Hace unos años…
—¡Ma’! —Un licántropo llama a su madre mientras baja las escaleras.
—Estoy en la cocina! —Le responde su madre alzando la voz.
A paso ligero llega Marcos hasta la cocina, donde su madre Raquel se encuentra haciendo un jugo. La madre del licántropo lleva su pelo rojo atado en una coleta un poco revuelta, mira a su hijo llegar y le sonríe.
—Mami, voy a salir un rato —dice a su madre abrazándola por la espalda aprovechando que es más alto que ella.
—¿Vas solo? —Pregunta sin girarse y sin detenerse de su labor.
—Si, no voy a tardar —dice separándose de ella.
—Esta bien, no vuelvas tarde —El chico sonríe y deja un beso en la cabellera de au madre, el pelo rojizo de su progenitora fue heredado parcialmente en él, dejando que su tono de cabello sea semi–pelirrojo.
Minutos más tarde, un lobo de pelaje de marrón corre a paso ligero disfrutando de su paseo, ya anocheció y la oscuridad que le rodea no es un impedimento para disfrutar de lo que le rodea.
—Hace mucho que no salíamos —Habla su lobo tranquilo luego de respirar profundo.
—Si —Concuerda con el—, la escuela nos está consumiendo el tiempo.
—¿Llegamos a Aidia? —Pregunta luego de unos minutos al reconocer el lugar.
—Si, estamos en Aidia, pero como estamos prácticamente en la frontera, dudó que nos encontremos con un…
—¡Vampiro! —Le interrumpe Mark, su lobo— Huele a vampiro, mas bien... a vampiresa —Aclara deteniéndose.
—¿Y cómo puedes distinguirlos?
—Porque el olor es de Nadia —Dice como si fuera lo más normal.
—Pero…
—¡Pero nada! —Le vuelve a interrumpir— Vamos a ver —Sentencia caminando guiándose por el olor, Marcos rueda los ojos.
—¡Esto es increíble! —La voz de una vampiresa se hace presente.
—Sí era Nadia —Le dice a su lobo.
—Te lo dije —Menciona divertido acercándose a la vampiresa.
Si bien no sé habían acercado demasiado y aún ocultándose entre los matorrales, la vampiresa se dio cuenta de su presencia.
—¿Mark, eres tu? —Pregunta para estar segura mientras se voltea.
Cuando ella se ve gira por completo ve a aquella gran figura en medio de la noche con unos ojos oscuros y profundos y un pelaje que fácilmente se puede perder en entre los árboles, Nadia sonríe al reconocer al lobo y se acerca a el con confianza, la gran bestia inclina ligeramente su cabeza para que la pálida mano de la vampiresa acaricie su pelaje.
—¿Como estás? —Intenta preguntar el lobo a la vampiresa, pero está solo obtiene unos gruñidos.
—Por si te lo preguntas estoy bien —dijo respondiendo sin saberlo a la pregunta del lobo.
La vampiresa se sentó en el suelo con aspecto agotador, siente como el lobo se sienta al lado de ella y deja recostar su gran cabeza sobre las piernas de la hembra. Con sus profundos ojos oscuros fijos en Nadia le interroga con la mirada.
—Es solo que estoy agotada, he tenido como trabajo como “Princesa” —Expresa con sinceridad bajo la atenta mirada de su amigo, quien ladea la cabeza al ver las comillas que usa en la última palabra— ¿Qué?
—¿Por qué usas comillas? Tu eres una princesa —Pregunta el lobo gruñendo con más fuerza la última frase.
—Sí sabes que no te entiendo ¿Verdad? —Menciona en un tono gracioso y sonríe al ver como su acompañante gira los ojos— Pero supongo que te estás quejando porque puse comillas cuando dije soy una “Princesa”.
El lobo levantó la cabeza y asintió levemente para luego soltar un gruñido molesto, nunca le ha gustado que Nadia use comillas cuando se refiere a eso, ella es una princesa y punto… o al menos así lo piensa el licántropo.
—Siempre te molestas cuando hago comillas al referirme a que soy una “Princesa” —dijo ligeramente divertida añadiendo un poco de drama a su voz.
—Es que eres mi princesa —Admitió en un gruñido susurrado volviendo a acostar su cabeza en las piernas de la vampiresa.
—¿A si que soy tu princesa? —pregunta pícaramente y el licántropo levanta la cabeza al darse cuenta de que ella le escucho.
—¿Cómo nos entendió? —Se cuestiona Mark.
—No creo que nos haya entendido —Dice levemente decepcionado al ver la expresión de Nadia.
—Eh… ¿Qué pasó? —Nadia se queda mirando los ojos del licántropo, hasta que su mente entiende la situación— ¿De verdad dijiste que soy tu princesa?
Un adorable tono carmín acarició las mejillas pálidas de la vampiresa y con una confianza adornada con atrevimiento el lobo se acercó a la chica y paso delicadamente su lengua por la mejilla ajena, para luego pegar su húmedo hocico a la nariz de Nadia.
—¿Qué…
Las palabras se quedaron ahogadas en su garganta y su rostro cada vez se pone más rojo, el licántropo simplemente se volvió a acostar en las piernas de la chica.
—¿Por qué hiciste eso Mark? —Le recrimina a su lobo desde que tiene un momento.
—No lo ibas a hacer tu —Confeso con un poco de molestia.
Sus sentidos vuelven a fijarse en la vampiresa cuando siente como ella le acaricia detrás de las orejas y luego deposita un beso en su frente peluda, inevitablemente su cola empieza a moverse. La observa a los ojos sin levantar la cabeza y nota una especie de brillo especial en ellos, quizás sea solamente la luz de la luna menguante que se refleja en sus ojos.
[…]
Presente…
La cabeza le dolía horrores, con esfuerzo se levantó del lugar apoyándose del árbol donde estaba recostada, se siente un poco mareada y sus sentidos por alguna razón no estaban completamente despiertos.
—¿Nadia? —De inmediato reconoce la voz de Marcos y levanta la cabeza para verlo llegar a donde ella con rapidez— ¿Estás bien Nadia? ¿Te duele algo? —pregunta tomando la cabeza de la vampiresa entre sus manos.
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Editado: 11.09.2022