Algunas veces deseaba no tener problemas, no solo de salud, también en su contidianidad. Desde pequeña había sentido el rechazo de su madre, las negativas de su padre a llevarla al parque para jugar con otros niños. Siempre pensó que al crecer los problemas disminuirían, que Abel dejaría de ser tan sobreprotector, que Eva por fin sentiría afecto por ella, que tendría amigos, que equivocada estaba.
Al crecer Cadence había dejado su optimismo a un lado, sus expectativas no se habían cumplido. No solo su madre se volvió más indiferente e insoportable, su padre, comenzó a cuestionarla por cualquier mínima cosa a la que considerará “fuera de sus hábitos comunes”, luego todo empeoró con la llegada de los abusos escolares que sufría debido a Kenan.
“Si tan solo pudiera sentirme normal”
Piensa mientras acomoda su cuerpo bajo las sábanas de su cama.
Lo que le dijo a su padre no era una mentira, realmente estaba exhausta, su día en la escuela fue demasiado cansado, aguantar los constantes insultos de Kenan y estar pensando en cómo obtener el permiso de su progenitor para poder ir a casa de Macy.
No quería pensar mucho así que espero a que el sueño se apoderara de ella.
Abrió los ojos lentamente,su vista aún se encontraba un poco desorientada, sus labios estaban resecos. No sabía cuánto tiempo había transcurrido desde que se durmió, solo sabía que tenía hambre. Esperó a que sus mareos pasaran. Luego vino la parte más difícil, levantarse de su cama, no quería fatigarse, por lo que se sentó lentamente y se paró del mismo modo. Con delicadeza abrió la puerta de su cuarto, caminó hasta toparse con el pie de las escaleras, tomó el barandal y con cuidado bajó, escalón por escalón.
Al llegar a la sala, encontró a su abuela viendo la televisión, no vió a su padre.
“Tal vez está trabajando”
—¡Oh niña!, ¡No me había dado cuenta de que estabas ahí!, ¿Cuánto tiempo llevas parada?, ¡Vamos siéntate!— Dice palmeando el asiento junto a ella.
—No gracias abuelita, yo solo bajé a comer algo, ¿Sabes dónde está mi padre?— Pregunta a la mayor.
—Oh cielo... Abel está en su habitación, ¿Necesitas hablar
con el?— Su abuela Aurelia dice interrogante.
—Tal vez, Au tengo hambre, iré a la cocina a servirme algo— Cadence indica.
—Nada de eso Candy, no te esfuerces, yo te prepararé— Antes de que la chica despeinada pueda objetar, su abuelita desaparece tras la puerta del pasillo.
Sin más remedio Cadence sigue el mismo rumbo de Aurelia y llega a la cocina, se sienta donde el comedor y espera.
—Ten, esto es un poco de la sopa que tú padre hizo está tarde—
—¿Está tarde?, Abu aún es
temprano—
—¿Pero qué dices?, Cadence ya son las 7 de la noche— Su abuela responde.
—¿Qué?— Cadence confundida decide checar la hora en su celular, solo para darse cuenta de que su abuela se encuentra en lo correcto.
“¡Demonios dormí demasiado!, Ya es tarde y todavía no hago la tarea"
Se reprocha.
—¿Mamá ya llegó del trabajo?— Cadence espera ansiosa la repuesta.
Aurelia hace una mueca y suspira levemente. —No, aún no—
—¿Qué?, ¿Por qué?, ¿No se supone que ella debería estar ya
desde las 6?— Cuestiona con impaciencia, quiere saber la respuesta.
—Candece ya habíamos hablado de eso, tu madre a veces se queda horas extras a trabajar— La voz de su padre inunda por toda la habitación.
—No entiendo porque, no necesitamos el dinero— Puede oir un “gracias a dios” por parte de su abuelita. —No, ¿Sabes qué?, Ya entiendo, ella trabaja horas extras para no verme— Expresa con molestia.
—Hija, no es eso es qu-
Candente ríe frustrada. —¡Por favor papá!, Ambos sabemos que es así, nunca quiere verme, porque al hacerlo, solo le recuerdo que su hija no es “normal"— Utiliza sus dedos para darle énfasis a la última palabra.
Su padre no dice nada, solo se limita a verla. Por unos largos minutos el comedor se queda en un incómodo silencio. Más tarde, Abel toma una silla y decide hacerle compañía a su hija, posicionándose a su lado.
—Y bien... ¿Cómo te fue en la
escuela?— Abel pregunta emocionado, como si la desagradable plática nunca hubiese ocurrido.
—Ya te dije que me fue bien— Cadence reponde molesta.
—Uhm, ¿Solo eso?, ¡Vamos!, ¡Dime los detalles— El hombre de cabello rubio anima.
—No entiendo que otros detalles pueden haber, solo fue otro estúpido Jueves— La chica rueda los ojos.
—¿Estás segura?, ¿No te hicieron nada?, ¿No te molestaron?, ¿Proyectos?, ¿Nada?— Abel cuestiona.
“¡Mierda!, ¡El trabajo con Macy!”
—Sí, un proyecto en equipo—
—Ohhh, que interesante, ¿Lograste entregarlo a tiempo?, ¿Cuánto obtuviste?— Abel inclina su silla.
Cadence sorbe un poco de su sopa, quiere ganar un poco de tiempo para pensar en las palabras que usará, luego toma una bocanada de aire y dice: —De hecho... El trabajo lo tenemos que entregar hasta el miércoles de la próxima semana—
—Uh, ¿Ya te pusiste de acuerdo con la otra persona?, ¿Ya sabes que tienes que hacer?, La otra persona tiene que cumplir, no puedes arriesgar tu promedio por un holgazán... ¿Qué tiene que llevar el o ella?— Abel comienza a exaltarse.
—Nosotras somos un desastre para planificar y creímos que sería mejor organizamos en una casa— Suelta Cadence, demonios está demasiado nerviosa.
Su padre parce un poco confundido,sin embargo sigue hablando. —Genial supongo... ¿Qué día viene esa jovencita?—
—No papá, yo soy la que iré a
su casa—
Cadence baja la vista un poco luego sube para ver a su padre, la cara que tiene es indecifrable. Con un tic en el ojo y los labios temblorosos, parecía que su globo ocular iba a estallar en cualquier momento.
—¿¡Qué!?, ¡No!, ¡De ninguna manera irás!, ¡Demonios Cadence!, ¿¡Y si te pasa algo!?, ¿¡Y si te da un ataque!?, ¿¡Y si tú inhalador se agota!?, ¿¡Qué pasa si haces algo que te dé fatiga!?, ¡No, no puedo permitir qu-