Narrador Ominiciente
Se niega a levantarse a pesar de que su amiga la está sacudiendo fuertemente. Lo único que provoca su acción es que Dariana se voltee boca abajo bruscamente
—¡Dari despierta!— le grita Jess
—Sssh— se limita a responderle a su amiga
—Dariana por favor, es una emergencia— menciona Jess con una voz más calmada
Dariana se voltea boca arriba, Jess se acerca un poco más con urgencia esperando a que abra los ojos su amiga
—Dime— menciona Dariana abriendo los ojos suavemente y a la vez fastidiada de tener a su amiga casi encima de ella — Entonces ¿me dirás?
— Lo siento, es que estoy buscando las palabras adecuadas de explicarte— el nerviosismo en su voz se refleja con un temblor entre palabras
Dariana presta atención a la manera en cómo su amiga le está hablando, preocupada se incorpora apoyando su espalda en la pared, extiende sus brazos a los hombros de Jess
—¿Qué tienes? ¿Estás bien?— le pregunta Dari con un tono muy preocupado
—Es que escuché a tus padres hablar con los míos sobre la tradición familiar y una de las dos que se fueron regresa — varios pensamiento gobiernan la mente de Jess, lo que la lleva a sentir una sensación muy horrible en el pecho— y si son ellos ¿Qué haré?
Dariana le agarra las manos que habían comenzado a temblar
—Tranquila, sabes que haremos de todo para protegerte y cuando hablo en plural, me refiero también a los Pachecos, sobre todo ellos no dejaran que algo malo te pase o que tengas un mal rato, imagínate un verano — las palabras de Dariana parecen aliviar a su amiga que antes tenía una mirada perdida y ahora la ve fijamente — Tranquila — Jess asiente y se acurruca a ella
—Necesitamos hablar con los Pacheco — dice Jess separándose
—No deben tardar en llegar, mientras tanto voy a alistarme — Dariana se levanta y Jess se tiende en la cama
Ambas chicas estando en la habitación pensaban en sus veranos anteriores, de alguna forma, aunque es algo divertido pasar con los amigos de sus padres (o como ellos les dicen "tíos") suele ser un poco agobiante por las fuertes interacciones que podría causar. Un claro ejemplo es Jessica, una chica de 22 años de tez morena, pelo ondulado y negro como la noche, que por una desconocida razón ha sufrido de muchas inseguridades después de que pasó un verano con los Vargas, hace unos 4 años atrás. Los Pacheco y Dariana nunca pudieron averiguar con exactitud qué sucedió en esas vacaciones pero lo que sí sabían era el mucho daño que le había causado a su amiga. Dari a pesar de tener 19 años se había encargado de ser la fiel protectora de ella, aún si eso implicaba sacrificarse por ella.
—Sabes que siempre he respetado tu silencio pero no es normal que estés así ¿Qué sucedió ese verano?— rompió el silencio Dariana, haciendo que Jess se tense — si aún no quieres contestar, tienes el derecho de poder decir que no, y me disculpo si fui muy entrometida — terminó diciendo dándose cuenta de lo ruda que pudo haber sonado
—Realmente quisiera decirte, solo que ahora no, sobre todo porque estoy bajo presión de mis propios pensamientos y no podré decirte nada — expresó ella con una mirada perdida en el techo
—Siempre estaré aquí para ti — Dariana se acercó a su espejo donde podía ver el reflejo de su amigo tendida, escuchó que estaba tarareando una canción mientras jugaba con sus manos
Unos golpes en la puerta captaron la atención de las chicas, aunque lograron identificar quienes eran
—Pasen— dijo Dariana con una sonrisa
Entraron dos chicos pelirrojos de 20 años con una sonrisa de oreja a oreja y unos brillantes ojos azules
—Preciosas— dijeron al unísono
Cada uno fue abrazar a una chica, muy emocionados de su encuentro después de un año. Y es que ellos viven al otro lado del continente, creo que es lo único bueno que pueden sacar ellos de esta rara y cansada tradición.
—Jess tiene una cara muy diferente a la que comúnmente tienes ¿Qué sucede? — dijo Rafael muy preocupado por Jess quien al instante se le borró la sonrisa que tenía
—¿Está todo bien? — preguntó Rodrigo
—Una de las dos familias se volverá a integrar este año — finalmente dijo Dari
—¿Los Vargas?— preguntó con enojo Rafa
—No lo sabemos— contestó Dariana acercándose a Jess que estaba alado de Rodrigo
—Son los Martínez— dijo Rodrigo
Al escuchar esto, a los tres se les iluminó la cara
—¿Cómo lo sabes?— dijo Jess con tono de esperanza
—No lo sé, solo lo dije— Rodrigo respondió con cierta inocencia
Rafael que se encontraba cerca de la cama de Dariana, logró visualizar una almohada muy pesada, la agarró y se la tiró en la cara a su hermano
—Deja de hacer confirmaciones sin saberlas — le regañó
Las chicas estallaron a carcajadas por la reacción de Rafa, quien había recibido el golpe de la almohada solo se limitó a quejarse con un mini lloriqueo. Ambos empezaron a discutir, lo cuál era algo clásico de ellos dos, cuando uno de ellos suele hacer una tontería es sinónimo a una discusión
—Chicos, basta — hablo Jess divertida
Como ambos no hacían caso, Dariana tuvo que pellizcarlos a los dos para que así pudieran prestar atención. Ambos se quejaron pero se logró el silencio en la habitación
—Recuerden que tanto los Martínez y los Vargas siempre serán bienvenidos a la tradición familiar. Una familia se salió hace más de 9 años y la otra hace apenas unos 3 años aproximadamente— habló con cierta autoridad Dariana
Es gracioso que una chica de tan solo 19 años pueda ser capaz de mantener el orden en una habitación con su amiga de 22 años y sus otros dos amigos de 20 años, aunque es algo de esperarse de la hija de una psicóloga.
—Bien — inicia a hablar Rafa — lo único que se me ocurre hacer, es que uno de nosotros es muy probable que seamos seleccionados si es así, en la segunda rifa, si no nos sale el nombre de Jess, mentimos y decimos que es así, al final, sabemos que no checan los papeles y creen fielmente en la palabra de quien selecciona — todos parecen analizar el plan del gemelo, aunque es un poco arriesgado, podría funcionar
#3138 en Joven Adulto
#16631 en Novela romántica
amor amistad, crecimientopersonal, juvenil drama amor prohibido comedia
Editado: 15.04.2024