Nuestra protagonista recibe una llamada de un viejo conocido aceptando un trabajo algo extraño y con ello nuevos problemas. Además, se reencuentra con personas que conoció en un pasado no tan lejano.
Escuchando música, escenas pasaban por su mente. Veía su vida a través de las canciones, mientras escuchaba la melodía, se detenía al posar su mano sobre una herida que iba desde su muslo izquierdo hasta su gemelo, recordaba la molestia en su rodilla ante el frío y cambios de clima. Luego Observaba la cicatriz al final de sus costillas de lado derecho, pequeña pero visible.
Al terminar su baño, en toallas, se miró al espejo empañado, cantando casi en susurros:
—Como matar esa mirada, como ocultar promesas vanas… como soñó una vez…
Apago el reproductor, pero siguió tarareando la canción, con su mano limpió el espejo, apareció el rostro de una mujer joven y bella de ojos castaños, piel blanca, nariz refinada, labios rosados, un largo y ondulado cabello natural, ahora color roble. Su figura era una extraña mezcla de características occidentales y orientales, principalmente.
Sorpresivamente sonó su celular, ella corrió hasta su habitación, lo tomo reconociendo el número, sonrió y al contestar dijo:
–Max qué sorpresa.
–Hola. —Una voz gruesa, de un tenue acento español, exclamó alegre– ¡Alex, tanto tiempo! y si debe sorprenderte, pero no te asustes, tengo una gran noticia. Antes tengo que agradecerte por la información recopilada de los traficantes escondidos en la selva boliviana, en fin, te he llamado para otra misión y con esta oficialmente vuelveras a ser un miembro activo de ataque, eso sí aceptas, obviamente y antes que digas nada ya envié la información a tu computador.
–Habla más pausado por favor, cuesta entenderte, estoy leyendo, esto es broma, cierto.
–Es por eso que te llamé, sé que es extraño pero los tipos, como estarás leyendo, no están jugando y esta vida corre mucho peligro, nadie buscará en donde estas, solo será hasta que podamos resolver esto, solo serán unos días y luego volverás triunfante como la gran rescatista extrema que eres...
–Ese apodo no me queda y es riesgoso, verá mi cara.
—Lo sé, él ni sabrá tu nombre, te dirá Laura, ni tu nombre HD sabrá, sé que es un riesgo pero no tenemos opción, necesito que aceptes, eres mi única esperanza, la más capacitada...
–Si claro, deja de decir tonterías por favor y solo porque estoy de buenas acepto, además por cómo eres el niño va a tocar la puerta en cualquier momento, no me queda de otra.
Segundos después, suena el timbre, al abrir la puerta, se encuentra con un hombre alto de pelo en punta, rubio con claros blancos, cara refinada, tez blanca y ojos azules pequeños con algunas líneas de expresión alrededor de ellos; estaba bien vestido y tenía lentes de sol en el bolsillo de su saco blanco; era Max, claramente.
–Hola querida— observa sorprendido—. Eh... estás en toallas... Interrumpí tu baño. Lo siento, en fin, no tengo mucho tiempo y el crío está en el coche intenta ser paciente solo tiene 15 años y acaban de secuestrar al padre y de matar a su madre
–Si ya lo se, lo leí en tu informe.
El archivo describia como una mafia, al parecer mexicana y estadounidense, deseaba atrapar al niño, para amenazar al padre, quien se encontraba secuestrado, necesitaban que les dijera donde se encontraban unos archivos incriminatorios que poseía por haber trabajado para ellos, aparentemente contra su voluntad, lo que los mafiosos desconocían era que el chico era testigo del homicidio de su madre.
Según el informe, el niño había logrado escapar por la ventana de su habitación, saltando de un segundo piso hacia el techo de la casa vecina y se ocultó en una comisaría local, donde los HD fueron contactados. Algo que no aparecía en el informe era que el hombre planeaba darles la información a los HD, pero Alex lo suponía.
Alex resignada y dirigiéndose a su habitación, los dejo pasar y le ordenó al chico que pusiera sus cosas en la biblioteca, además sacó de un mueble un colchón inflable y sabanas.
Mientras ella se vestía, Max inflaba el colchón y el muchacho ordenaba las pocas pertenencias que tenía.
Cuando ella terminó de arreglarse, se despidió de su amigo y quedo a solas con Laureano un adolescente con algo de sobre peso, oriundo de México, vestía camisa a cuadros Jean y zapatillas parecía que tenía la misma ropa hacia un par de días, era de piel trigueña ojos miel y pelo revuelto castaño oscuro. Ella le ofreció algo de tomar, un té fue lo él que quiso.
Mientras tomaban la media tarde con tostadas y queso Alex dijo:
–Bueno como tendrás que pasar tiempo con migo tendrás que ordenar todo lo que desórdenes y limpiar todo lo que ensucies, no salgas sin mi permiso y debes decirme qué clase de comidas te gustan y que no, además de si eres alérgico a algo y dime que te gusta hacer en tu tiempo libre y que tal vas en la escuela.
–ok, — contesto Laureano, pensativo—. A ver me va bien en la escuela, es muy aburrido, soy el primero en mi clase, no soy alergico a nada y como de todo excepto el pescado, lo odio, me gusta escuchar música, jugar videojuegos, leer comics o manga y a veces algún que otro libro de misterio, casi no veo tv, veo algo de anime y practico skateboarding.
Editado: 16.10.2019