si te veían aquí sin mi te podría haber pasado algo malo.
—No me iba a pasar nada, ¿Por qué no te fuiste del bosque? ¿Por qué eres tan testaruda?
—Tan siquiera me puedes dar las gracias.
—¿Por qué debería darte las gracias?
—Por ayudarte.
—Yo no necesito ayuda de nadie.
—Okay como digas, yo solo quería ayudarte ahora dime como salgo de este lugar.
—No hay salida.
¿Como así que no me podía salir?, si el lo podía hacer ¿por qué yo no?.
—¿Tú como sales?
Se rasco la cabeza, parecía estrezado.
—Porque yo llevo años aquí y ya se controlar mis impulsos de Fuego azul.
¿Fuego Azul?
—Se les llama así a los que tienen fuego de esa Montaña—. Señaló la montaña que estaba la frente de nosotros, donde se veía humo azul, era realmente hermosa.
—Como ves el humo que se ve en la sima es azul como el fuego que brota de ella—. Lo miré con rareza.
—Ahora pensarás que estoy diciendo locuras pero es así, por nuestras venas corre fuego azul y eso nos hace un poco agresivos, cuando nos llenamos de rabia, nuestro fuego empieza a salir por nuestras manos y nuestra temperatura aumentara y sentirás que ardes, ¿Ves de lo que te quería prevenir?. Sino fueras entrado a esta montaña quizás fueras tenido la oportunidad de hacer una vida normal.
Miller lo hablaba con una gran seguridad que parecía creíble pero esto no parecía para nada real aunque no me parecía desconocido.
—¿Dices la verdad?
Me toqué la cabeza y casi caigo al suelo, sino fuera sido por la mano de Miller, mi nuevo amigo sería el suelo.
—¿Rachel estas bien? —Intente articular una respuesta pero todo se volvió borroso y luego negro.
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Estaba tumbada en una cama de sábanas grises y con un olor agradable a lavanda, las paredes del cuarto eran blancas y su techo de madera, era acogedor aquel lugar.
—Ya se despertó—Dijo una voz que pude identificar como la de Miller.
—Que tal si tu le explicas lo que siempre le explicamos a los novicios - Dijo un hombre de más edad.
—No Mark, mejor es que le expliques todo tu, quizás te crea a ti.
Así que ese era Mark, el hombre que me buscaba, quize levantarme para reclamarle pero fue inútil sentía una horrible pesadez y mareo.
—Será mejor que no te levantes, es tu primer día de Transformación.—Hablo Mark.
«¿Transformación?»
—Ahora te debes sentir mareada, el fuego se está adaptando a tu cuerpo será mejor que te quedes en reposo.
—¿Qué?—Dije con dificultad, estaba muy débil
—Ah disculpa no me he presentado Soy Mark y te doy la bienvenida al campamento Heims.
Así que así se llamaba esto, era el mismo nombre de la escuela a que asistía.
—Como la escuela de artes.—Dije casi en susurro.
—Si—Sonrio.
—Esa escuela la fundó uno de los jefes del campamento de los fuego azul.
—Es decir que allí asisten los fuego azul.
—Pues no todos, solo algunos, allí también van mortales.
Pensé en Michael, Ally, Abby, Dallas, y el resto de chicos que no recuerdo los nombres.
—Y yo ¿Qué se supone que soy?, tiene que haber alguna razón por la que me quería tener aquí.
—Si por supuesto, eres una de nosotros por eso Miller te trajo aqui, eres una fuego azul.
—Y ¿Cómo puede asegurarlo?
—Tus ojos Raechel dicen mucho, todos los fuego azul tenemos los ojos de un llamativo azul que parece fuego, pero bueno esa no es la razón, yo le pedí a Miller que te trajera aquí solo por una razón, el día que Miller se peleó con Shawn otro fuego azul.
Así que al chico que defendía también era fuego azul
—Tu lo empujaste y con tanta facilidad que no parece normal para un mortal y además Miller me dijo que botabas chispas azules por las manos, ahí estuve seguro de que eras una fuego azul.
—Así que fue real pensé que me había imaginado todo- susurre
—Si y de ahora adelante te quedarás en Heims, hasta que te controles, los novatos son muy explosivos dejas a uno suelto y ocurren varios incendios.
—Pero... Mi abuela, no puedo quedarme aquí sin decirle nada a ella, no le haré ese daño ya perdió a mi madre no me perderá a mi - Sentí una horrible punzada en el pecho.
—Por eso no te preocupes, antes de que llegarás averigüe toda tu historia eres hija de Danielle Stevens, una mujer que era una gran empresaria de una multinacional, tu padre murió su nombre era Ryan Park, no alcanzo a ponerte su apellido.
Hizo una cara de condolencias.
—Lo siento, mi más sentido pésame debe ser horrible ser huérfana.
Sí, así era, se sentía un horrible vacío en tu vida no tener padres.
—Bueno y tu abuela es una ex maestra del Jardín Children's, al parecer todos de vidas normales, pero eso no me encaja tiene que haber algunos de tus padres que sea fuego azul porque no me explico como puedes salir tu fuego azul.
—Ninguno de mis padres fue un fuego azul—Grité.—Sino me lo hubieran contado.
—No lo asegures aveces los fuego azul quieren alejar a sus hijos de este mundo, pero lo que no saben es que no pueden, este mundo siempre los atraerá y todo lo que venga de el, por eso tu viniste aquí, te sentiste atraída y nada te detuvo a entrar a un lugar desconocido al igual que te atraía Miller ¿Verdad?.
Me sonrojo de la pena de ser descubierta y si era verdad que me sentía atraída atraída por Miller y eso me ponía incómoda.
—No te pongas incómoda eso es normal en los fuego azul, siempre te sentirás atraído por uno de tu especie, no siempre como un enamoramiento sino como una atracción de un hijo con su madre, ya sabes la sangre llama a sangre.