Esto fue un error.
Uno que no me permití cometer de nuevo.
Dejarte entrar por completo en mi corazón, fue un error y no lo supe hasta que tuve que sacarte de ahí contra mi voluntad.
Demonios, debí hacerle caso a Jen cuando me lo advirtió. Mi mejor amiga me decía siempre que no podía permitir que nadie mas me hiciera daño, no otra vez y no de esa manera tan despreocupada.
Pero al contrario decidí hacerle caso a mi estúpido corazón que latía con fuerza cada vez que estabas a mi alrededor. Sabía cuáles serían las consecuencias y aún así tomé el riesgo.
Que difícil fue sacarte de ahí, fueron noches completas de insomnio, pensando que pude haber hecho para que todo sucediera de otra forma, noches completas intentando controlar el impulso de escribirte, ni siquiera sabia que escribirte, solo quería que todo volviera a ser como antes. Soñaba con una realidad alterna en la que yo me ganara tu corazón lo suficiente como para que quisieras quedarte a mi lado. Fueron noches de quedarme dormida llorando y donde ese dolor en el pecho no se iba por nada del mundo.
Fue un error garrafal darte todas las armas necesarias para destruirme, no lo supe hasta que te vi apuntando directo a mi corazón sin vergüenza alguna, sin compasión.
Aún sigo pensando si realmente fue un error haberme enamorado de ti.
Supongo que el hueco en mi corazón donde antes te encontrabas tú, me sirve de respuesta.