Capitulo 5.

Al salir de la casa de sus padres el frío viento invernal golpeó de lleno contra la cara de Athalia, pero en el momento no pudo pensar en nada además de lo que acababa de suceder ahí dentro, eso le iba a traer problemas, problemas que no sabía si podría sobrellevar. Removería el pasado y eso volvería a dejar consecuencias como lo había hecho antes.  
Caminó por las oscuras calles, aún sumida en sus pensamientos, si algo tenía claro en ese momento era que no quería volver a pisar esa casa. Con el frío calando su ropa y su cara descubierta la llevó a recordar una situación bastante parecida que ocurrió hacía un año y medio más o menos, cuando decidió que no quería estudiar medicina y se lo comunicó a su familia, a la cual no le cayó nada bien que la menor de las hijas Jackson no siguiera los pasos de sus padres como los otros dos, y que no ocupara algún día un puesto en aquella clínica que la familia había fundado hacía tanto.  
Lía sabía que no quería ir a su departamento porque seguro su hermana iba a ir a buscarla y la vería con su usual cara de lástima que a ella no le gustaba nada cuando iba en su dirección, así que tomó rumbo hacia la casa de su mejor amigo, en donde tantas tardes había pasado cuando las cosas no salían muy bien en casa.  
Al cruzar una de las calles camino a casa de Luke, Lía se encontró con unos ojos que le hicieron acordar a aquel chico que le habló en la universidad y había dejado caer una foto conocida, o al menos eso pensaba la chica. Esto la llevó a pensar que si ella había conocido al chico entonces su mejor amigo lo debería conocer, a pesar de no recordar muy claramente su niñez sabía que había pasado la mayoría de ella con Luke, así que allí fue, decidida a averiguar quién era y si tenía algo que ver con la persona que había llegado recientemente a su antigua casa- y con quien no simpatizaba mucho-.  
Al llegar a la zona apartada de la ciudad, no muy lejos de la casa de sus padres, Athalia frenó sus pasos frente a aquel camino de piedra y aquella fachada de la casa que dejaba en claro que la tía Maggie- Margaret, madre de Luke para otros- tenía un muy buen gusto en decoración y jardinería, atravesó los altos muros y rejas para golpear la puerta con sus nudillos, jamás había tocado timbre. El tío Jason la recibió en la entrada he hizo que Athalia subiera las escaleras en busca de la habitación de su amigo.  
-¿Puedo pasar?- preguntó mirando al rubio.  
-Tomatito!- Al girarse notó que no todo estaba en orden. – ¿Pasa algo?- Se acercó a su amiga.  
- Volvió- Respondió Lía con una mueca.  
- ¿Quién volvió?  
- Nate, Nate está de vuelta.- Respondió la pelirroja avanzando a Luke para luego abrazarlo.  
- Lo siento mucho linda- Correspondió su mejor amigo, mientras acariciaba su cabello.  
Y para Athalia no había una mejor forma de sobrellevar el dolor o una mala situación que con sus amigos o su hermana, las tres personas que siempre le brindaron paz, apoyo y refugio. Eso era lo más importante para ella, nadie podría atravesar los muros que ellos creaban para protegerla.  
- Estoy bien- dijo ella luego de un par de minutos deshaciendo aquel muro creado por los brazos de su amigo, y se enserió de inmediato.- Pero tengo un par de preguntas con las que creo que puedes ayudarme.  
- No sé dónde me estoy metiendo, pero dime qué pasa. – Ambos tomaron asiento, Luke en su cama, y Lía en la silla del escritorio.  
-Bien, ¿Recuerdas a algún amigo de la infancia de Nate?  
- No lo creo.- Torció sus labios en una mueca. – Pero, ¿A qué viene eso?  
- Por favor, creo que tiene algo que ver con la vuelta de Nate, estoy segura de que lo conozco y no me da una buena sensación.  
- ¿Recuerdas el nombre al menos?  
- Si, creo que era Kian.- Se forzó la chica para recordarlo.  
Luke levantó la mirada directo a su amiga, y algo intranquilo, como si supiera algo que ella no, respondió.  
- Kian, ¿Kian McAllister?...