Guardianes [secuela de «mi ladrona»]

Capítulo 31: Daniel.

Años atrás

Qué linda es la amistad, se pueden establecer lazos tan firmes que parecen inquebrantables, además que en tus peores momentos tus verdaderos amigos siempre te apoyaran; la vida puede darte amigos tan especiales que estarán contigo cuando llores, no solo cuando rías, tus amigos verdaderos nunca te mentirían y jamás te traicionarían, pero para tener tan buenos amigos, primero tienes que demostrar que eres un buen amigo.

—¿Qué haces Dani? —La curiosa Olivia se acerca a uno de sus mejores amigos, y a quien ella considera como un hermano.

—Me pongo hidratante —responde casual echándose una pasta líquida de tono blanquecino en las palmas de las manos para luego frotarlas haciendo y asegurándose de que dicha pasta llegue a todos los extremos de sus manos.

—¿Por qué? —Vuelve a preguntar.

—La magia reseca las manos —contesto de forma simple haciendo que Olivia quedará medio en el aire.

—Pero las brujas de tu aldea no tienen las manos resecas —Menciono Nadia interviniendo en la conversación.

—Es verdad, ¿por qué a ti se te resecan y ellas no? —Secundo Marcos con intriga y el resto del grupo se quedó mirándolo esperando una respuesta.

—¿Es por tu origen? —Pregunta Kayla con cautela.

Todos estaban sentados en el suelo, como acostumbran reunirse, el cielo estaba estrellado y ni una sola nube se asomaba en el manto nocturno.

—En parte sí, pero también creo que es porque la magia está hecha para las mujeres y no para los hombres, simplemente las hembras son más compatibles —respondió vagamente restándole importancia al asunto.

El tema se quedó atrás y todos se enfrascaron en una amena conversación como estaban acostumbrados sin embargo la mente de Daniel no podía parar de pensar en aquella noche donde les confesó a sus amigos su historia, o al menos les confesó la mentira que había preparado.

(Referencia al capítulo 15)

–Es tu turno, Daniel —Una vez más el brujo fue el centro de atención.

—¿Mi turno de qué? —Se hizo el que no sabía.

—De decir un secreto —respondió a la pregunta obvia—, sabes que no se lo contaremos a nadie —Da ánimos al castaño.

Ya se pasan de las tres de la madrugada y al grupo se le ocurrió la brillante idea de ponerse a contar secretos, todos ya habían contado el suyo, solo faltaba Daniel.

—Pues… —Dudo contar esto, pero sentía en su interior que podía confiar en este peculiar grupo, en los últimos meses se han vuelto más que sus compañeros, se han vuelto amigos, muy buenos amigos—… en realidad soy humano.

El silencio reino por unos segundos hasta que Kayla fue la valiente en romperlo.

—Por eso eres de entre toda una raza de practicantes de magia mujeres, tú eres… el único varón —Señalo con cautela.

—Permítanme explicarles mi historia… —Comenzó a hablar luego de suspirar un poco y repasar la historia.

—¡Espera! ¿De verdad nos contarás? —Le interrumpió Olivia con un toque de emoción, más que emoción es curiosidad.

—Sí, así que cállate Liv —Le susurro Aidan igual de curioso, pero más calmado.

Los demás prestaron atención, nadie ocultaba el hecho de que querían saber sobre el brujo, desde hace tiempo que querían saber, pero no lo presionaban.

—No tienes que contarnos si no te sientes listo —Hablo Kayla mirándolo a los ojos.

—Chicos ustedes son como mi familia, aunque nos conoces hace poco, de verdad los aprecio mucho —Confeso con sinceridad.

Entre los seis se miraron confirmando el sentimiento expresado por el brujo castaño; comenzó a contar su historia luego de regalarles una sonrisa a sus amigos.

—Cuando tenía menos de dos años fui abandonado en el borde del Bosque Leinad por mis padres, que ambos eran humanos, las brujas me encontraron y me adoptaron, soy el único varón entre una aldea solo de mujeres —Espero unos segundos para que los demás lo procesarán.

—Debió ser difícil para ti —Menciono Marcos.

—Lo fue, pero me adapte —dijo encogiéndose de hombros.

—¿Pero y tus dos hermanas? ¿No eran biológicas? —Pregunta Aidan intentando entender.

—Es verdad, nos contaste que tienes dos hermanas, ¿entonces ellas no son hermanas de sangre tuyas? —Le secunda la pregunta la única vampira entendiendo el punto de su hermano.

—La verdad, no, pero las quiero como tal; lo que pasa es que una de las brujas a quien más me apegue mientras crecía fue a Clare, quien es como mi hermana mayor —Explico con tranquilidad.

—¿Y Ana? —Pregunta está vez Kayla.

—A ella la encontré cuando era una bebé en el río que viene de Aidia —Susurró con dolor influido en sus palabras—,

Me rompió el corazón ver como su propia especia la había abandonado, así como me abandonaron a mi, por eso Clare y yo le hemos criado desde entonces —Concluyo.

—Entonces ella es una vampira ¿Verdad? —La voz de Nadia se hizo presente luego de unos segundos y la respuesta de Daniel fue un simple asentimiento, el ambiente se volvió tenso y ligeramente triste.

—Supongo que no es lo que esperaban —Musito bajando la mirada.

—Aunque te abandonaron de pequeño y tuviste que crecer en un ambiente antinatural para ti donde probablemente sufriste de Bullying durante tu crecimiento, además de que… —Comenzó a decir Olivia, pero fue interrumpida por Aidan.

—Liv, no ayudes —Kayla secundo lo que dijo el vampiro fulminando a su amiga con la mirada, pero la humana los ignoro a ambos.

—Daniel —Llamo la atención del brujo quien le observó—, lo que trato de decir es que, no nos importa de donde vienes o cuáles son tus orígenes, lo que importa es lo que haces con tu vida ahora pues eso es lo que vendrá para ti mañana —Hablo con una sabiduría muy poco propia de ella.

—Olivia tiene razón —Secundo Marcos que se encontraba al lado del brujo—, no nos importa si eres un brujo, humano, vampiro o licántropo…



#12118 en Fantasía
#4567 en Personajes sobrenaturales
#6665 en Thriller
#2637 en Suspenso

En el texto hay: confianza, lobos vampiros brujos

Editado: 11.09.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.