Guardianes de lo secreto

23- Ojalá fuera mentira

Me siento en la cama al despertar y sin querer despierto también a Zero.

—¿A dónde vas? —pregunta agarrando mi mano

—A clases

—¿Estás segura?

—¿Qué más puedo hacer?, si no distraigo mi mente me la pasaré tirada llorando y eso es lo que menos quiero —digo y se me nubla la vista por las lágrimas.

Zero se sienta y me abraza.

—Debo ser fuerte, es lo que siempre Kenneth decía —digo sonriendo

—Tienes toda la razón —dice —Te puedo pasar a buscar cuando salgas

—Me encantaría

—Está bien, nos vemos más tarde

Voy al baño para arreglarme he irme con tiempo.

Cuando bajo me encuentro con mis padres en la cocina.

—Buen día —digo

—Cariño, ¿dormiste bien? —pregunta mi madre

 —Con Zero, sí

—¿Te encuentras bien? —me pregunta mi padre

—Vuelta un lío en cuanto a emociones

—Lo siento mucho —dice abrazándome

Casi me echo a llorar de nuevo —Estaré bien, debo ir a clases, si Jessie sale le dicen que ya me fui.

Cuando llego a la universidad voy directo a la banca que de un momento a otro se ha vuelto mi lugar favorito para pensar y pasar el tiempo.

Simplemente me siento a mirar los árboles y todo a su alrededor.

Estoy sumergida en mis pensamientos hasta que me sobresalto del susto y me pongo de pie a la defensiva mirando a la persona que está detrás de mí.

—Soy yo —dice Drake

—Me asustaste, ¿Cómo me encontraste? —pregunto

—Me estoy acostumbrando a encontrarte acá —dice encogiéndose de hombros

Entonces recuerdo la conversación que no terminamos.

—Tenemos algo que terminar —le digo

Vacila, pero se sienta y yo me siento a su lado.

—Está bien —dice

—Te escucho

Suspira —Mi nombre completo es Drake Milan Collins… Millington

Al escucharlo me pongo de pie rápidamente.

—Y sé cuál es tu nombre —dice —Sé que eres una Hale

Sé que no debería sorprenderme porque ya lo sospechaba, pero en el fondo esperaba estar equivocada… simplemente quería que fuera mentira.

Comienzo a alejarme de él.

—Leona, espera —dice, pero sigo caminando hasta que me agarra por la mano.

Lo miro a los ojos y el verde de ellos refleja miles emociones.

—Lo siento, pero quiero que sepas que nunca te haría nada ni a ti ni a tu familia.

Miro al piso.

—Hablo en serio, no te dije antes porque no quería perderte sin antes siquiera haberte tenido, simplemente me enamoré.

—No hablas en serio —digo sin mirarlo

—Sí, lo hago y sé que sientes lo mismo

—¿Cómo sabes?

—Las veces que tú y yo hemos sentido ese magnetismo entre nosotros.

Lo miro, antes no estaba segura de si él lo sentía.

—Ese magnetismo lo provocan los guardianes cuando están frente a alguien que les atrae, al igual que las descargas, pasan cuando estás nerviosa. Yo no lo puedo provocar porque ya no soy un guardián, pero tú sí lo eres.

Miro mi reloj y la primera hora de clase está a punto de comenzar.

—Debo ir a clases —digo casi en un susurro

Drake suelta mi mano y me voy al interior del edificio.

Entro al baño y me miro en el espejo. Mis ojos se han vuelto azules y rápidamente los vuelvo cafés.

El chico que me gusta es un Millington… ironía de la vida ¿quién lo diría?, el mundo sí es pequeño pienso

Sonrío para mí misma, suspiro y salgo directo a la clase.

Estando en el salón no tengo ganas de nada, quizá solo quiero ir a mi casa y encerrarme en mi habitación, pero todos sabemos que eso no pasará. En el transcurso de la clase solo siento la mirada de Drake sobre mí, pero nunca volteo a mirarlo.



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En el texto hay: secretos familiares, amor, poderes magia

Editado: 24.02.2019

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