Hata Que Te Encontre

Mi existencia duele..

¿Quién dijo que puedes reconstruir algo roto con amor?

A veces pensamos que la cura de todo es el cariño y amor, pero es una completa mentira, la realidad es que a veces estas en un abismo tan profundo que eso sirve para nada, y el único camino que encuentras es querer dejar de respirar….

Y eso es lo que más deseaba…

El día había sido todo un desastre, ¿o solo un día común?; mamá peleando con papá, son un matrimonio tan desastroso que lo único que buscan es escapar con peleas del dolor y vació que sienten, ni uno de los dos acepta el dolor en su vida, o no saben cómo abrirle la puerta.

Como de costumbre cada día en mi vida, después de las peleas de mis padres, papá terminaba por salir de la casa enojando, conduciendo con total velocidad y mi mama me tomaba como un saco de boxeo, en el cual podía gritar, humillar y algunas ocasiones golpear.

Es por ese tipo de cosas que….

“Odio mi vida”

Siempre trato de esforzarme en ser la mejor y poder hacer feliz a las personas que me rodean. ¿Pero a quien le importa? Eso solo le importaba a ella, mi pequeña hermana que me quería y ahora, solo no le importo a nadie, y sinceramente a mí menos.

Pero no más…

La alfombra de mi habitación es fría en estas épocas, me encuentro en el piso de mi habitación recostada como siempre, con los audífonos a todo volumen escuchando música mientras lloro, por sentirme que no valgo nada, que lo que trato de hacer no cuenta, soy solo un objeto que está ahí, como una basura; y más cuando las personas te lo mencionan a cada maldito momento y te hacen que lo seas.

De esta manera es como me he sentido toda mi vida, una basura que va de un lugar a otro, la cual nadie quiere tener en su vida, ni yo misma creo que sea lo suficiente para luchar por ella.

Hoy es mi cumpleaños 5 de marzo y como de costumbre nadie se acordó de eso, y mis padres menos. Pero a ellos que les va a importar, si solo piensan en su trabajo, no hay nada más que su maldito empleo, quisiera decir que me ha dejado de doler su indiferencia, pero es mentira, cada vez duele más el intentar ser lo que ellos quieren, obtener su aceptación o algo de interés.

Aun no logro recordar la última vez que se han interesado en mi…

Por todo eso y las demás situaciones que he pasado en mi corta vida todo me lleva siempre a la misma conclusión y decisión. Terminar con ese sufrimiento al cual llamo vida.

¿Cómo será más fácil terminar eso? — Lo pienso de manera desesperada—¿Tomándome un frasco de pastillas o simplemente tirarme del gran puente?…

Respiro un poco y en mi mente se podan la imagen de mi con una sonrisa y la paz que conseguiré cuando todo esto termine. Y entonces lo veo, la segunda opción es la mejor, pero muy en el fondo sé que no soy lo suficiente valiente como para terminar con mi vida.

Morir sería un gran alivio para mi alma, pero como la mayoría de las personas esto me aterra, ¿Si todo lo que las creencias nos han hecho creer solo son una mentira y no hay nada después de la muerte?, solo quedará un vacío obscuro, de almas sufriendo en la nada, eso sería mejor que vivir, Todo es mejor que vivir en un mi mundo tan infeliz…

Hasta para matarme soy una cobarde. Pero hoy el dolor es más fuerte y la valentía se ha unido conmigo por una ves para terminar con esto.

—¿A donde vas Mili? —. Pregunta papá sentado en el comedor con la computadora en la mesa, me mira de forma despectiva unos segundos y vuelve a poner la vista a la computadora.

—Saldré a tomar un poco de aire, solo eso— Miro la canasta de fruta que se encuentra enfrente de él, con nervios, no espero su respuesta así que antes de irme le digo: Regreso para la Cena—

“No lo haré”

Pensé que no reduciría una respuesta ya que muchas ocasiones entendía su silencio eso era que me fuera, pero antes de comenzar a caminar hablo:

—Espera... estuviste llorando- El tono de burla y seriedad llenaba el vacío silencio de la casa.

—No— Bajé la cabeza apenada, de que se diera cuenta.

—¿Entonces porque traes los ojos rojos, Donde seas una drogadicta, Dios solo eso falta… — Gritó por toda la casa?

—No es eso— Me limite a responder queriendo salir corriendo de casa a cualquier lugar donde no me viera nadie.

—Bueno no importa—Regreso su vista a la computadora, pero aún con ese tono de enojo- No creo que nada de lo que te pase sea importante- Dando fin a la conversación.

—Lo sé padre, no tienes por qué recordarme—Conteste dolida y un tanto molesta.

Salí por la puerta de la cocina dirigiéndome hacia la carretera que conduce por el gran puente. ¿Es una tarde muy linda para morir no?, es perfecta el sol comienza a meterse, se ve un atardecer lleno de colores cálidos y con vida formando un difuminado de color amarillo y naranja.

Todo es mejor de lo que pensé...

Mientras más camino la brisa que golpea mi cara me tranquiliza y apacigua mis nervios, cruzo la calle y continúo caminado, cuatro cuadras más para girar a la izquierda y así llegar al puente, observaba todo a mi alrededor, ya que en unos minutos no volveré a pasar por ahí nunca.

Solo sería otra chica con problemas, que no pudo más y se tiró del puente.

Camino media cuadra más y llego, el ruido de los carros pasando era todo tan tranquilo, observo todo por última vez, un pequeño perro pasando, tomo una fuerte bocanada de aire y entonces me subo a la barra de tensión, que es lo único que divide la calle del irte al lago.

Cuando ya me encuentro arriba de la barra, ligeramente miro hacia abajo, el miedo quiere invadirme, pero lo trato de ignorar, y vuelvo a dirigir mi vista al frente —¡Es muy alto no! — me recuerda mi conciencia.

Tomó otra fuerte bocanada de aire para tranquilizarme, no funciona, Seguido de eso a mi mente viene esa noche, el accidente y mis ojos se llenan de lágrimas que evito que caigan. “Solo es un salto y todo terminará” Estoy a nada de terminar con el dolor y sufrimiento, ¿Que ironía no?, terminó con todo el día que inicio mi vida de asco.




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