Levantarme temprano para ir a clase realmente sea convertido en un verdadero suplicio, no sé si es porque ya estoy en último año y ya estoy agotada de estar toda mi vida estudiando. Por otra parte, también estoy cansada de ver a las mismas personas todos los días, chicos inmaduros de mi edad, sin sentimientos, sin escrúpulos, frívolos, en donde el factor primordial para ellos es el dinero y sumémosle los profesores; en donde ponen todas sus esperanzas y conocimientos en sus alumnos, pero lo que ellos no saben es que tu no apostarías ni un peso por ti mismo. Todo eso se está juntando dentro de mí y siento que muy pronto voy a explotar.
Me quedo mirando fijamente el techo de mi habitación, pensando en la excusa perfecta para no tener que ir al colegio, pero nada se me ocurre. Cierro mis ojos y al rato suena la alarma de mi celular, What the hell una canción de Avril Lavigne:
All my life I've been Good,But now Oh, I'm thinking what the hell
All I want is to mess around
And I don't really care about…
Una canción que me pone muy arriba para empezar el día y avisarme que son las 6:30 am, pero me pone muy abajo al recordarme que hoy es “miércoles” mi día menos favorito de la semana … Mi día de mala suerte.
Se que suena estúpido, pero todo el mundo o la mayoría de las personas tienen un mal augurio con el “martes 13” ni te cases, ni te embargues, ni tengas niños que te amarguen dice sabiamente mi nana. Pero para mí las cosas malas pasan sagradamente todos los miércoles del año.
No…No estoy loca como dicen la mayoría de mis amigos y para probarlo, cuando tenía 15, hice un cuadro de todos los acontecimientos no tan agradables que me habían sucedido hasta ese momento y la mayoría cayeron los miércoles. Por ejemplo, me caí y me fracture el brazo izquierdo, mi perrita milie la atropello un carro, una vez casi me ahogo en la piscina de mi tía Kristin que vive en Malibu y faltan muchos acontecimientos más por contar, pero tan solo quería demostrar mi punto, en donde todos estos sucesos coincidencialmente ocurrieron un miércoles en diferentes días, años y meses.
Creo que tengo una explicación algo lógica para esto y tristemente hay un miércoles que al recordarlo me rompe el corazón, lo recuerdo también como si fuese ayer. Fue una tarde fría de noviembre cuando me separaron de la persona que mejor me conocía, al que más quería, una de las primeras personas a la que vi al abrir mis ojos por primera vez, una persona con la cual pasaba la mayoría de mis días desde el amanecer hasta el anochecer…mi pequeño amigo, mi mejor amigo de la infancia y desde ahí mi vida se partió en dos y los miércoles empezaron a ser los días más grises para mi … así saliera el sol.
—¡Buen día! a Levantarse que ya es muy tarde mi niña linda. — dijo una voz cantarina la cual algunas veces era música para mis oídos. Era mi nana Celina, la cual es como una segunda madre para mí, siempre ha estado conmigo desde que nací.
—¡Nooo! Nana, no quiero ir — dije al tiempo que me escondía debajo de las mantas—. Hoy no vamos a hacer nada importante, déjame aquí.
—Claro, el mismo cuentito de todos los miércoles. ¡Me hace el favor María Victoria, se levanta de la cama y se va a bañar! — Me regaño, como cada miércoles y me quito las mantas de encima, dejándome expuesta al frio.
—¡Eres mala! Me dejaste indefensa ¿Qué tal estuviera desnuda? — Me senté al borde de mi cama, crucé los brazos y puse cara de enojada.
—¡No importa! Acuérdate que ya te conozco TODO, ¿O quien crees que te cambiaba los pañales? — Contesto alegremente, estampándome un beso cálido en la frente. — ¡Ve a bañarte mi niña, tus padres ya van a pasar a la mesa a desayunar y no quiero que te regañen! — Me miro dulcemente y salió de mi habitación.
La verdad no quería una nueva disputa con mis padres, así que rápidamente me fui a bañar, tenía el tiempo contado. Pero como raro cuando necesito que el tiempo pase lento pasa rápido y viceversa.
Salgo del baño, el cual parece un sauna con todos los vidrios empañados. Quiero pensar que hoy va a ser un día diferente, que no va a pasar nada malo, así que coloco mi playlist, necesito música que me anime el día, la vida y la primera canción que se reproduce es “Grace” mi nueva canción favorita, la canción que el forastero aquella noche me dedico sin querer. Cada letra me hace recordar su forma de mirar, de sonreír, su tono de voz combinado con ese acento tan irresistible y la sensación de sus manos cálidas vuelven a recorrer mi cuerpo haciéndome estremecer nuevamente por dentro.
—¡Ahora entiendo a Ruru! — Pensé en voz alta.
Mientras vestía, revise los mensajes de whatsapp y varios de ellos eran de Hanne diciéndome “Que me extrañaba, que la perdonara” pero no le pienso responder. Ya llevamos 4 días sin hablar y la verdad yo también la hecho de menos,pero no le perdono que me haya dejado abandonada en medio de un incendio con Alex inconsciente, cuando yo había regresado y me había jugado la vida literalmente por ella. Así que mi enojo va a durar muchísimo tiempo más.
—¡Shit!— Grito al ver la hora en mi reloj. Son las 7:15 am y mis padres generalmente se sientan en la mesa a las 7:10 am. Así que agarro mi tableta, unas cuantas hojas, mi porta lapices y la chaqueta en cuero de aquel chico, porque tengo la esperanza de volverlo a ver…para devolvérsela claro está. Meto todo a mi maleta y salgo corriendo a toda prisa.