V

Jae-Kyung.

Rápidamente corrí hacia él.

—No estará bromeando ¿Verdad? —Me preguntó Shin-ae.

—No lo creo... Hace un momento se veía pálido, dijo que no había comido nada durante todo el día, así que creo que es por eso...

—¡Oiga, Señor! ¡Ayúdenos a cargar a este tipo al taxi!— le dijo Shin-ae.

—¿A dónde lo van a llevar? ¿A su casa o la suya? —preguntó el hombre.

—No sabemos su dirección ¡Y no vamos a llevar a un desconocido a nuestra casa! —dije— Debemos llevarlo al hospital...

—No... No tengo seguro médico... —Susurró el pelirrojo.

—¡Eso no me importa! No nos haremos responsables si te pasa algo —dijo Shin-ae arrastrandolo — Tú agarralo de las piernas y yo de los brazos —me dijo y lo cargamos hasta el taxi.

Shin-ae iba sentada en la derecha, el chico iba en medio, recostado en el hombro de la castaña y yo iba al lado izquierdo del pelirrojo.

—Traten de mantenerlo de lado, para evitar que vomite en el taxi—dijo el hombre.

—No huele a alcohol —dijo Shin-ae

—Huele bien... —dije después de olerlo

—Estás chicas si son raritas—susurró el hombre y nosotras lo miramos mal.

Me giré un poco y acerqué mis dedos al ojo izquierdo del chico.

—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó Shin-ae confundida.

—Tal vez es anémico y por eso se desmayó, mamá hacía eso con mi hermana—dije con nostalgia —bueno, por ahora lo veo bien—dije después de ver su ojo.

—¿Y si fue mi bebida? ¿Y si es alérgico a la naranja?—preguntó ella.

—No lo creo, si fuera así, ¿Por qué tomó de tu bebida sabiendo que era de naranja? —dije con obviedad.

—¿Y si él no sabía que era alérgico? Se ve que es de una familia adinerada, ellos harán todo lo posible por meternos presas—dijo la castaña.

—No creo que sea tan estúpido como para no saber a qué es alérgico.

×××

—Vengan a la fiesta dijeron, será divertido dijeron —dijo Shin-ae con sarcasmo — ¡No es divertido tener a un tipo que en cualquier momento te puede vomitar encima!

Reí ante su comentario.

—Deberíamos llamar a alguien para avisarle —dije— ¿Dónde estará su celular? —dije mientras buscaba en sus bolsillos — Aquí está...

—Este chico debe ser muy adinerado como para tener a alguien que le haga las dietas—Dijo Shin-ae leyendo el contacto de "Dieter" lo cual me hizo soltar una carcajada.

—Shin-ae, no es dieta, es Dieter, nuestro compañero de clase, el chico que se te declaró ¿Recuerdas? —le recordé mientras reía, ella solo bufó.

Miré en su lista de contactos, estaba Dieter, una tal Alyssa y un tal Kousuke, este último lo había llamado varias veces, así que supuse que debía ser algún familiar o algo por estilo. Decidí llamar a Kousuke.

—¡Nol! ¡¿Ahora si te dignas a contestar mis llamadas?! ¡¿En dónde estuviste?! —Dijo la voz de un hombre, supongo que era la de Kousuke— ¡Kousuke! ¡Ven vamos a bailar! —dijo una voz femenina a través del teléfono — ¡No puedo! ¡Estoy ocupado! ¡No me molestes ahora! —le respondió Kousuke a la chica en un tono molesto—

Ah, que gente tan irritante.

—Como sea, sólo llamaba para decir que el dueño del celular está yendo hacia el hospital Hirahara en estos momentos si soy exac- —Y se acabó la batería, ¡Genial! Al menos pude decirle en que hospital...

×××

Cuando llegamos al hospital cargamos al chico y lo recostamos en la pared.

—Son 50 dólares —dijo el taxista.

—¡¿50 DÓLARES?! ¡¿POR UN AVENTÓN AL HOSPITAL?! —Grité.

—¿Creíste que este Aventón era gratis? ¡Dame mis 50 dólares! —Reclamó el hombre.

Shin-ae le entregó el dinero y el hombre se fue.

—Qué gran estafa... —Suspiró la castaña.

En eso, una enfermera se nos acerca.

—¡Chicas! ¡¿Necesitan ayuda?! ¡Su amigo se ve realmente mal! —dijo la enfermera —

—Sí, justo eso íbamos a hacer —respondí.

—¿Qué pasó? —preguntó la enfermera.

—Estabamos en una fiesta y bebió jugo de naranja, diez minutos después se demayó, seguro es alérgico a la naranja —dijo la castaña.

Por mi parte no creía que fuera una alergia, pues no veía síntomas.

—Chicas, no creo que sea una alergia —dijo examinando su piel— Creo que fue... —La interrumpí.

—Lo que pasó fue que lo drogaron, bueno, trataron de drogarte a ti —miré a Shin-ae — El tipo ese no venía sólo, seguramente puso la droga cuando ambas estabamos distraídas...

—¡Claro! ¡Cuando tú te levantaste a golpear al pervertido! —exclamó la ojirubí a lo que asentí.

—Exacto, eso suele pasar mucho en las fiestas... —Dijo la enfermera quitándole la máscara al pelirrojo —¡Dios mío! ¡TIENES QUE VENIR AHORA MISMO—Exclamó la enfermera a través de una llamada telefónica.

Shin-ae se quedó mirando al chico sorprendida.

—Es el del restaurante... —dijo y yo asentí —¿Lo sabías? —Me preguntó.

—Sí, después de todo no hay muchos pelirrojos por aquí... Pensé que ya te habías dado cuenta.

Después de esa pequeña charla, llegó una camilla, subieron al chico y se lo llevaron.

—Shin-ae, voy a lavarme la cara, tengo mucho sueño —Dije y me dirigí al baño.

Cuando llegué me miré al espejo y comencé a recordar todo lo que pasó en la noche.

—Que día tan irritante... —Suspiré.

Narrador omnisciente.

Por otro lado, Shin-ae había sido amarrada a una silla de ruedas y estaba siendo interrogada por cierto hisopo.

Cuando Jae salió del baño y fue a buscar a su amiga, se encontró con esta escena y rápidamente su instinto protector de activo. La chica de cabello color vino oscuro corrió hacia el hisopo.

Imaginen que Jae es Maya: