Hasta encontrarte

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Es increíble cómo los chicos pueden ser tan estúpidos. Ya me quiero graduar maldita sea, no quiero volver a ver a ninguno de ellos en por lo menos todo lo que me queda de vida. Pero mientras tanto veo como Axel se acerca hacia mí.

- Iris por favor no me hagas quedar en ridículo con mis amigos, te lo suplico, hazme ese favor, no te cuesta nada decirles a los demás que tú y yo nos acostamos.

- Eres un imbécil. Eso nunca pasó!

- Lo se, pero no quiero ser el único que no tuvo sexo en el viaje de fin de graduación. Por favor Iris.

- Solo pretendías hacer eso conmigo en ese ridículo viaje. No me hables nunca más.

Estoy corriendo lo más deprisa que puedo y me meto en el baño a llorar. Y me pongo a pensar que esta es la primera vez que me pasa algo así, bueno fue mi primera decepción amorosa. Pensé que sería distinto, que habría más pasión y más amor, así como en los libros pero no, solo fue una perdida de tiempo, Axel era un chico común, pero parecía especial, me llevaba a casa después del colegio y todo muy lindo, pero resultó ser una mentira, pero no sería ni la primera ni la última mentira que recibiría por el sexo opuesto y de eso estaba muy segura. 
Y por supuesto para eso tenía a mi madre, que en cuanto llegue a casa y le conté lo sucedido con Axel me recordó lo mentirosos que son los hombres, que no debo de confiar en ellos y que jamás me debo de dejar humillar por un hombre.

Pasan unas semanas después de lo sucedido y por fin llega la graduación. Mi madre y mi familia lloran de felicidad en el instante que dicen mi nombre y yo subo al escenario a recibir mi título.

- Hija acabas de hacerme la mujer más feliz y orgullosa, por tener a la mejor hija de todo el mundo.

- Gracias mamá. Te amo.

Todos nos tomamos fotos con todo el mundo, cosa que realmente se me hace muy extraño, ya que fui una de las chicas que menos social era, de hecho solo tengo un amigo Yael, era el chico más increíble que había conocido, pero lo que tenía de increíble lo tenía de gay. Supongo que la vida me mandó a Yael para que supiera que era tener una mejor amiga, solo que en el sexo opuesto.

- Perra de mi corazón, te puedes creer que ya no estaremos todos los días viendo a estas malditas ridículas?

- Así es, nunca mas tendremos que aguantarlas. Oye sé que nunca te digo esto pero, te quiero y realmente hoy quiero ser una ridícula, llorona y sentimental, porque te voy a extrañar mucho. Siento que no voy a poder vivir sin tus comentarios, sin tus chistes, sin tus aires de diva.- Me detengo para secarme la lágrima que está a punto de caer, realmente ahora sí me afectó el hecho de que me había graduado y de que todos se estaban despidiendo.- Te amo, te amo porque contigo conocí la amistad y la importancia de amar a las personas como son.

- Vas a hacer que se me corra el rimel estúpida y tú sabes que nadie tiene que notar que llevo.- Nos reímos los dos ante su comentario.- Te amo, eres a la única niña que le diré esto, las demás son unas ridículas.

Tras decir eso me estrecha entre sus brazos y me doy cuenta que el colegio no fue tan malo después de todo, pero lo bueno fue gracias a este chico, mi chico.
Mi familia nos interrumpe y me dicen que ya debemos irnos, que han reservado para comer, me despido de Yael y me subo al carro de mi madre.

Después, en la noche comienzo a escribirme con Yael.

"Te extraño, debiste venir a la fiesta de graduación."

"Creo que tú y yo sabemos que no haría nada ahí, nadie me invitó y estaría sentada emborrachándome."

"Yo hubiera sido tu compañero de baile."

"Yael por favor, tú tienes más relaciones sentimentales con hombres que yo. Yo estaría ahí de violinista para ti."

"Jajaja no exageres, solo he tenido unas cuantas relaciones más que tú."

"Unas? Pues yo he tenido un intento de novio y en cambio tú has tenido 6 novios y un montón de amigos con derecho."

"Calla niña, eso nadie lo tiene que saber."

"Jajaja te dejo, no quiero estropearte la noche."

"Chao puta y tranquila que hoy yo cogeré por las dos."

"Jajajaja eres un cerdo."

Suelto mi celular y veo una película, cómo no, la chica termina graduándose y amándose con el chico más lindo de la preparatoria, es algo sin sentido, si eso pasará en la vida real yo estaría ahora en el baile, con un chico increíblemente guapo y sensual, pero no, estoy aquí en mi cama con un bol de palomitas y una cola. 
Apago mi televisión para dejar mi maratón de pelis, me acuesto en mi cama, miro el techo y veo las estrellas que están pegadas en mi techo. 
¿Cómo es posible que ningún chico me pidió ir al baile? No soy fea, de hecho me considero algo bonita, quizás sea mi carácter, o quizás sea lo poco que socializó, pero de todas formas, si de verdad algún chico hubiera querido se hubiera acercado y ya está, aunque después de lo que fue diciendo Axel sobre que habíamos tenido sexo creo que era obvio que nadie me lo iba a pedir. Pero bueno solo falta un mes y medio para entrar a la universidad y ese tiempo aprovecharíamos Yael y yo para ir a entrenar al gimnasio, estoy muy entusiasmada por ello. Comienzo a sentir como mis ojos se cierran, fue un día largo, abrazo mi almohada y siento como empiezo a quedarme dormida.

 

Suena mi alarma, oh mierda, es lunes, el primer día de gimnasio para Yael y para mí, me pongo unos pantalones negros ajustados para hacer deporte y un top, me hago una coleta y cojo mi teléfono, no hay nadie despierto en mi casa y salgo. Después de caminar 15 minutos veo a Yael esperándome afuera del gimnasio.

- Perris, vi unos muchachos entrar, que estaban divinos.
- Iris buenos días, no sé creo que es la forma en la que un mejor amigo decente saluda a su mejor amiga.
- No me importa, entremos, ya quiero ponerme buenota para los universitarios que nos esperan en un mes.



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En el texto hay: universidad, amor, pasiones

Editado: 31.03.2019

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