G.L.A.M.M. Y.E.M.I.L. (invierno)

Capitulo 9. Duelo de reinas

Yuko tenía su cabello negro y largo recogido con un moño, vestía de invierno con sus pantalones largos de color rojo y una camiseta de manga larga de color blanco con rayas del mismo color que los pantalones.

Lyra tenía el cabello castaño, largo y suelto con el flequillo largo también, atado con un clip de su símbolo (un triangulo invertido con una ola en su interior). Vestía de invierno con sus pantalones largos de color fucsia y una camiseta de manga larga de color blanco con rayas del mismo color que los pantalones.

Coral tenía su cabello castaño, medio largo y con un moño grande, vestía de invierno con sus legins gordos de color coral, con una falda por la rodilla de color blanco, y con una camiseta de manga larga de color coral con una raya blanca en los bordes.

—¿Que hay que ver exactamente?—Preguntó Lyra.

—Algún escrito o simbología que explique el pasado de la diosa de los pulpos.

—¿Que tal esto?

—¿Que has encontrado?—Se acercaron las dos a Coral quien estaba viendo una pintura.

Eran dos mujeres separadas por una columna, una era pelirroja de cabello largo y la otra con el cabello negro y largo. Ambas llevaban un vestido que representaban su bando.

—Dos amigas enfrentadas y un final horrible, el destino solo traza el rumbo que la gente quiere hacer—Leyó Coral. —Dos reinas separadas por el orgullo y la codicia.

—Pues qué bien… pero aquí no hay nada de la diosa de la diosa de los pulpos.

—Aquí solo hay escritos y pinturas de estas dos reinas.

—Alomejor encontramos alguna conexión entre ellas—Dijo Yuko.

—Está bien, vamos a ver que podemos encontrar.

—Aquí hay algo más. Dos mujeres sin nombre escrito, una venganza tras otra con un inicio de un malentendido que no se resolvió en su momento, la cadena se hará más larga si no se frena—Leyó. —Esto es una advertencia, alguien quiere que se pare todo esto.

—¿Solo hay esto? ¿No hay ninguna información de alguna otra cosa? ¿Como por ejemplo, la diosa de los pulpos?

—Creo que aquí solo habla de las dos reinas, no hay otra información más que esta.

Coral, Yuko y Lyra caminaban por lo profundo del túnel iluminado por algunas antorchas.

La mujer que estaba pintada a la derecha, era de piel blanca, labios rojos carmesí, con su cabello negro y largo, lo llevaba por la cintura, todo liso con flequillo. Vestía un vestido largo y blanco con decoraciones rojas por los bordes. Y encima, llevaba una diadema blanca de rosas rojas medianas.

—¿Mamá?—Yuko la miraba, se parecía muchísimo a su madre, la cual vio en el trofeo de cristal.

—Lyra mira—Coral señaló otra pintura. Ambas pinturas eran gigantes, se miraban entre ellas, una a la derecha y la otra a la izquierda.

La mujer que estaba pintada a la izquierda, era de piel clara, labios carnosos sin pintar, con su cabello pelirrojo ondulado y largo por la cintura, con el flequillo a un lado. Vestía un vestido corto por las rodillas, era blanco con decoraciones marrones. Y encima, llevaba un pañuelo blanco con decoraciones pequeñas de color marrón.

—¿Mamá?—Lyra se desconcertó.

—¿Nuestras madres eran rivales?

—No tiene sentido.

—¡Aquí estáis! ¡Vamos! ¡Tenemos que irnos ya! Está a punto de cerrar—Melody estaba al principio del túnel, con Edith, Ilonka y Rosabella.

—¿Ya es de noche?—Preguntó Lyra.

—¡Vamos!—Coral y Lyra arrancaron a correr mientras que Yuko seguía parada, de pie delante de la pintura de su madre. —¡Yuko!

—Yuko vamos, ¡no hay tiempo! El templo se está cerrando.

—Y qué más da, estoy muy enfadada, mejor que no me toques.

—¿Estas enfadada conmigo? ¿Por qué?

—¡Vamos! ¡Chicas! Hablareis luego, ¡se está cerrando y haya que llegar arriba!—Gritó Edith.

—No te dejaré aquí sola.

—No, no voy a estar aquí—Tras decir eso se teletransportó.

—Será posible, ¡Coral corre!—Lyra y Coral corrieron la máximo que pudieron y junto a las demás salieron de milagro, faltaban pocos segundos para que se cerrase la puerta. Yuko estaba en la biblioteca tranquilamente, con los brazos cruzados. —¿Pero de qué vas? ¿Cómo puedes tener la cara de dejarnos ahí solas?

—Es un precio justo ¿no?

—Estás enfadada por lo de tu madre—Yuko se fue sin decir ni una palabra.

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