Guerra de Dioses Vol. 1 (el Guardián de los Mundos)

Capitulo 14 (El Ascenso de la Guardiana)

CAPITULO 14

El Ascenso de la Guardiana.

 

R

ecordando un fragmento del pasado, en la cabaña de los Vitréy Jacob le servía un poco de pan a su extraña y desorientada invitada mientras encendía varias velas para iluminar su oscura cabaña.

--¡Mi padre está en la Aldea Runelia a pocos minutos de aquí, vivimos en las afueras de ella porque tenemos un gran secreto que debemos guardar con recelo!—

--¡Y si es un secreto porque me comentas tener uno, apenas me conoces!—

--¡Dices que provienes de otra tierra, pero eres muy parecida a mí, estoy empezando a confiar en ti, eres la única chica que me ha hablado en años, todos en la aldea creen que soy extraño, y eso que hiciste con ese monstruo fue genial, yo también puedo hacer cosas así, en este mundo llamado Carema solo muy pocas personas creen en los Dioses, mi padre me ha contado todo acerca de ellos, en esta época ya nadie cree en la magia!—Le Dice Jacob a la joven Anastasia quien no parece estar asombrada.

--¡Así que en este mundo viven los Dioses!, ¿Esos seres todopoderosos que van por el mundo controlando todo a su antojo?—

--¡Realmente no, desde hace muchos siglos los Dioses han dejado a los mortales por su cuenta, nos han regalado el libre albedrio para escribir nuestros propios destinos, es por eso que la mayoría de los habitantes de este mundo ya no creen en ellos!—

--¿Y por qué tu si lo haces?—

--¡Ya te lo dije, yo poseo magia en mis venas, soy un brujo, mi padre no está de acuerdo en que yo la use por eso voy al bosque para practicarla sin que él me vea, además te contare todo acerca de este mundo, de los Dioses y sobre la magia… Colora Furkeno…!—Tras gritar esas palabras, Jacob extendió sus manos y cientos de chispas de colores salieron orbitando desde las palmas de sus manos estallando en el techo de su cabaña rociando todo el lugar con una lluvia de luces multicolor.

Durante toda la noche ambos jóvenes no durmieron mientras compartían historias acerca de ambos mundos, realmente una amistad surgió de pronto, risas con un toque de confianza era lo que predominaba esa noche en aquella cabaña.

A la mañana siguiente Anastasia se despierta en la habitación de Jacob mientras él estaba durmiendo en el cuarto de su padre. La joven se despierta sonriente mientras saltaba de la cama y se asomaba a la ventana para divisar aquel hermoso y verde pastizal, animales parecidos a cabras, ovejas y extrañas gallinas se paseaban por lo que sería el patio de la cabaña de Jacob, arboles con un extraño fruto de color azul, huertos con docenas de plantas y verduras de formas y colores irreconocibles para Anastasia, realmente estaba extasiada por encontrarse en ese lugar, era un mundo mágico, distinto a todo lo que conocía, durante toda la noche estuvo escuchando las historias que Jacob le contaba sobre las criaturas mágicas de los bosques y los incontables Dioses que hasta ese día eran solo cuentos y leyendas mitológicas para esa chica.

Anastasia observa un vestido colgado en la puerta de la habitación, sabía que Jacob lo había dejado ahí para ella, tomo una ducha y se colocó aquel vestido de color azul y rosa con bordados rojos, era un vestido hermoso, parecía una Princesa.

Tras vestirse, Anastasia sale de la habitación para buscar a Jacob y agradecerle la hospitalidad, pero no pudo encontrar al chico en la cabaña, visualiza que en la mesa está un plato con varias frutas picadas y un tarro con leche caliente. Justo cuando se disponía a comer la puerta de la cabaña se abre y el padre de Jacob hace su entrada al lugar cargando un gran saco en sus brazos.

Al ver al señor entrar la joven se levanta y observa al hombre quien atónito mira de arriba hasta abajo a aquella extraña joven.

--¿Quién eres tú, que haces en mi casa y porque llevas el vestido de mi esposa?—

--¡Mil disculpas señor, su hijo Jacob me trajo aquí!—Titubeaba con nerviosismo Anastasia quien no sabía cómo explicarle su aparición al enfadado padre de Jacob quien acababa de llegar a su hogar y tiraba el saco que traía consigo.

--¿Jacob metió a una chica a la casa en mi ausencia?, ¡Ese jovencito está en problemas!—

--¡No es lo que usted se imagina señor, Jacob me encontró en el bosque y tras el ataque de un monstruo me trajo hasta su casa, no provengo de este lugar, él fue muy amable conmigo, dormí en la habitación de su hijo mientras el dormía en la suya!—Le explica la nerviosa joven al enfadado padre.

Jeremías Vitréy era un comerciante que viajaba constantemente hasta Runelia mientras Jacob cazaba y se encargaba de los animales y huertos de la granja. Era un hombre alto con un bigote que lo hacía ver muy malhumorado, el solo había criado a Jacob después de la muerte de su esposa, era un padre sobreprotector y se sentía muy enojado porque ningún extraño había estado en su casa antes.




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