—Día 12 de Enero, pócima 16, a ver si esta vez lo puedo conseguir—dijo Sue mientras ponía un cristal pequeño dentro de un bote.
—¿Estás segura de que funcionara?—preguntó Melody. Las cinco estaban en la tienda de Sue y Desmond.
—¿Tienes que hacer esa pregunta cada vez que hago una?
—Em, si, es mi vida. Y quiero asegurarme de que no voy a morir en el intento.
—Lo harás de todos modos—dijo Ilonka apoyada en una pared.
—Ya está, lista, ahora agitamos y…—Agito el bote cerrado. —Ya está, le he añadido chocolate para que te sepa mejor.
—Gracias…
Melody se bebió el pequeño bote azul con la esperanza de no morir en el intento, pero en vez de eso, se transformó en…
—¡Melody!—Gritaron todas cuando vieron una calabaza.—Te has convertido en una… ¿calabaza?
—Ay no, debió fallar algo.
—Como las demás pociones que has probado.
—Ilonka, hoy estas muy alterada—dijo Yuko. —Ve fuera y despéjate por favor—Ilonka se puso un mechón de pelo detrás de la oreja y seguidamente salió de la tienda.
—No sé que ha podido salir mal, de verdad que pensaba que ya estaría.
—Jugar con la magia de los muertos no ha sido una buena idea. Sabes cómo deshacer el hechizo ¿verdad?—preguntó Lyra.
—Sí, la destransformación en cosas no suele ser muy complicada, pero necesitare ingredientes y algunos no los tengo aquí.
—¿Dónde se encuentran? ¿Qué necesitas?—preguntó Yuko.
—Necesito esto…
Fuera de la tienda, Ilonka estaba apoyada en la pared mientras se sumía en su mente, Sue llevaba días probando varias pociones para deshacer la “maldición” del príncipe del mundo de las almas; sin que este afecte a la vida de Ilonka.
—Hola Ilonka—Rosabella estaba triste y se sentó a su lado, cerca de unas plantas decorativas.
—Rosa ¿a qué viene esta cara? ¿Qué ha pasado?—se agachó.
—El problema es que ya he descubierto quienes son mis padres y no quiero que sean ellos, de todos los padres posibles me tocan justo los malos.
—Te entiendo—se sentó a su lado. —Parte de mi familia también es… bueno, no sé si diría mala, pero no me caen muy bien.
—Tu hermano te quería muerta.
—Ya, pero ¿sabes una cosa? Lo comprendo… yo no debería haber nacido, por culpa de eso Melody tiene los días contados.
—Hubiese preferido no conocer la verdad.
—Yo creo que también, la verdad—sonrieron. —Pero ya está hecho, ya se sabe y ahora toca levantarnos y con la cabeza bien alta, enfrentarnos a lo que viene.
—Supongo.
—No estés triste, tampoco es todo tan malo, has descubierto que no estás sola, tienes una hermana, y no cualquiera.
—Sí, Edith es la mejor. Ha hecho un dron ella sola.
—Edith es muy buena, es muy buena hermana, te lo garantizo.
—Gracias Ilonka, tu también eres una de las mejores.
—No lo dudes nunca—dijo riéndose. En ese momento salieron Yuko, Lyra y Edith de la tienda.
—¿Que hacéis en el suelo?—Ilonka y Rosabella se levantaron. —Hay que buscar estas cosas para reinvertir la poción de la calabaza—dijo Yuko.
—¿Todos los ingredientes son de las flores?
—Los otros ingredientes ya los tiene en la tienda, solo le hace falta esos tres—dijo Lyra.
—¡Edith!—Rosabella se abalanzo sobre ella abrazándola fuerte. Edith parecía estar pensativa—¿Edith?
—Tranquila, no me pasa nada, estoy muy bien, ahora que ya sé de dónde vengo, pero me gustaría encontrármelo cara a cara y decirle unas cuantas cosas.
—Se llevó el meteorito en nuestra cara.
—Ya os dije que no podía haber desaparecido—dijo Yuko.
—Hey chicas, ¿vais a algún sitio?—Riza pasaba por ahí por casualidad.
—Hola Riza, si, vamos a buscar estos tres ingredientes.
—¿Os puedo acompañar? No tengo nada que hacer.
—Por mí no hay ningún problema.
—Rosa, tu tendrás que quedarte aquí—dijo Edith agachándose.
—¿Qué? ¿Pero por qué? ¡Yo quiero ir!
—Es muy peligroso.
—Perdona hermanita, he hecho muchas cosa que no sabes, y además, os ayude con la pelea de los cinco que tenían joyas.
—Rosabella, ¿quieres ayudarme con Melody? Ahora es una calabaza y necesita muchos cuidados—dijo Sue en la puerta. Rosabella suspiro pero al final aceptó quedarse.
—Vamos a buscar los tres ingredientes que faltan—dijo Lyra poniéndose en frente.
El grupo estaba compuesto por cinco personas, Lyra, Yuko, Edith, Ilonka y Riza. Lyra llevaba un mapa dibujado por Sue quien sabia donde encontrar cada uno de los ingredientes. Edith llevaba su dron teledirigido a todas partes.
—¿Seguro que es por aquí?—Preguntó Edith.
—Solo estoy siguiendo el mapa—Respondió Yuko.
—Sue puede ser muchas cosas, pero dibujante le queda muy grande—dijo Ilonka viendo el mapa.
—Las hojas de orquídea deben de estar cerca, aquí dice que hay que ir al norte hasta llegar a las estatuas de platino.
—¿Estatuas de platino? Este bosque cada vez me impresiona más—dijo Edith. Siguieron recto siguiendo el norte hasta llegar a la entrada de un laberinto.
—Bien ¿y ahora qué? ¿Entramos?
—Aquí hay algo escrito—dijo Riza. —Laberinto de los deseos, advertencia, una vez entras tienes que llegar hasta la salida, quien no lo logre se quedará ahí dentro para siempre—leyó. —¿De verdad vamos a correr el riesgo?
—¿Aquí dice algo sobre un laberinto?—preguntó Ilonka.
—No dice nada.
—Entonces, puede que no debamos entrar porque los ingredientes que necesitamos no están ahí dentro.
—Es un laberinto de los deseos, si encontramos la salida, seguro que nos dan lo que buscamos.
—Em… yo no lo veo así. Además, meternos ahí dentro sin ningún plan que nos asegure que saldremos, me parece de lo más ilógico de todo.
—¿Ilógico? ¿Sabes lo que es ilógico? ¡Todo! ¡Todo el verano! ¿Te parece poco?
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Editado: 14.08.2021