Luke miraba a su amiga mientras recordaba aquel último verano que habían pasado con Kian, nunca fueron muy amigos pero si lo eran él y Nate, de hecho Kian pasaba sus tardes de vacaciones en casa de su amigo y por ende siempre jugaban con Lía y Luke, sin embargo luego de un verano en el que Lía y su mejor amigo tenían unos 7 años, no habían vuelto a saber nada de aquel chico. Se rumoraba que sus padres habían muerto en un accidente de tráfico y el niño había sido enviado a un hogar de acogida, pero Luke nunca indagó mucho en el tema.
Cuando Athalia le dijo el nombre del susodicho Luke intuyó que éste había vuelto a aparecer por la ciudad, aunque nunca fue bien visto por aquellos lados, las personas de la zona no solían acercarse mucho a su familia y a él no se lo veía con muchos amigos, yendo al caso, Nate tampoco tenía muchos amigos, pero Luke siempre pensó que Kian era raro, claro que nunca se lo había dicho a nadie más que a su amiga que estaba sentada en frente suyo mientras esperaba impacientemente su respuesta, definitivamente esa era una época que de la que Lía no tenía memorias.
-Sí Lía, recuerdo a Kian, era amigo de tu hermano. Pero, ¿Dónde le has visto? ¿Has hablado con él?
-Se acercó a mí en la biblioteca esta mañana, dejó caer una fotografía, pero se fue y ya no pude preguntarle. Creo que la misma fotografía yace en algún álbum de los que tiene Natalie en casa, sé que la he visto antes.
-¿Que fotografía era?- Luke frunció su ceño, muchas veces había visto aquellos álbumes de pequeño.
Lía le describió la fotografía a su amigo, diciéndole también que ésta estaba en su mochila.
-No quieres entrar a esa casa, tu misma lo has dicho, así que no creo que haya forma de encontrar la fotografía que tiene Natalie, pero sí puedes estar segura de que Kian y Nate fueron amigos en algún tiempo, pero luego Kian desapareció y tu hermano se fue, no creo que hayan mantenido contacto tantos años, además eran muy pequeños cuando dejaron de verse.
-No lo sé Luke, es raro, nunca había visto a Nate, o eso creía, y justo cuando le veo a él me entero de la llegada de Nate, no solo eso, sino que creo que éste va a estudiar en Darg, donde, oh casualidad! Va Kian también. Además de todo esto en la fotografía aparece un niño que estoy segura de que era Nate, y si no lo fuera, mi madre no tendría la misma fotografía guardada.- La mirada de Lía estaba clavada en los ojos de su mejor amigo, y si Kian era la razón por la que su pasado había sido removido y la razón de que la persona que más odia esté de nuevo tan cerca, iba a averiguarlo.
-¿Y qué quieres hacer al respecto Lía? Sabes que yo te apoyo hasta en las ideas más tontas, pero no si todo esto te va a causar más dolor del que ya te causó Nate en su momento.- Acotó Luke seriamente. El tono con el que lo dijo a Lía le pareció tan fraternal, como si quisiera cuidarla del mundo, aunque técnicamente eso es lo que siempre hizo Luke, fue más hermano suyo de lo que lo fue su verdadero hermano.
-Voy a volver a la casa de Natalie, creo que tengo un plan.
Luego de que Athalia le explicara el plan improvisado a su amigo, ambos marcharon a la antigua casa de Lía, claramente después de esperar un rato más y estar seguro de que ya no habría nadie despierto en la casa y las visitas se hubieran ido. Cuando llegaron a la entrada de la casa Lía frenó su paso para contemplarla, definitivamente no habían luces encendidas, por lo que parecía que todos yacían ya en brazos de Morfeo, lo cual tenía sentido ya que eran casi las 2 a.m.
Ambos amigos dieron la vuelta hasta la entrada del fondo, allí tampoco se veían luces encendidas, así que procedieron a llevar su plan a cabo. Lía movió la escalera que para su suerte no estaba guardada en el pequeño taller al lado de la piscina, lo más silenciosamente posible la colocó en dirección al balcón principal de la sala que se encontraba en la segunda planta de la casa, Lía guardaba su antiguo juego de llaves, pero no pregunten porqué, sacó la llave de la puerta de cristal corrediza del balcón y los dos subieron por escalera hasta entrar a la casa, dejando la puerta medio abierta para cuando tuvieran que salir. Con suma sigilosidad ambos de dirigieron a la puerta del desván, allí deberían estar los recuerdos de la familia.
En el camino Lía casi tira uno de los caros jarrones que su madre utilizaba para decorar los pasillos de la casa, pero todo estuvo bien, Luke interpuso rápidamente sus manos entre el jarrón y el piso. Ambos chicos se miraron como si casi hubieran sido descubiertos mientras cometían un crímen, aunque no lo sería si tenemos en cuenta que de todos modos sigue siendo casa de Lía también, o al menos eso era lo que su padre había dicho antes de que ésta se fuera a vivir con su hermana y su mejor amiga.
Al llegar al desván entraron rápidamente y cerraron la puerta detrás suyo, encendieron la luz, y entendieron que no iba a ser algo rápido teniendo en cuenta que todo lo que se inutilizaba en la casa terminaba allí, habían montañas de objetos obsoletos, algunos Lía los recordaba de hacía años, otros no sabía de su existencia. De todos modos se pusieron a buscar por cada rincón, hasta que dentro de un armario Lía encontró una caja que se le hizo conocida, era suya, y estaba segura de que allí habían recuerdos de su infancia. Y no se equivocaba, al abrirla se encontró con varios recuerdos, con cosas que no recordaba en lo absoluto, y lo que más le llamó la atención fue darse cuenta de que aquella fotografía de Kian no la había visto en los álbumes de su madre. La fotografía la tenía ella en su caja, eso lo único que podía significar era que definitivamente sí conocía a Kian, y la niña que aparecía en la foto era ella. Pero sorpresa la que se llevó al girar la fotografía y leer la descripción que llevaba en la parte de atrás, y no solo eso, unida a esta con un clip había una carta, de la cual se podía deducir que había sido escrita por un niño pequeño. La carta dejó un tanto abrumada a Athalia, la cual no entendía nada de lo que había escrito en ella, pero sí pudo entender que algo raro había con Kian, el remitente de la misma.
-Luke.- Llamó a su amigo, y cuando éste se giró a verla, Lía siguió hablando.- ¿Quién rayos es Kian?- Y esta pregunta les rondó en la mente a los dos, no solo esa noche, sino los días que le siguieron.