H & O.

Capítulo 6.

Capítulo 6.

Ella es la única que puede hacerme enojar en cuestión de segundos, y lo disfruta. Mientras que a mí, mi peor versión era yo enfadado. Ahora la encuentro en la cocina de nuestra casa dándole de comer al pequeño niño que hemos concebido, al bebé que nos hizo querer casarnos, que nos hizo dejar de comportarnos como niños para sentar cabeza. Blake es nuestro bebé de pocos meses y el consentido de mis padres luego de Xavi el hijo que mi hermano tuvo hace unas pocas semanas. Sin habernos dado cuenta tuvimos nuestros hijos consecutivamente.

Blake heredó su cabello de mi madre aunque un poco más oscuro, se podría decir que no es rubio en su totalidad, sus ojos eran de un avellana intenso con algunos motes en verdes que sin duda heredó de su madre.

—¿Por qué nos miras así, psicópata?

Me había quedado embobado por la belleza de mi esposa que sin duda el matrimonio y la maternidad le han sentido de maravilla.

—¿Ya no puedo? Recuerdo que antes te gustaba.

Olivia se endereza y me regala la sonrisa mas hermosa que nunca antes vi. La amaba aún más ahora que era mía, ahora que la consideraba internamente mía.

—Puedes pero ahora es horario infantil. —. Ella señala con los ojos a nuestro hijo.

Ella es quien puede arrebatarme la carcajada más escandalosa que no suelo dejar salir.

Me acerqué a ellos para tomar a mi pequeño hijo entre mis brazos, lo sostuve con fuerza mientras que ella nos miraba.

—Eres el mejor padre que pude darle a mi hijo.

Y ella la mejor de todas las madres, es tan dedicada a nuestro hijo que no puedo reclamarle.

Blake quizás no se concibió dentro de un matrimonio pero si que es amado por sus padres, por sus tíos y sus abuelos. Es un niño amado y adorado, que desde el primer día de vida ya todos los amaban y cuidaban. Quizás Olivia y yo no seremos los padres más amorosos pero si que le hacíamos saber que lo amamos con darle toda nuestra atención, con darle nuestro amor incondicional.

—Fui tu mejor opción.

Ella entorna sus ojos y yo sonreí, sabe que no me equivoco.

—Que modesto.

—Y aún así te casaste conmigo y me diste un bebé.

—¿Ya llevas a Blake para casa de tus padres? —. Me pregunta ella haciéndose a un lado para ordenar nuestra cocina.

—Si, ya quieren verlo. ¿Vendrás con nosotros?

Olivia negó y me miró:

—Tengo varias cosas que hacer, los espero para dormir.

No le insisto se cuanto ama su espacio sola y sus momentos de tranquilidad, por lo que se tomo la pañalera de mi hijo y su corral para subirlo a mi auto y luego a él. Olivia nos despide en la entrada de la casa y yo subo a mi auto para irnos. Durante todo el camino Blake dormía y yo escuchaba mi música en volumen bajo.

Al detenerme delante la casa de mis padres me encuentro con el coche de Evan aparcado, el mayordomo me ayuda a bajar la carriola de mi hijo mientras que yo me encargo de Blake y de la pañalera.

En la sala de estar está Evan con Joyce y su bebé en brazos, es apenas un recién nacido. Mi madre al verme entrar con Blake se apresura a tomarlo.

—Hola, mamá, también te amo.

Desde que Evan y yo nos convertimos en padres ellos, en especial mi madre, su vida gira en torno a los niños.

—Si, yo también, querido. —. Dice sin mirarme, toda su atención estaba puesta en Blake.

—¿Y Olivia, Harry? Pensé que vendría contigo. —. Me pregunta mi papá al sentarme a su lado en el sofá.

—Está disfrutando de su tiempo para bañarse y terminar algunos pendientes.

Todos siempre me juzgan por darle su espacio personal a Olivia y no se que le encuentran de mal. Hemos acordado que cuando el otro quiera estar solo lo aceptaríamos y sacaríamos a Blake un rato. Yo lo hice hoy tomando la oportunidad de que mis padres quieren verlo y para que ella despeje su mente.

—Blake no está tan pequeño.

—Es muy dependiente de Olivia, Evan. —. Le recuerdo, aunque mi hijo esté un poco más grande que Xavi no quiere decir que es muy autosuficiente.

—Ya, por la paz. —. Interviene Joyce acercándose a mi.— Xavi quiere que su tío favorito lo abrace.

Lo sostengo entre mis brazos y con nostalgia recuerdo cuando Blake estaba así de pequeño. Xavi es muy parecido a mi hermano aunque también posee rasgos similares a Joyce.

—Es tu copia, Evan.

Mi hermano ríe y asiente.

—Todos lo dicen, pero Joyce no lo acepta.

Xavi es una copia de mi hermano cuando él tan solo era un bebé y habían fotografías que lo comprueban.

Estuvimos alrededor de cuatro horas en casa de mis padres y ya cuando me toca volver a la mía mi hijo se había quedado dormido en su silla especial. Las luces de la casa se encuentran apagadas lo que me da a entender que Olivia se ha acostado a dormir, había dicho que nos esperaría…

Entré y la casa estaba en penumbras, dejé las cosas de Blake en la sala de estar y con el niño en brazos comencé a subir las escaleras. Antes lo deje a él en su habitación dentro de su cuna y antes de salir me asegure que la cámara de seguridad lo esté apuntando. Con lentitud cerré la puerta y fui sin tardar a mi habitación. La cama está vacía pero del baño se escucha la voz de ella, despacio me acerqué y alcancé a escuchar:

—Si, Debbie. Él aún no vuelve.

¿Debbie? ¿Quién coño es ella?

Estaba dispuesto a seguir escuchando pero de pronto abrió la puerta y me encontró infraganti.

—¿Ahora escuchas mis conversaciones? —. Ella eleva una ceja, evidentemente sorprendida por mi osadía.

—¿Quién es ella? Nunca me has hablado de ninguna Debbie.

Davies entorno sus ojos y salió del baño con intención de ir a nuestro closet.

Yo la seguí, no podía quedarme con la duda.

—Olivia.

Ella resopló y dejó de buscar ropa para verme, ahora sí enojada.

—Es una compañera de la clase de danza.

Luego del nacimiento de Blake cogió un complejo muy grave con su cuerpo, vive quejándose de que ahora está gorda y toda llena de estrías, ella jura y perjura que yendo a clases de danza quemará las grasas que agarró durante el embarazo, pero si soy sincero. El embarazo no le afectó nada, está igual de delgada solo que ahora tiene más glúteos pero para mí sigue igual.




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