Gabriel reflexionó que no habría salida para Hannya así que tomó la decisión de levantarla, despertándose de su letargo. Hannya parecía renovada, energética.
-¿Qué pasa padre Gabriel? No recuerdo nada de lo que ha pasado...
-¿No recuerdas nada, dices Hannya? ¿Qué te pasa?
-Me siento fantástica padre, con ganas de comenzar una nueva vida, aunque sea dentro de este lugar. Muéstreme a su Dios padre Gabriel, lo deseo tanto. Lléveme por el camino de la santificación como Bernardita Soubirous o Santa Teresita de Lisieux.
-¿Hablas en serio Hannya? ¿No sientes nada extraño en ti?
-No soy tonta padre sé lo que pasa en mí pero a pesar de eso no deseo vivir una vida conminada por el pecado. Solo te deseo a ti Gabriel, en cuerpo y carne, estoy enamorada de tu santidad.
-Otra vez está hablando en ti el demonio Hannya...
-Solo bésame Gabriel, entrégate a mí...
-No puedo Hannya... por más que quisiera no es solamente que sea padre de la iglesia antes de ser esto fui un sodomita. En realidad, no puedo...
-Me rechaza padre... solo un sodomita podría ser Padre y perderse de los placeres carnales.
-El demonio te seguirá acechando Hannya, solo hay una solución y estoy dispuesto a liberarte...
Gabriel lanza del balcón donde se encontraban a Hannya donde cae muerta, dándole la muerte el último beso.