Un año, había pasado un año desde que Hikari me ayudó y me saco de las calles, desde entonces he estado a su lado, Hikari Leonheart, he sabido de ella en este año, sus padres permanecen en una mansión en la capital, debido a su delicada salud la mantienen en este pueblo lejos de la contaminación de una ciudad, ellos la visitan una vez cada dos meses, si su agenda así lo permite, pero la mayor parte del tiempo se encuentra sola junto a los empleados, por eso sus padres no se opusieron a que me quedara con ella, solo con la condición de que la cuidara lo mejor posible, desde ese entonces Hikari me ayudo con mis estudios, aprender a escribir y a leer nuevamente más que nada, hago todo lo que este en mi alcance para hacerla feliz.
-¿Me escuchas? ¿Kaname? -movió su mano de un lado a otro frente a mi rostro.
-Perdona, solo pensaba -me quite los lentes para después masajear el puente de mi nariz-. ¿Qué decías?
-Te decía que mis padres harán un baile pasado mañana, para celebrar mi decimoséptimo cumpleaños, así que pensé en que fueras mi acompañante -me propuso al momento que jugaba con sus dedos.
-¿Tus padres están de acuerdo?
-Papá dijo que no le importaba, si era lo que yo quería que él iba a respetar mi decisión -acaricie su cabello levemente apoyando mi rostro en mi mano libre.
-¿Estas segura que quieres ir conmigo? Podría dañar tu oportunidad de conseguir un novio -hizo un leve puchero a la vez que miraba a otro lado.
-No, yo quiero estar con Kaname -una sonrisa apareció en mis labios, Hikari era muy honesta y brillante, tanto que dolía.
-Esta bien, iré contigo, pero con una condición -dije al momento que me ponía de pie, Hikari me miro entusiasmada para después asentir-. Aprenderás a bailar, deseo conservar mis pies -golpeo levemente mi brazo a la vez que hacia un puchero.
-¡No lo haré! ¡Y quedate calvo, Kaname! -grito a la vez que tomaba sus libros y comenzaba a caminar dentro de la mansión, reí levemente.
Mire a mi alrededor, era otoño, pronto vendría el invierno, el cumpleaños de Hikari es en la intersección de estas dos estaciones, tome las cosas que estaban en la mesa y me encamine a dejarlas en la biblioteca para después volver a mi habitación, el sonido de música clásica llamo mi atención, pase cerca de la habitación de Hikari, miré por la leve abertura, podía ver el cabello blanco meserse en el viento, una sonrisa apareció en mis labios, siempre termina haciendo lo que le piden, a pesar de los reclamos y berrinches que hace al principio.
-Kaname-sama, el sastre esta aquí -llamo mi atención Arthur, aun tenía esa mirada de desconfianza en sus ojos, a pesar que nunca le he dado razones para que lo haga-. Le pido por favor me acompañe -asenti levemente para después comenzar a caminar junto a él y dirigirnos al despacho del primer piso.
-Buenos días, Kaname-sama -se inclinó levemente frente a mí-. Escuche que pronto habrá un baile -asenti levemente ante su comentario, el hombre mayor saco sus utensilios para después acercarse a mí-. Le tomare las medidas -levante mis brazos para darle mejor acceso al sastre, el cual comenzó a tomar mis medidas-. Imaginó que querrá un traje sencillo como siempre -volví a asentir-. Entonces sera de color negro -cerro su cuaderno para después volver a verme-. Tendré el traje mañana en la noche.
-Se lo agradezco mucho -se inclinó levemente Arthur, el sastre asintió para después acercarse a la puerta.
-Ah! Se me olvidaba, mi mujer vendrá con el vestido de la señorita -fue todo lo que dijo para después salir de la habitación.
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-¡No mires! -me apunto con su dedo la peli blanca al momento que cerraba la puerta de su habitación.
-Hikari, si vas a querer que venga para después no dejarme ver, entonces no lo hagas -bufé cansado, a pesar de todo lo que peleo con ella, no puedo evitar estar al pendiente de todo que se trate sobre ella.
-¡Quiero que mueras de curiosidad! -grito nuevamente desde el interior, me recoste a la pared para después dejarme caer hasta el suelo, después de unos minutos la mujer del sastre salio de la habitación-. ¡Muchas gracias! -la mujer se inclinó levemente para después perderse entre el pasillo.
-¿Ya puedo pasar? -pregunte al momento que entraba a la habitación.
-Sí, ya guarde lo que no podías ver -dijo al momento que cerraba su closet luego de haber sacado una muda de ropa.
-No deberías hacer eso.
-¿Qué cosa?
-Dejar a un hombre entrar mientras aun estas en ropa interior -miro su cuerpo levemente, Hikari no conocía la timidez, bueno, si la conocía, pero no en cosas importantes como esta-. Alguien podría atacarte ¿sabes?
-Tú no lo harías -le resto importancia al momento que terminaba de colocarse la falda olgada de color rojo-. No dejaría a cualquier hombre entrar en mi habitación -se encogió de hombros, iba a tomar la blusa negra que estaba en su cama, pero yo se lo impedí, empujándola y provocando que cayera en la cama boca abajo.
-Yo soy un hombre a pesar de todo, aunque no me mires así -susurré a su oído a la vez que me colocaba encima de ella sin voltearla-. Podría atacarte ahora mismo y no tendrías la oportunidad de defenderte -acaricie su espalda hasta llegar al broche del sostén-. Incluso nadie se daría cuenta, después de todo estas habitaciones son aprueba de ruido -mordi el lóbulo de su oreja de manera leve a la vez que desabrochaba su sostén, sentí una punzada en mi cabeza al momento que vi su cuello y su aroma inundaba mi nariz.
-Esta bien... -me detuve en seco al escucharla hablar-. Si se trata de Kaname, esta bien hacerlo -comencé a reír a la vez que me acostaba a su lado-. ¿Qué sucede, Kaname? -me miro confusa a la vez que se sostenía el sostén para no quedar completamente expuesta ante mí-. Es raro que rías tan abiertamente.