En frente de mi visualizo una mano tendida, ignorando a la persona tomo mis cosas y me levanto por mi cuenta. El sonido a mi alrededor se vuelve irritante y no es que tenga algún problema auditivo, es solo que…desde el día en que ella se fue y nos separaron, el único consuelo y escape del mundo exterior, fue la música y desde que ese extraño me regalo mis primeros auriculares y un pequeño reproductor de música, no he dejado de usarlos en todo momento.
Así que mis oídos no están del todo acostumbrados a tantas voces unidas.
Solo serán cuatro horas de tortura, no es nada, tu pudiste con algo mucho peor.
-Hola ¿necesitas ayuda?
Miro a la persona que me había tendido la mano hace unos minutos atrás. Una chica baja no tan delgada pero tampoco tan ancha, cabello ondulado de un castaño oscuro con tonalidades claras en las puntas, ojos claros y piel trigueña, está situada delante de mí esperando una respuesta a su interrogativa, una que nunca llega.
La ignoro y continuo con mi búsqueda.
Según esta hilera, el casillero debería de estar en…
-Al fin.
Pongo la combinación que aparece en el papel y segundos después de haber guardado mis pertenencias y coger los libros de las respectivas clases, camino hasta el aula de la primera asignatura.
-matemáticas- leo con fastidio- bueno, mientras nos sea gimnasia todo bien.
Camino a paso apresurados por los pasillos hasta encontrar el aula de clase. La mitad de los alumnos están en sus sitios, la mayoría en grupos y otros pocos inmersos en sus problemas. Entro con pasos dubitativos, tratando de no llamar la atención. Busco un asiento al final cerca de la ventana y alejado de los demás.
Las horas pasan y gracias al cielo con ellas las clases, estoy en la última y ruego que acabe lo antes posible, no estoy de ánimos para estar un minuto más aquí.
Luego de las presentaciones que tuve en cada maldita clase por ser la “nueva” trate de pasar desapercibida, pero como era de esperarse, luego de que los…adultos estuvieran con su “debes decir tu nombre al menos” no lo logre, lo poco de paz que conseguí -sin mencionar el hecho de que los críos no podían quedarse cayados un momento de su miserable vida- fe cuando, gracias a mi forma de tratar a los demás, tanto chicos como chicas me dieron lo que la mujer de mi hermano no ha entendido aun y se los agradecía.
El sonido de la campana dio final a mi infierno, al menos por hoy. Me levanto de mi asiento al mismo tiempo que recojo los libros, todo sin tener la mínima idea de que debo esperar a que el ser en frente de nosotros nos dé el permiso de poder salir y como saberlo si en las clases anteriores hacia lo mismo y nada pasaba.
Dios Cole, esta me las pagas.
-Señorita Vera por favor tome asiento, aún no he dado permiso de retirarse.
Seguido de esa orden vinieron las risotadas.
No soy alguien que le pare mucho a las cosas a su alrededor, pero esto es humillante para cualquiera y más cuando eres la ¨nueva¨ el chico a mi lado toma mi mochila y la deja en el suelo, luego me da un pequeño tirón en el brazo indicándome que tome asiento.
El chico se inclina a mi dirección y susurra:
-Se dice gracias, chica nueva.
Ruedo los ojos antes de darle una de mis famosas caras largas y seguido enderezarme en mi lugar.
Luego de que las risas cesan y el profesor termina de dar las instrucciones de la asignación para la siguiente clase, nos da la señal para irnos.
Dejo de lado el sentimiento de humillación y hago lo mismo que los demás, tomo mi mochila, saco mi celular y dejo el salón para ir directo a la salida. En el camino mi teléfono vibra, lo saco y leo el mensaje, que dé ante mano sé que es de Cole y ¿Cómo lo sé? Pues, no soy del todo social y los únicos que están en mi agenda son: Cole, Elizabeth y Jaison.
Cole: Vendrá la Familia Elizabeth, te aviso para que no estes sorprendida o tengas tu cara de culo cuando los veas al llegar.
¡¿COMO ES LA COSA?!
Vale que es su esposa y tiene todo el derecho de invitar a su familia a nuestra casa…pero ¿Qué toda su familia venga a visitarnos? Dios, eso implica soportar a su sobrino y sin mis auriculares lo mandaría de una a comer…
Tomo unas cuantas respiraciones antes de responder con un “Ok” y retomo el paso en dirección a la salida del puñetero instituto.
-¡¡EH CHICA NUEVA!!-grita una voz gruesa.
Solo haz como que no existen y ya.
Haciendo oídos sordos, ignoro a los idiotas que posiblemente anden en busca de su prematura muerte y me coloco el casco mientras paso una pierna sobre la moto y la enciendo saliendo a toda velocidad de mi infierno personal.
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Ya es de noche o eso parece por el color oscuro del cielo y aún no he llegado a casa, estoy en unos de los lugares que solía frecuentar cuando ella estaba conmigo, observar las luces de la ciudad en ese entonces era lo que más disfrutaba, la calma que brindaba el estar lejos del peligro…lejos de él.