Uno de los mecanismos de defensa de nosotras las personas es el escape. Siempre que nos sentimos amenazados de cualquier forma corremos a escondernos, cambiamos de tema o huímos despavoridos como en una terrible película de terror.
Muy pocos son los que se quedan y enfrentan sus miedos. Muy pocos son los valientes. Pero a veces el escape no lo haces por miedo. Solo quieres un poco de paz, alejarte de tu mundo por al menos un segundo. Alejarte de las terribles sombras del pasado que pueden oprimirte.
Hablar con Theo era el mejor escape que había intentado. Sus silencios eran iguales de calmantes que sus palabras. Alejando de mí cualquier recuerdo desagradable que viniese a mi mente.
- No sé cómo puede gustarle. Si es que es un engreído. - dije yo en un susurro acurrucada al lado de Theo mientras tirados en la cama veíamos la versión antigua de Orgullo y Prejuicio.
- Pensé que a todas las chicas les gustaba Darcy. - me respondió él en el mismo tono.
- Yo no soy todas las chicas. - lo miré enfadada a lo que el sonrió inocente. - Es como decir que todas las chicas preferían a Jacob y yo soy más de Edward. O como decir que todos los chicos prefieren el peperoni y tu eres más de hawaiana. O...
- Si. Ya entendí. - dijo él temblando de risa. - Solo me refería a que todas quieren al caballero perfecto. Con dinero, carisma, atractivo, que pueda hacer todo tipo de cosas con tal de conquistar a una chica. No sé siempre me había hecho esa idea.
Los ojos de Theo no mentían. No se consideraba perfecto. Quizás no lo era para la mayoría de personas pero para mi se estaba convirtiendo en ello.
Su compañía llenaba un vacío que pensé que nunca más sería llenado. Su sola presencia me hacía olvidar que estaba rota de cierta forma. No tendría forma de agradecerle cuánto había hecho por mí.
- ¿Quién quiere a alguien perfecto? Lo perfecto es aburrido. Yo preferiría pasar mi tiempo con un chico imperfecto que haga que todos los segundos juntos fuesen perfectos. - dije mirándolo intensamente. El me miró fascinado. Cambié de tema nerviosa por lo que había dado a entender con mi impulsividad. - Además Darcy no es perfecto.
Fijé mi mirada en la pantalla donde Darcy y Elizabeth se estaban casando sonrientes y traté de concentrarme en la película. Lastimosamente todos mis sentidos estaban obnubilados por él.
- ¿Por qué crees que no es perfecto? - preguntó. La curiosidad teñía su voz e interiormente me di una palmada en el hombro por haber actuado tan rápido. Sentía a Theo como un salvavidas. Me mantenía a flote en esos tiempos en los que más lo necesitaba, pero aún no estaba preparada para decírselo. No tenía la confianza suficiente para entregarle algo de mí a alguien más. Al menos no por el momento.
- Leí una secuela de otra autora La segunda vida de Miss Bennett y Darcy es en canalla.
Theo río y en un gesto cariñoso que apuesto no planeó besó mi frente.
Una roca de las murallas que había construido se derrumbó. Cayó y se hizo polvo como mi miedo hacia él. Mis reservas hacia el flaquearon y supe que nunca me haría daño.