Hackeo al corazón

Prólogo

Nadie me preparo para estar ahora frente a la tumba de mis padres, ser la chica más inteligente y genio de mi curso, no me preparo para esto.

¿Cómo todo puede terminar en un abrir y cerrar de ojos?, ¿Por qué tenían que dejarme sola?

Suspiro observando el ataúd de mis padres por última vez antes de que se pierdan en ese hueco oscuro y frío, los voy a extrañar demasiado.

Limpio mis lágrimas y camino hasta donde está mi familia junto con el patriarca de ella que me mira con mucha seriedad.

—Límpiate el rostro, debes estar impecable frente a las personas, nuestra familia no es débil ante nada.

Suspiro rodando los ojos sin que se dé cuenta por qué ya ni llorar la muerte de mis padres puedo, mi abuelo definitivamente es un hombre sin corazón.

En cuanto terminó la ceremonia, mi abuelo me llamó a su despacho.

—¿Me necesitabas Abuelo?—asiente señalando el lugar al lado de la pareja de edad.

—Toma asiento, niña—hago lo que me dice y no puedo dejar de mirar a la pareja que está a mi lado, no sé por qué, pero me recuerdan a alguien—Ellos son los Señores Fischer, es una de las familias más importantes de todo Alemania—asiento sin decir una palabra porque no entiendo eso que tiene que ver conmigo.—Están aquí porque nos van a ayudar con el asunto económico por el que está pasando la familia.

Levanto una de mis cejas en su dirección.

—¿Asunto?, ¿Qué asunto es ese abuelo?

Él se queda en silencio unos minutos y luego prendiendo el puro que tenía en su boca habla.

—Estamos quedando en quiebra Valeria, tu padre no hizo buen uso de lo que le di y ahora tú debes arreglar eso.

—¿Yo?, ¿Qué tengo que ver yo con eso abuelo?

—Todo, tienes que ver todo, necesito que nos salven de la ruina y solo lo puedes hacer si te casas con el hijo de la familia Fischer, por eso están aquí.

—¿Me está tomando el pelo cierto?

Su ceño se frunce con fuerza y aprieto los dientes.

—Cuida la manera en como me hablas, y sí, escúchate muy bien Valeria, te vas a casar con el hijo de ellos, porque a ambos nos conviene, su abuelo murió y dejó estipulado que quien heredará tenía que tener un hijo, y nosotros necesitamos salvarnos de la ruina.

—No pienso hacer tal cosa, no tengo la culpa de sus problemas, que se busque una de esas chicas modelo que suelen frecuentar, yo no pienso casarme con un desconocido.

Siento El Fuerte golpe que pega mi abuelo a la mesa y brinco en mi lugar.

—Lo vas a hacer si no quieres que tu carrera se quede en eso, recuerda que estás a nada de graduarte y si se me da la gana no lo permito y ya.

—No puedes hacerme eso, sabes todo lo que me costó hacer para conseguir lo que ahora tengo, debe haber otra forma.

—No, no la hay, así que en dos días te casaras y fin de la discusión.

Agacho la mirada porque no tengo de otra, no puedo solo perder todo lo que he conseguido por esto.

—Mi hijo tampoco está de acuerdo con esto, pero es lo mejor para las dos familias, espero sepas comportarte como una buena esposa, mi hijo es una persona de mucha fama y no me gustaría que la dañaras.

Levanto la mirada para observar al hombre a mi lado y mirarlo con desdén.

¿Qué se cree ese hombre?, ¿acaso piensa que qué tipo de mujer soy?

No pienso ser como la mujer que está a su lado que no tiene voz ni voto, está muy equivocado, yo no seré el florero de nadie, y mucho menos de una relación que yo no escogí.

—Está bien, acepto, pero no pienso estar bajo el control de ningún hombre, acepto bajo mis términos.

Escucho la risa del hombre a mi lado y levanto una de mis cejas en su dirección.

—Creo que tú y mi hijo van a tener un matrimonio muy entretenido, querida.

No entiendo a que se refiere, pero espero que no sea lo que me estoy imaginando o esto será todo un infierno.




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